¿Por qué los militares de Brasil pidieron el código secreto de las urnas electorales?
El general que dirige el Ministerio de Defensa de Brasil, envió un comunicado de urgencia a las autoridades electorales en el que pide acceso al código fuente de las urnas electrónicas, o códigos secretos.
Pareciera que la campaña electoral en Brasil ya tiene un toque de Donald Trump: ad portas de las elecciones de octubre, el presidente y candidato Jair Bolsonaro se ha embarcado en una campaña llena de teorías conspirativas y ha insistido en atacar al órgano electoral brasileño, sembrando dudas de manera incesante sobre un supuesto fraude sin pruebas, tal y como lo hizo el republicano en Estados Unidos durante 2020. Bolsonaro incluso instó a diplomáticos extranjeros a apoyar sus conspiraciones, pero se encontró con su rechazo.
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Los continuos cuestionamientos al sistema electoral llevaron a que el ministro de Defensa de Brasil pidiera acceso a los códigos secretos de las urnas electrónicas, según datos de El País de España.
¿Qué pasó?
Paulo Sérgio Nogueira, el general que dirige el Ministerio de Defensa de Brasil, envió un comunicado de urgencia a las autoridades electorales en el que pide acceso al código fuente de las urnas electrónicas, o códigos secretos, que las hacen funcionar y después recuentan los votos, según datos del diario español. Esto con el objetivo de examinar que todo funcione correctamente. Cabe destacar que los militares no serán quienes fiscalicen el proceso electoral, como lo deseaba Bolsonaro, sino el Tribunal Supremo Electoral.
“La solicitud muestra la creciente —e inédita hasta ahora— implicación de las Fuerzas Armadas en la supervisión del sistema de votación que Brasil adoptó hace un cuarto de siglo”, se lee en la publicación de El País.
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El asunto no es de poca monta, pues al lanzar su candidatura hace poco menos de dos semanas, Bolsonaro se atrevió a poner a las fuerzas militares en el centro de su discurso. “El Ejército está de nuestro lado”, dijo el mandatario. Además, en su discurso atacó a la máxima Corte y también citó, indirectamente, las acusaciones de supuesta vulnerabilidad de las urnas electrónicas al asegurar que sus seguidores “no admiten fraude”. Por todo esto, la solicitud ha despertado temores en la sociedad.
Según datos de El País, los militares ya revisaron el sistema en junio y reclamaron información técnica, “cuando durante las últimas décadas su participación en los comicios ha sido colaborar en la logística para que todo brasileño pudiera votar”, dice la publicación. Con todo y eso, al parecer los militares ya podían acceder a estos datos desde hace meses y plantearon algunas sugerencias para el TSE respecto a los comicios de octubre, las cuales no fueron recibidas por esta institución.
Sin embargo, piden tener acceso entre el 2 y el 12 de agosto, días antes de que arranque oficialmente la campaña.
¿Y Lula?
Bolsonaro no es el único que estaría acercándose a los militares, quienes, al parecer, tienen un pie en cada bote, según escribió la periodista Juliana Braga en el diario Folha de São Paulo. Los militares le habrían sugerido al Partido de los Trabajadores (PT), el partido de Lula da Silva, a nombrar a un militar retirado en el Ministerio de Defensa además de pedirle mantener algunas políticas actuales para garantizar “relaciones armoniosas”.
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Pareciera que la campaña electoral en Brasil ya tiene un toque de Donald Trump: ad portas de las elecciones de octubre, el presidente y candidato Jair Bolsonaro se ha embarcado en una campaña llena de teorías conspirativas y ha insistido en atacar al órgano electoral brasileño, sembrando dudas de manera incesante sobre un supuesto fraude sin pruebas, tal y como lo hizo el republicano en Estados Unidos durante 2020. Bolsonaro incluso instó a diplomáticos extranjeros a apoyar sus conspiraciones, pero se encontró con su rechazo.
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¿Qué pasó?
Paulo Sérgio Nogueira, el general que dirige el Ministerio de Defensa de Brasil, envió un comunicado de urgencia a las autoridades electorales en el que pide acceso al código fuente de las urnas electrónicas, o códigos secretos, que las hacen funcionar y después recuentan los votos, según datos del diario español. Esto con el objetivo de examinar que todo funcione correctamente. Cabe destacar que los militares no serán quienes fiscalicen el proceso electoral, como lo deseaba Bolsonaro, sino el Tribunal Supremo Electoral.
“La solicitud muestra la creciente —e inédita hasta ahora— implicación de las Fuerzas Armadas en la supervisión del sistema de votación que Brasil adoptó hace un cuarto de siglo”, se lee en la publicación de El País.
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El asunto no es de poca monta, pues al lanzar su candidatura hace poco menos de dos semanas, Bolsonaro se atrevió a poner a las fuerzas militares en el centro de su discurso. “El Ejército está de nuestro lado”, dijo el mandatario. Además, en su discurso atacó a la máxima Corte y también citó, indirectamente, las acusaciones de supuesta vulnerabilidad de las urnas electrónicas al asegurar que sus seguidores “no admiten fraude”. Por todo esto, la solicitud ha despertado temores en la sociedad.
Según datos de El País, los militares ya revisaron el sistema en junio y reclamaron información técnica, “cuando durante las últimas décadas su participación en los comicios ha sido colaborar en la logística para que todo brasileño pudiera votar”, dice la publicación. Con todo y eso, al parecer los militares ya podían acceder a estos datos desde hace meses y plantearon algunas sugerencias para el TSE respecto a los comicios de octubre, las cuales no fueron recibidas por esta institución.
Sin embargo, piden tener acceso entre el 2 y el 12 de agosto, días antes de que arranque oficialmente la campaña.
¿Y Lula?
Bolsonaro no es el único que estaría acercándose a los militares, quienes, al parecer, tienen un pie en cada bote, según escribió la periodista Juliana Braga en el diario Folha de São Paulo. Los militares le habrían sugerido al Partido de los Trabajadores (PT), el partido de Lula da Silva, a nombrar a un militar retirado en el Ministerio de Defensa además de pedirle mantener algunas políticas actuales para garantizar “relaciones armoniosas”.
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