Última advertencia: policía de Ottawa planea retirar a los camioneros a la fuerza
Los manifestantes se rehúsan a retirarse de las calles, incluso después de que la viceprimera ministra del país les impusiera bloqueos en sus cuentas bancarias.
La policía canadiense se prepara para desalojar de forma inmediata a los manifestantes en Ottawa, quienes han ocupado las calles de la capital por casi tres semanas en protesta por las medidas anticovid. Según el primer ministro, Justin Trudeau, las manifestaciones ya han dejado de ser “pacíficas”.
El jefe de la policía de Ottawa, Steve Bell, dijo estar preparado para expulsar a los manifestantes ilegales de las calles. El oficial añadió que “si quieren partir por su propia cuenta, ahora es cuando deben hacerlo”, advirtiendo que el fin de semana que se avecina sería “bien diferente a los tres anteriores”.
Debido a estas marchas, Trudeau declaró al país en estado de emergencia. Estas protestas nacieron de la oposición de los camioneros a vacunarse contra el Covid-19 para poder cruzar la frontera con Estados Unidos, pero luego se ampliaron para criticar todas las medidas sanitarias impuestas por el Gobierno de Canadá.
El jueves, por primera vez desde el inicio de estas protestas, cientos de policías se posicionaron ante los manifestantes y los cientos de camiones que bloquean las calles de Ottawa. No obstante, los manifestantes se rehusaron a irse y de forma desafiante, permanecieron en las calles, con la bandera canadiense a la espalda o colgada de un palo de hockey.
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Hasta la fecha, unos 400 camiones todavía se encuentran en las calles del centro de Ottawa. De hecho, muchos camioneros le han quitado las llantas a sus vehículos para que sea más difícil removerlos.
Por otro lado, en una carta dirigida a los primeros ministros de las provincias, Trudeau consideró que las protestas son una “amenaza la democracia” y socavan “la reputación de Canadá en el extranjero”.
Por su parte, durante una rueda de prensa, la viceprimera ministra, Chrystia Freeland, explicó que las “cuentas bancarias de personas y empresas” vinculadas al bloqueo han sido congeladas. Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Marco Mendicino, calificó la situación de “precaria” y calculó que los “bloqueos fronterizos ilegales” le han costado a la economía canadiense miles de millones de dólares.
Protestas históricas en Canadá
Los manifestantes, decididos a quedarse “hasta el final”, recibieron un ultimátum de la policía, quienes rodearon los camiones para repartir volantes y ordenaron que “abandonaran el recinto”.
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Al parecer estas palabras no asustaron a los protestantes, quienes indicaron que “están tratando de asustar a la gente para que no venga este fin de semana”, dijo a la AFP el camionero Kevin Veurink, de 39 años, en reacción a la instalación de estas barricadas alrededor del recinto parlamentario.
Una de las organizadoras del “Convoy de la Libertad”, Tamara Lich, dijo que esperaba ser arrestada. “Creo que es inevitable a estas alturas”, afirmó en un video subido a las redes sociales.
El mal tiempo, la lluvia de la mañana y la nieve prevista para los próximos días podrían complicar las operaciones de la policía, quienes se enfrentan a una situación compleja y peligrosa para desalojar a los manifestantes de las calles de Ottawa.
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La policía canadiense se prepara para desalojar de forma inmediata a los manifestantes en Ottawa, quienes han ocupado las calles de la capital por casi tres semanas en protesta por las medidas anticovid. Según el primer ministro, Justin Trudeau, las manifestaciones ya han dejado de ser “pacíficas”.
El jefe de la policía de Ottawa, Steve Bell, dijo estar preparado para expulsar a los manifestantes ilegales de las calles. El oficial añadió que “si quieren partir por su propia cuenta, ahora es cuando deben hacerlo”, advirtiendo que el fin de semana que se avecina sería “bien diferente a los tres anteriores”.
Debido a estas marchas, Trudeau declaró al país en estado de emergencia. Estas protestas nacieron de la oposición de los camioneros a vacunarse contra el Covid-19 para poder cruzar la frontera con Estados Unidos, pero luego se ampliaron para criticar todas las medidas sanitarias impuestas por el Gobierno de Canadá.
El jueves, por primera vez desde el inicio de estas protestas, cientos de policías se posicionaron ante los manifestantes y los cientos de camiones que bloquean las calles de Ottawa. No obstante, los manifestantes se rehusaron a irse y de forma desafiante, permanecieron en las calles, con la bandera canadiense a la espalda o colgada de un palo de hockey.
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Por otro lado, en una carta dirigida a los primeros ministros de las provincias, Trudeau consideró que las protestas son una “amenaza la democracia” y socavan “la reputación de Canadá en el extranjero”.
Por su parte, durante una rueda de prensa, la viceprimera ministra, Chrystia Freeland, explicó que las “cuentas bancarias de personas y empresas” vinculadas al bloqueo han sido congeladas. Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Marco Mendicino, calificó la situación de “precaria” y calculó que los “bloqueos fronterizos ilegales” le han costado a la economía canadiense miles de millones de dólares.
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Los manifestantes, decididos a quedarse “hasta el final”, recibieron un ultimátum de la policía, quienes rodearon los camiones para repartir volantes y ordenaron que “abandonaran el recinto”.
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Una de las organizadoras del “Convoy de la Libertad”, Tamara Lich, dijo que esperaba ser arrestada. “Creo que es inevitable a estas alturas”, afirmó en un video subido a las redes sociales.
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