México será la sede del diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, según confirmó este jueves el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su habitual rueda de prensa matutina.
“Me acaba de informar el secretario de Relaciones Exteriores (Marcelo Ebrard) de que, a propuesta de Noruega, se propone que México sea la sede para llevar a cabo estas negociaciones, y nosotros aceptamos”.
AMLO enfatizó en que su país respalda las conversaciones entre ambas partes desde hace meses. En junio de este año, la Cancillería mexicana reveló que estaba trabajando en los acercamientos entre el oficialismo y la oposición venezolana junto con Noruega y con el “visto bueno de Estados Unidos”, pero no se había definido una sede para los diálogos. Ya en julio, el propio Maduro afirmó que esperaba que la mesa se instalara en México, y dejó la puerta abierta a la posibilidad de que Washington participe de las conversaciones.
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Maduro ha señalado que el diálogo que se avecina es “complejo y difícil”, pues se debe contemplar el levantamiento de las sanciones estadounidenses que han provocado, según dice, una dura crisis económica en el país.
López Obrador no entregó más detalles sobre el proceso de diálogo. Se sabe que las conversaciones podrían iniciar de manera oficial entre finales de agosto y septiembre, y que de parte del oficialismo estarían presentes el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, y el gobernador del estado de Miranda, Héctor Rodríguez, así como otros voceros oficiales del chavismo.
Uno de los condicionantes para que la oposición accediera a sentarse a la mesa con el gobierno chavista (que cuando está con el agua al cuello acepta dialogar) fue que Nicolás Maduro anunciara elecciones regionales libres. Y así fue. El presidente no solo anunció los comicios, que se celebrarán el 21 de noviembre de 2021 sino que dijo que respetaría el triunfo de la oposición.
La última vez que el Gobierno venezolano y la oposición se sentaron en una mesa de negociaciones fue en Barbados en 2019, en un “diálogo de paz” auspiciado también por Noruega. Sin embargo, dicho diálogo no fue productivo. Maduro suspendió las conversaciones en agosto de ese año, luego de que el expresidente estadounidense Donald Trump ordenó congelar los activos de su Gobierno en suelo estadounidense. Juan Guaidó, líder de la oposición, anunció el agotamiento de los diálogos sin acuerdo 40 días después.
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