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En los pocos días que Donald Trump lleva como presidente, se han conocido varias decisiones que involucran una declaratoria de emergencia en la frontera, pero también la salida del país de la Organización Mundial de la Salud y de los Acuerdos de París, que albergan varios compromisos climáticos. Sumado a esto, el republicano dio a conocer que tiene la intención de terminar con FEMA, la Agencia Federal de Gestión de Emergencias, en un contexto en el que Estados Unidos se ha visto fuertemente golpeado por la crisis climática.
El anuncio lo hizo, de hecho, en Asheville, Carolina del Norte, que fue devastada por el huracán Helene el año pasado. Su idea es que los mismos estados gestionen los desastres: “Cuando tienes un problema como este, ya sea un gobernador demócrata o republicano, quieres usar tu estado para solucionarlo. Creo que vamos a recomendar que FEMA desaparezca y que paguemos directamente un porcentaje al estado”. Según él, cada uno “debería solucionarlo”.
En su declaración, Trump catalogó a la agencia de ser un “desastre”, una “decepción”, y mencionó que es “burocrática y lenta”. Además de ello, sugirió limitar el papel del gobierno federal en la respuesta a los desastres, haciendo eco de los comentarios de aliados conservadores que han propuesto reducir la financiación y la responsabilidad.
Deborah Ross, representante demócrata de Carolina del Norte, escribió en la red social X que aprecia “la preocupación del presidente Trump” por el oeste del estado, “pero eliminar FEMA sería un desastre”. Además, un empleado que habló bajo la reserva de su nombre a The New York Times agregó que los comentarios del republicano han hecho que el personal “se sienta traicionado y asustado”. En su declaración al medio agregó: “Ya teníamos un problema de agotamiento en esta agencia que su declaración simplemente aumentó”.
La administración republicana, según se contempló en el plan de acción conocido como Proyecto 2025, invertiría la carga financiera de la respuesta a los pequeños desastres, de modo que el 75 % sea asumido por los estados y el resto por el gobierno federal. Esto, entre otros problemas más, pasa por alto que hay unos estados más preparados que otros para hacerle frente a una emergencia. Solo una docena de estados, como Florida, Texas y California, tienen el personal y la experiencia necesarios para gestionar grandes desastres, le comentó al Times Pete Gaynor, exadministrador de FEMA.
Tras el anuncio, el presidente estadounidense aterrizó en Los Ángeles, donde el médico forense del condado dio a conocer que se han identificado a 18 de los 28 fallecidos en medio de los incendios de Eaton y Palisades. Ellos, cuyos nombres ya se hicieron públicos y se sabe que tenían entre 50 y 90 años, murieron en sus casas por inhalación de humo y “lesiones térmicas”.
Trump fue recibido por el gobernador de California, Gavin Newsom, con quien tuvo roces en medio de la devastación de los incendios. En el encuentro, el republicano le dijo: “Van a necesitar mucha ayuda federal, ¿a menos que no la necesiten?”. El líder del estado le respondió: “Necesitamos su ayuda. Tengo toda la confianza del mundo en que trabajaremos juntos”.
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