Entre los miles de haitianos, africanos, centroamericanos y venezolanos que están varados en las ciudades fronterizas mexicanas, con la esperanza de entrar a Estados Unidos, también hay colombianos. Un fenómeno que parece estar en aumento. Según datos preliminares (no se ha hecho el balance total de septiembre, cuando termina el año fiscal en EE. UU.), la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza reporta que en el último mes se presentó un incremento significativo en la llegada de colombianos a la frontera sur estadounidense: Colombia pasó a ser el país de origen de migrantes n.° once, después de diez naciones latinoamericanas.
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Migración Colombia registra que hasta septiembre de este año 2’092.525 colombianos viajaron al extranjero; 1’680.420 por turismo, 1’619.148 son residentes en otro país, 74.451 lo hicieron por motivos laborales, 50.056 por negocios y 46.601 por estudios, principalmente. Los meses en los que más salidas de connacionales se registró fueron: julio, con 300.209; septiembre, con 272.416, y agosto, con 265.374.
Según los datos de autoridades estadounidenses, mientras que en agosto de este año fueron 1.562 los migrantes colombianos que llegaron a la frontera mexicana para cruzar hacia EE. UU., en septiembre la cifra aumentó a 2.248 connacionales. ¿Por qué? Fabio L* está en Tapachula desde hace tres semanas, según reporta la prensa mexicana. Es colombiano y migró porque, según les dijo a organizaciones humanitarias que asisten a los migrantes, perdió el trabajo por la pandemia y el trámite de su visa se complicó con las demoras para conseguir una cita con la Embajada estadounidense en Bogotá. Decidió no esperar más y tratar de llegar a Miami “como sea”.
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Lo hizo cruzando el peligroso Tapón del Darién, junto con un grupo de venezolanos, haitianos y hasta africanos. Está varado en Tapachula, estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, adonde son deportados los migrantes sin documentos desde EE. UU. Los envían a esta ciudad porque está lejos de su frontera; aunque la mayoría lo sigue intentando varias veces, así los manden a kilómetros.
De acuerdo con las autoridades mexicanas, la movilidad humana que se registra en Tapachula es inédita. La mayoría de migrantes arriban luego de cruzar el río Suchiate, en un largo recorrido que muchas veces comienza en algún país suramericano y que reactivó la ruta del Darién, por donde, según calculan las autoridades migratorias de Panamá, habrán pasado 150.000 migrantes este año (la suma de los últimos seis años). Hay haitianos, pero también hay de Burkina Faso, Senegal y Uruguay. Sin embargo, desde enero de 2021 han llegado 1.016 brasileños y 681 colombianos, según registros oficiales, que aclaran que esta no es una ruta común de ciudadanos de esos países.
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Expertos en migración señalan que muchos colombianos que tienen pasaporte, pero no la visa estadounidense, llegan vía aérea a México, ya que este país no pide visa a los connacionales y no exige pasaporte sanitario. Una vez en tierras mexicanas buscan cruzar la frontera hacia Estados Unidos por alguno de los miles de pasos ilegales de los 3.200 kilómetros de frontera. En ese espacio, marcado en gran parte por el río Bravo y el desierto, 48 condados en Texas, Nuevo México, Arizona y California reportan la llegada de migrantes, así como los que denuncian los 94 municipios del lado mexicano, ubicados en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
¿Por qué migran los colombianos? Por las mismas razones que la mayoría de venezolanos, ecuatorianos, peruanos y brasileños que dejan su país: buscan mejorar sus condiciones socioeconómicas, luego del golpe sufrido por los países latinoamericanos durante la pandemia. Lo han hecho hacia el sur, buscando llegar a Chile, pero principalmente migran hacia Estados Unidos, donde se tropiezan con un muro, pues aunque Donald Trump no pudo construirlo físicamente, sí lo dejó armado legalmente. El título 42, que permite restringir la entrada de extranjeros por vía terrestre por motivos sanitarios (incluso si usted tiene visa), está vigente en la era de Joe Biden; eso reduce las posibilidades de buscar asilo en EE. UU.
Los ciudadanos que más intentan cruzar la peligrosa línea divisoria son mexicanos, con 59.985 que fueron atrapados por la Guardia Fronteriza, seguidos por Honduras, Guatemala, Haití, El Salvador, Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Cuba. Se reporta un crecimiento muy grande de ciudadanos ecuatorianos.
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La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP por sus siglas en inglés) aún no ha publicado su recuento de migrantes indocumentados encontrados en la frontera. Sin embargo, The Washington Post y NBC calculan que 1,7 millones de migrantes han sido detenidos en la frontera sur estadounidense desde la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca en enero, una ola migratoria que no se veía hace veinte años.
Por eso la visita de Antony Blinken a Colombia y la urgencia de promover una migración ordenada. Si bien el secretario de Estado de EE. UU. reconoció la valentía del país en acoger a 1,7 millones de venezolanos, llamó a los gobiernos aliados a “tener un enfoque coordinado” para enfrentar la “presión migratoria”.
“Tenemos que abordar con mayor efectividad la causa raíz de la migración y la migración irregular. Es decir, qué es lo que está llevando a la gente a dejarlo todo para hacer un viaje tan peligroso a lo largo del continente”, dijo. En una reunión con una docena de cancilleres de Latinoamérica y el Caribe, propuso “fortalecer la vigilancia fronteriza exigiendo visas y controlando de forma meticulosa” la entrada de indocumentados. También instó a “mejorar los procesos de asilo” y “crear más opciones para la protección” de los viajeros ante las mafias de trata de personas.
Este sábado comenzó otra caravana migratoria, pero esta no va rumbo a EE. UU. Salió del estado de Chiapas, sureste de México, hacia la capital del país. Se denomina la “caravana por la justicia, la dignidad y la libertad del pueblo migrante”, y está conformado por extranjeros de ocho nacionalidades, incluyendo colombianos. “Llevamos cinco meses acá y necesitamos avanzar”, señalaba uno de los migrantes de la caravana. Los miembros de una pareja ecuatoriana, con un bebé de brazos, dicen que no pueden vivir en su país; llevan dos meses en Tapachula, pero para hacer sus papeles deben esperar hasta marzo; los colombianos están en la misma situación. ¿Qué hacer?
