Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Trump y su círculo más cercano, ¿un idilio con fecha de caducidad?

En contraste con su primer mandato, todo parece armonía en los primeros días del equipo del presidente. ¿Qué tanto resistirán la tendencia de Trump a ser el único protagonista de la historia?

Hugo Santiago Caro

20 de febrero de 2025 - 07:00 a. m.
Combo de fotos de Pete Hegseth, secretario de Defensa; Marco Rubio, secretario de Estado; Robert Kennedy Jr., secretario de Defensa y el presidente Donald Trump.
Foto: Agencia AFP
PUBLICIDAD

Donald Trump cumplió su primer mes en su regreso a la Casa Blanca y, aunque ha encontrado ciertas trabas federales y resistencia en distintos sectores, tanto doméstica como internacionalmente —algo que no es nuevo para el republicano—, lo cierto es que, puertas adentro, la cohesión que está mostrando su círculo más cercano es, cuando menos, atípica, teniendo en cuenta los antecedentes que dejó su primer mandato.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

Basta con ver cómo quedó la relación con el que fuera el jefe de gabinete que más tiempo duró en el cargo durante su administración, John Kelly, quien durante toda la campaña presidencial de 2024 mantuvo que Trump “ciertamente prefiere el enfoque dictatorial del gobierno”, según declaraciones citadas por The New York Times.

Lo mismo ocurre con figuras como Liz Cheney, hija del exvicepresidente republicano Dick Cheney, quien, perteneciendo al mismo partido que su padre y que Trump, hizo activamente campaña a favor de Kamala Harris, advirtiendo sobre lo que, a su juicio, eran los peligros de traer de vuelta al hoy presidente.

Sin embargo, lo que se ha visto hasta ahora, con 16 de los 24 puestos del gabinete confirmados, es que hay una sintonía en pos de trabajar por los intereses de Trump. “Se leería que la diferencia entre este segundo mandato, este segundo gabinete, es que pareciera que estos personajes están rodeando más a Trump, por ahora, y siguiendo su línea dura, que es la reducción del Estado y también, por supuesto, el cumplimiento de promesas específicas con las deportaciones y con las nuevas leyes de migración”, analiza Gabriel Jiménez Peña, director del Departamento de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana.

¿Esto puede ser parte de la estrategia de Trump? Sin duda. En la entrevista al Times, Kelly también afirmó que Trump no concibe la idea de no ser el hombre más poderoso del planeta, “la capacidad de hacer cualquier cosa que quisiera, en cualquier momento que quisiera”. Ser el protagonista y el centro de toda la gestión que realice.

Read more!

Así se ha podido ir leyendo en la retórica de los entes estatales. Después de la reunión de Marco Rubio, el secretario de Estado, con su par ruso, el comunicado del Departamento de Estado hizo prácticamente una oda a la figura del presidente: “El presidente Trump es el único líder del mundo que puede conseguir que Ucrania y Rusia se pongan de acuerdo”.

Él es el protagonista que viene a romper el sistema, a acabar con esa burocracia centenaria establecida por el statu quo político estadounidense. En ese sentido, se puede entender que varios de los nombramientos de su gabinete sean “outsiders”, como lo fue él en su momento. Linda McMahon, candidata a secretaria de Educación, hizo toda una carrera como magnate de la lucha libre por casi 20 años; es cofundadora de la WWE con su esposo, Vince McMahon. Pete Hegseth, secretario de Defensa, viene de ser una personalidad de televisión, pese a ser un veterano militar. Si se quiere, el mismo secretario de Salud, Robert Kennedy Jr., es más conocido por sus posturas poco convencionales que por la estela política de su familia.

“Él llegó a Washington con la promesa de traer caos. Quiere ser alguien que cambie radicalmente cómo funciona el gobierno de los Estados Unidos, y en esto ha traído a mucha gente en su camino que no está particularmente preparada para su papel o que no tiene la experiencia que esperaríamos en un ministro, pero que comparte el concepto de lealtad y el objetivo de cambiar radicalmente el gobierno hasta ahora”, explica Lawrence Gumbiner, analista y exdiplomático estadounidense.

Read more!

Tanto Jiménez como Gumbiner coinciden en que, de todos los nombres, el que más potencial tiene para terminar cobrando protagonismo y quizás resultar en desacuerdo con Trump es su secretario de Estado, Marco Rubio.

