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Las autoridades subieron la cifra a al menos cuatro muertos, entre ellos una mujer y su bebé, que fallecieron al caer un árbol sobre su casa en Carolina del Norte, uno de los estados más golpeados por la tormenta junto a Carolina del Sur. El presidente Donald Trump visitará las áreas afectadas "de principios a mediados de la próxima semana" cuando se determine que su viaje no interrumpirá las labores de rescate, anunció la Casa Blanca.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), que degradó a Florence a tormenta tropical con vientos de 11 km/h, advirtió en su último boletín contra fuertes mareas nocturnas e "inundaciones catastróficas en Carolina del Norte y Carolina del Sur".
"Esperamos varios días más de lluvia", dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper. Precipitaciones de esta intensidad ocurren "una vez cada mil años", agregó, pronosticando más inundaciones por el desborde de ríos la próxima semana.
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Se prevé que Florence arroje 68 billones de litros de lluvia en una semana en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia, Georgia, Tennessee, Kentucky y Maryland, según el meteorólogo Ryan Maue, de weathermodels.com. Asimismo, Cooper dijo que había habido tres muertes vinculadas a la tormenta y varias otras estaban siendo investigadas. Además de la madre y su bebé, una persona murió mientras encendía un generador.
Una mujer falleció también cuando árboles caídos impidieron que una ambulancia la auxiliara supuestamente por un ataque cardiaco. Según medios estadounidenses, una quinta muerte pudo haber ocurrido cuando un hombre intentó conectar dos cables bajo la lluvia.
- "Múltiples amenazas"
"La tormenta está causando estragos", dijo Cooper, señalando que 680.000 abonados estaban sin electricidad en Carolina del Norte, que tiene una población de 10 millones. Unas 21.000 personas estaban refugiadas en 157 albergues. "Nos enfrentamos a múltiples amenazas. Estamos profundamente preocupados por comunidades enteras que podrían ser barridas", agregó.
En Wilmington, cerca de allí, se sintieron varias detonaciones en la mañana, posiblemente por la explosión de transformadores eléctricos. La fuerza del viento rompió ventanas y arrancó árboles de raíz y muchas calles permanecían bloqueadas por troncos y ramas.
Mason Tarr, que pasó la noche en casa de un amigo, recordó que Florence llegó como un huracán de categoría 1 y se preguntó "cómo hubiera sido con uno de categoría 4 o 5". Más de 100 km al sur, el famoso balneario de Myrtle Beach en Carolina del Sur era un pueblo fantasma al mediodía, cuando Florece mostró su fuerza con una cortina de lluvia sobre el océano acompañada de rayos.
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"Da miedo pero es hermoso", dijo a la AFP Scott Brauer, un jubilado de 71 años que estaba caminando cerca del mar poco antes de la llegada de la tormenta.
- "Lo que se predijo" -
"Desafortunadamente, Florence está haciendo exactamente lo que se predijo", dijo el director de FEMA, Brock Long. "La parte más devastadora es la marejada ciclónica y debido a la expansión del campo de viento y la desaceleración en la velocidad, estamos viendo una gran cantidad de inundaciones", agregó.
En New Bern, Carolina del Norte, el río Neuse subió tres metros y unas 150 personas debieron ser rescatadas. "En unos pocos segundos, el agua subió hasta la cintura, ahora está a la altura del hombro", contó a CNN Peggy Perry, que debió refugiarse con tres familiares en la parte más alta de su casa.
Unos 1,7 millones de personas fueron llamados a abandonar las zonas de riesgo, la mayoría desde el martes. Algunos, como Victor Shamah, dueño del histórico bar The Bowery en Myrtle Beach, donde nació la banda Alabama, prefirieron quedarse a enfrentar a Florence.
Se espera que entre viernes y sábado el ojo de la tormenta avance tierra adentro sobre las Carolinas, para luego enfilar al norte hacia las montañas Apalaches al inicio de la próxima semana.