Niños venezolanos volvieron a clases en Cúcuta
Este lunes, centenares de escolares llegaron a la capital de Norte de Santander para retomar sus clases después de que las autoridades del país vecino habilitaron un paso por el puente fronterizo Francisco de Paula Santander. Las personas que requieran atención médica también podrán movilizarse hasta Cúcuta.
AGENCIAS
Desde el 23 de febrero cuando el presidente, Nicolás Maduro rompió relaciones con Colombia y cerró los pasos fronterizos, centenares de niños venezolanos que estudian en Cúcuta debieron atravesar el río Táchira, a través de peligrosas trochas, para poder llegar a clases.
Esta mañana a las 5, el gobierno venezolano determinó la apertura d eun corredor para permitir el ingreso de niños y jóvenes venezolanos a Colombia, además de personas mayores y aquellos que necesitan atención médica.
Centenares de escolares venezolanos llegaron este lunes a la ciudad colombiana de Cúcuta para retomar sus clases después de que las autoridades del país vecino habilitaran un paso por el puente fronterizo Francisco de Paula Santander.
Ver más: Las trochas, el único paso que une a venezolanos y colombianos
Antes del cierre ese puente testificaba el paso de aproximadamente 40.000 personas a diario,que llegaban a Cúcuta desde la venezolana San Antonio del Táchira con el fin de abastecerse de productos de primera necesidad, trabajar, recibir tratamiento médico o estudiar. Este lunes no retornó a la normalidad, pero permitir el paso de los escolares es el primer paso.
El paso por trochas
La semana pasada varias madres denunciaron el peligro de pasar por las trochas."Somos madres de familia, (...) mujeres que no podemos ya ni trabajar porque tenemos que traer a los niños acá", lamenta Yolanda González, madre de un niño que contaba a AFP cómo debía cambiar sus rutinas para poder llevar su niño a estudiar, atravesando las trochas, que son manejadas según denuncias por los colectivos, las temidas bandas armadas del chavismo.
Pero es imposible calcular cuántas pasan ahora por los caminos ilegales que se multiplican a lo largo de la frontera que se extiende por siete departamentos y 2.200 km.
Sólo en Cúcuta hay 30 trochas, según la policía. Además de los colectivos, operan contrabandistas y guerrilleros colombianos. Los venezolanos están obligados a pagar en los retenes que imponen los "dueños de las trochas". Ninguno se atreve a identificarlos.
Ver más: El riesgo de ir a estudiar que viven los niños en la frontera
Según cifras de la secretaría de Educación de Cúcuta, 9.174 venezolanos estudian en colegios de la capital del departamento y, de ellos, cerca de 3.000 cruzan la frontera todos los días.
"Nosotros hicimos un plantón el lunes, con los estudiantes, contra la guardia venezolana y nos ignoraron totalmente, no nos dejaron pasar por ahí (...) entonces nos fuimos hacia las trochas", recuerda Leidy, madre de un estudiante.
Aferradas a sus niños por las trochas, las madres le pidieron a Maduro que abriera un corredor humanitario que les permita llevar a sus hijos a la escuela por los puentes.
Desde el 23 de febrero cuando el presidente, Nicolás Maduro rompió relaciones con Colombia y cerró los pasos fronterizos, centenares de niños venezolanos que estudian en Cúcuta debieron atravesar el río Táchira, a través de peligrosas trochas, para poder llegar a clases.
Esta mañana a las 5, el gobierno venezolano determinó la apertura d eun corredor para permitir el ingreso de niños y jóvenes venezolanos a Colombia, además de personas mayores y aquellos que necesitan atención médica.
Centenares de escolares venezolanos llegaron este lunes a la ciudad colombiana de Cúcuta para retomar sus clases después de que las autoridades del país vecino habilitaran un paso por el puente fronterizo Francisco de Paula Santander.
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Antes del cierre ese puente testificaba el paso de aproximadamente 40.000 personas a diario,que llegaban a Cúcuta desde la venezolana San Antonio del Táchira con el fin de abastecerse de productos de primera necesidad, trabajar, recibir tratamiento médico o estudiar. Este lunes no retornó a la normalidad, pero permitir el paso de los escolares es el primer paso.
El paso por trochas
La semana pasada varias madres denunciaron el peligro de pasar por las trochas."Somos madres de familia, (...) mujeres que no podemos ya ni trabajar porque tenemos que traer a los niños acá", lamenta Yolanda González, madre de un niño que contaba a AFP cómo debía cambiar sus rutinas para poder llevar su niño a estudiar, atravesando las trochas, que son manejadas según denuncias por los colectivos, las temidas bandas armadas del chavismo.
Pero es imposible calcular cuántas pasan ahora por los caminos ilegales que se multiplican a lo largo de la frontera que se extiende por siete departamentos y 2.200 km.
Sólo en Cúcuta hay 30 trochas, según la policía. Además de los colectivos, operan contrabandistas y guerrilleros colombianos. Los venezolanos están obligados a pagar en los retenes que imponen los "dueños de las trochas". Ninguno se atreve a identificarlos.
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Según cifras de la secretaría de Educación de Cúcuta, 9.174 venezolanos estudian en colegios de la capital del departamento y, de ellos, cerca de 3.000 cruzan la frontera todos los días.
"Nosotros hicimos un plantón el lunes, con los estudiantes, contra la guardia venezolana y nos ignoraron totalmente, no nos dejaron pasar por ahí (...) entonces nos fuimos hacia las trochas", recuerda Leidy, madre de un estudiante.
Aferradas a sus niños por las trochas, las madres le pidieron a Maduro que abriera un corredor humanitario que les permita llevar a sus hijos a la escuela por los puentes.