En abril de este año, y durante el juicio a un oficial blanco por el asesinato de George Floyd, el cual generó protestas en todo el país, otro joven afroamericano fue asesinado a pocos kilómetros de ese tribunal. Esta vez fue a manos de Kim Potter, una exveterana y, en ese momento, oficial de policía de Minnesota.
Daunte Wright, quien tenía 20 años, estaba conduciendo su carro, cuando fue detenido por Potter y otro policía. De acuerdo a la exoficial, Wright fue retenido por un control de tráfico.
Potter, quien se encontraba junto a Anthony Luckey, otro oficial a quien ella estaba entrenando, detuvo a Wright porque tenía las placas de su auto vencidas y un ambientador colgando de su espejo retrovisor. Mientras el carro estaba detenido, Luckey descubrió que había una orden de arresto pendiente en contra de Wright, por no comparecer ante un tribunal por posesión de armas.
Acto seguido, Luckey, Potter y un sargento que los acompañaba, Mychal Johnson, se dirigieron al carro para arrestar a Wright. El joven siguió la orden de Luckey y accedió a salir del auto. Sin embargo, volvió a entrar, cuando Luckey intentó esposarlo.
Al reingresar al auto, Potter, de acuerdo al video de su cámara corporal, empezó a decir: “Te daré una descarga”. Inmediatamente después, se ve en la cámara que la exoficial sostiene su arma y apunta al joven. Una vez más Potter le avisa a Wright y le dice que le dará una descarga y dos segundos después repite la palabra “taser, taser, taser”.
Sin embargo, la mujer no usó su taser sino su pistola, disparándole una sola vez al pecho de Wright. Lo que le causó la muerte.
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Durante su testimonio, Potter afirma que no recuerda lo que dijo en el momento o lo que sucedió, puesto a que la gran mayoría de sus recuerdos “están ausentes”, de acuerdo con el Chicago Tribune.
Durante los interrogatorios del juicio, Potter afirmó que no sabía por qué había sacado su taser. Pese a que sus abogados argumentaron que la exoficial estaba justificada en usar fuerza letal porque su compañero, el sargento Johnson, se encontraba muy cerca del joven Wright y hubiera podido ser herido. Además, Potter afirmó que momentos antes de disparar vio el miedo en los ojos de Johnson.
No obstante, esta afirmación nunca pudo ser probada por Potter ni por las imágenes de su video corporal en donde aparecía Johnson.
Por otra parte, durante el juicio los fiscales del caso alegaron que Potter, quien ejerció el cargo por 26 años y tuvo un amplio entrenamiento en el uso del taser y fuerza letal, actúo de forma imprudente y traicionó su cargo.
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De acuerdo con la ley del estado de Minnesota, los acusados son sentenciados únicamente por las acciones más graves si varios cargos involucran el mismo acto y la misma víctima, como sucedió con Potter y el joven Wright, según este medio estadounidense.
Por lo mismo, la fiscalía estuvo enfocada, durante el juicio, en demostrar los actos agravantes cometidos por Potter. La fiscalía alegó que Potter era un peligro para todos, incluyendo sus compañeros oficiales, y durante los hechos, la oficial abusó de su autoridad.
Por otro lado, la defensa solicitó la libertad condicional para Potter y el pago de una fianza de 100.000 dólares. Sin embargo, el juez rechazó la solicitud y Potter fue enviada a prisión mientras espera la sentencia, que será dictada el próximo mes de febrero. La exoficial enfrenta una pena de hasta 15 años en prisión.
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