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Radiografía de la pelea por el oro, el último botín venezolano

La disputa entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó por el control de las reservas de oro desató un nuevo choque de fuerzas en la política interna de Venezuela, pero también en el exterior. ¿De qué se trata todo esto?

07 de julio de 2020 - 03:00 p. m.
Venezuela ha perdido gran parte de sus reservas de oro bajo la administración de Nicolás Maduro. / AFP
Venezuela ha perdido gran parte de sus reservas de oro bajo la administración de Nicolás Maduro. / AFP
Foto: AFP - Agencia AFP

Aunque el petróleo siempre ha sido reconocido como el gran activo de Venezuela, ya no se puede desestimar el valor que el oro, su otro gran recurso, tiene para el país. Debido a la crisis del crudo, este mineral tomó la espinosa tarea de convertirse en el sostén económico de la nación.

Con cerca de 161 toneladas almacenadas, las reservas de oro de Venezuela son las más grandes de América Latina y representan un valor de más de US$4.780 millones. Estas reservas son activos de disponibilidad inmediata que pueden ser usados para, por ejemplo, financiar pagos al exterior. Y por esa razón, las reservas son tan apetecidas por Nicolás Maduro ahora.

Debido a la profunda crisis en la que se encuentra, Maduro se cobijó en el oro para sostenerse y buscar algo de liquidez. Este se ha convertido en su único activo en los últimos años. Pero desde 2019 ha tenido que sortear un gran problema: las instituciones oficiales, donde Venezuela tenía su oro, ya no le permiten al mandatario chavista retirarlo y repatriarlo a su país.

Desde hace décadas, Venezuela ha almacenado su oro en bancos extranjeros como lo hacen muchos países, pues es una estrategia que usan los gobiernos que carecen de medidas de protección para impedir robos y corrupción. Antes de morir, el expresidente Hugo Chávez comenzó una operación para regresar el oro de Venezuela al país para tener control físico de sus activos. Pero no todo regresó. Cerca de 60 toneladas permanecen en el extranjero, y casi la mitad se encuentra en el Banco de Inglaterra.

Hace dos años, Maduro manifestó su deseo de retirar las 31 toneladas de oro venezolano que se encuentran en esta entidad, pero su petición fue dilatada y finalmente rechazada. Tras un polémico y largo litigio, el Tribunal Superior Británico dictaminó el pasado jueves que es Juan Guaidó, y no Maduro, quien tiene potestad sobre las reservas que se encuentran en ese país, pues Reino Unido lo reconoce a él como el presidente legítimo de Venezuela, y no al mandatario chavista. Esto quiere decir que es Guaidó quien decide qué hacer con las reservas.

Maduro argumentó que necesitaba los activos para atender la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, e incluso propuso que la transferencia se hiciera al programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para que esta organización gestionara los recursos, pero su solicitud fue desestimada. Pero la oposición dice que esto es un pretexto, pues el mandatario lleva más de año y medio tratando de repatriar los lingotes. El Banco de Inglaterra y el Tribunal Superior Británico temen que las reservas de oro de Venezuela continúen desmoronándose bajo la administración de Maduro. Bajo su gobierno, las reservas de oro ya se han reducido a más de la mitad, pues pasaron de tener un valor de US$19.986 millones en 2012 a los actuales US$4.780 millones, y preocupa el hecho particular de que en su mandato se han vendido lingotes a bancos para buscar liquidez sin el consentimiento expreso de la Asamblea Nacional.

Según el diputado opositor Ángel Alvarado, Maduro vende continuamente oro de manera oculta. "Los metales preciosos son una forma de inversión que se puede convertir rápidamente en efectivo y también se puede mover más allá del sistema financiero internacional", indica Alvarado.

Los primeros canjes de Maduro comenzaron en 2014, cuando enfrentó su primera disminución en el flujo de ingresos por el petróleo debido a la caída del precio del crudo. Con la necesidad de pagar las importaciones, el mandatario chavista usó una porción de las reservas de oro para pedir préstamos en Citibank y Deutsche Bank. Pero la crisis continuó agravándose. El gobierno fue incapaz de los compromisos de su deuda por lo que el popular banco alemán terminó quedándose con el oro que le había sido entregado en garantía. También se han hecho operaciones con Turquía y Emiratos Árabes Unidos, países a los que se ha enviado oro en los últimos dos años con el fin de tener liquidez. De esta manera, Maduro ha ido perdiendo las reservas de oro.

La decisión del máximo tribunal británico desató un nuevo choque de fuerzas en la política venezolana. Guaidó asegura que se han protegido las reservas de “las garras de la dictadura”, mientras que Maduro ha dicho que esto se trata de un “robo”. Pero además del pleito interno, por extensión, ha habido una colisión entre los países que apoyan y rechazan a Maduro. Cuba y Rusia, por ejemplo, han manifestado su “indignación” por el fallo que le dio la victoria a Guaidó.