Ya fueron contrincantes en 2016, cuando el descendiente de cubanos compitió —y perdió— con Trump por la nominación republicana, por lo que ya ha sido una voz que sabe enfrentarse a él. Rubio ha sido un férreo defensor de las sanciones a gobiernos de tendencias autoritarias como Nicaragua, Venezuela y la misma Rusia durante las primeras etapas de la guerra en Ucrania. Y, sin embargo, allí se le vio dando el primer paso en nombre de su jefe para normalizar las relaciones con el Kremlin. Cabe preguntar qué pasaría si, de la misma forma pragmática, Trump decidiera sentarse a la mesa con Venezuela, país al que Rubio ha criticado con dureza.

No ad for you

“Trump envió a Richard Grenell a negociar con Maduro la salida de los prisioneros estadounidenses, los rehenes. También hablaron sobre la posibilidad de que Venezuela recibiera a las personas deportadas. Esto abrió una puerta que Maduro ha aprovechado, y ahora está pidiendo negociaciones. Bueno, nos sorprendería si Trump se sienta a negociar con Maduro”, explica Gumbiner.

Musk, el ego más grande que rodea a Trump

No forma parte del gabinete, pero Elon Musk es el ego más grande y la figura más disruptiva dentro del círculo cercano del presidente. Desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha emprendido una cruzada para reducir a su mínima expresión el gobierno federal y ha recibido el aval de Trump, lo que le ha dado más protagonismo que a cualquiera.

Dorian Kantor, docente y analista de la Universidad Javeriana, afirma que Musk, siendo un outsider y ubicado en un cargo que no requiere aprobación como los miembros de su gabinete, es el aliado ideal para la lucha contra el “Estado profundo”, un término que en EE. UU. refiere al aparato interno del Estado compuesto por funcionarios de diferentes agencias y organismos que, en cierta forma, mantienen el statu quo más allá de los periodos presidenciales.

No ad for you

Para Kantor, ese “Estado profundo” que combate Trump se ve reflejado en la burocracia. “Para Trump, los despidos masivos de Musk y la reestructuración de Twitter (ahora X) demuestran cómo las burocracias atrincheradas —ya sea en Silicon Valley o en Washington— pueden desmantelarse mediante un liderazgo agresivo y un reajuste ideológico. Lo considera un modelo para su segundo mandato, ya que ve al gobierno federal como una entidad plagada de obstáculos que, al igual que Twitter, está formada por personas que él considera parte de un ‘Estado profundo’ que trabaja en contra de su agenda”, explica.

Pero ¿puede Musk volverse incómodo para Trump? Es completamente poco convencional. Se le ve en el Despacho Oval en camisetas y con gorras, jugando con su hijo mientras habla del desguace del Estado. Afirma que ama al presidente “tanto como un hombre heterosexual puede amar a otro hombre” y se ríe. También sabe ser protagonista y tomar caminos pragmáticos; comparte cualidades con Trump.

“El Trump Show es una obra de un solo hombre y no hay lugar para nadie más, y menos para alguien más rico y con una sed de atención (casi) comparable", escribió el columnista Jonathan Martin en Politico. Sin embargo, lo que se ha visto es lo que Gumbiner compara con una luna de miel.

No ad for you

Habrá que ver la duración del idilio, considerando que pueden influir factores como los resultados que entregue el DOGE y la convivencia de dos de los egos más poderosos del planeta. “Por ahora, Musk es útil. El futuro es difícil de predecir, pero no le veo cortando lazos del todo con la persona más rica del mundo. Musk puede mover muchos hilos y controla una de las plataformas de medios sociales más importantes del país”, afirma Kantor.

Va solo un mes de gobierno y probablemente sea necesario repetir este ejercicio cuando se cumpla el primer año, o cuando lleguen las elecciones de medio término en 2026. Pero, de momento, parece que Trump está más rodeado que nunca, y serán los resultados de su gestión los que dicten el éxito o el fracaso de quienes lo acompañan.

Quienes no salen bien del gabinete, explica Gumbiner, terminan con frecuencia como parias. “Hay docenas de personas que, durante su primer mandato, fueron echadas por Trump. Después, él siempre dice que son losers, perdedores, horribles, que no hicieron nada. Esa ha sido la historia con Trump y varios de los que trabajaron con él”, concluye.

No ad for you

👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.

📧 📬 🌍 Si le interesa recibir un resumen semanal de las noticias y análisis de la sección Internacional de El Espectador, puede ingresar a nuestro portafolio de newsletters, buscar “No es el fin del mundo” e inscribirse a nuestro boletín. Si desea contactar al equipo, puede hacerlo escribiendo a mmedina@elespectador.com

Por Hugo Santiago Caro

Periodista de la sección Mundo de El Espectador. Actualmente cubre temas internacionales, con especial atención a derechos humanos, migración y política exterior.@HugoCaroJhcaro@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.