“Es indignante”, dijo Maria Zajarova, portavoz del Ministrerio de Exteriores de Rusia. “Se ha materializado la enajenación por un Estado de la propiedad del otro para apoyar un golpe inconstitucional en ese otro Estado”, resaltó.

Estados Unidos, por otro lado, quiere cortar ya el control de Maduro sobre las reservas de oro para acelerar su caída. Por esa razón, el presidente Donald Trump tomó hace un tiempo la decisión de prohibir que las compañías nacionales comercialicen con el oro venezolano.

En el fondo de esta decisión se encuentra el pleito por el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado, un cargo que han validado más de 50 naciones, entre ellas Reino Unido. Para Carlos Malamud, investigador del Real Instituo Elcano entrevistado por Euronews, era inevitable que el Banco de Inglaterra tomara partido en esta situación, pues debía decidir quién era la autoridad legítima de los activos que guarda. Sin embargo, aclara que no fue la entidad económica la que tuvo la última palabra.

“Quien lo hizo fue un alto tribunal británico, después de que Reino Unido haya reconocido a Guaidó como gobernante”, destaca Malamud.

Malamud explica que el oro quedó simplemente estancado. Guaidó difícilmente podrá hacer algo con estas reservas, pues existen límites constitucionales para él y la junta del Banco Central de Venezuela que él conformó y que le responde. “En un momento como este, no creo que haga uso de esas reservas, ya que cualquier desliz podría desacreditar aún más a la oposición”.

Para Maduro es un golpe fuerte, sobre todo porque sienta un precedente importante sobre su potestad frente al resto de las reservas venezolanas que permanecen en cerca de 30 bancos centrales en el exterior. Maduro continúa tratando de regresar el oro a su país, pero Guaidó ha emprendido acciones para que él no pueda tocarlo. Según Vanessa Neumann, la representante de Guaidó en Londres, el resto de las apelaciones para salvaguardar las reservas de las manos de Maduro se adelantarán pronto.

“Un pronunciamiento jurídico tiene mucho más peso que un pronunciamiento político y eso debería sentar el precedente para los bienes nacionales en Europa. Eso es lo que tenemos pensado. Pero vamos a ver, porque entre la teoría y la práctica... en particular cuándo se trata de política y dinero siempre hay complicaciones”, dijo Neuman a El Nuevo Siglo.

Tener el control del oro es fundamental, pues tal y como explica el economista Ronald Balza, "las reservas se utilizan en todos los bancos centrales para darle respaldo a la moneda nacional.

“Cuando en estos países se requiere hacer pagos de deuda o comprar dólares para hacer importaciones se puede recurrir a la banca nacional o a privados que tengan dólares, pero cuando hay inestabilidad cambiaría, el banco central puede vender parte de sus reservas y estas pueden contribuir a estabilizar el mercado de divisas”, detalla.

Vea también: La fuga del oro venezolano

Un oro que no brilla

En las minas de oro del país se han disparado las denuncias sobre contrabando de este mineral, tráfico de personas, extorsiones y explotación infantil. Según la organización Kapé Kapé, la conformación progresiva de prácticas delincuenciales de distintos actores que manejan enormes cantidades de oro, con complicidad del gobierno, suman otro problema para el país, pues esto genera que a pesar de que hay numerosos contratos de exploración conjunta en minas, ninguno de los 24 estados de Venezuela ha podido sacar verdadero provecho de sus recursos minerales.

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Feriando minas

Con la industria petrolera quebrada y PDVSA pasando sus peores momentos, Maduro busca dinero en otras fuentes, como el oro. Por eso los chavistas decidieron echar a andar la explotación del AMO como parte de su política económica. El decreto 2.248 publicado en la Gaceta Oficial n.° 40.855, del 24 de febrero de 2016, destina 111.843 kilómetros del AMO a la explotación minera de bauxita, caolín, cobre, coltán, diamante, dolomita, hierro y tierras raras.

Explica el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, debido a los problemas de caja que ha estado teniendo PDVSA, se han usado las reservas del oro para poder tener liquidez. Recordó que la estatal petrolera es la que provee divisas al país.

El Gobierno venezolano promovió este año la firma de 200 alianzas con la pequeña minería y ha adjudicado 16,4 toneladas de oro al Banco Central de Venezuela (BCV), según reporta la prensa local.

Durante su gira por Turquía y Rusia, Maduro también ofreció alianzas de explotación. Según expertos rusos, una de las opciones de cooperación es la explotación conjunta de los yacimientos de oro, propuesta que Maduro ya le hizo al líder turco, Recep Tayyip Erdogan, más aun tratándose de un sector sobre el que pesan desde principios de noviembre de 2018 sanciones estadounidenses por orden directa del jefe de la Casa Blanca, Donald Trump.

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