Unicef: 80% de familias bolivianas ven normal golpear a niños
El 80 por ciento de las familias de Bolivia cree que es “normal pegar o maltratar a sus niños”, afirmó Nils Arne Kastberg, director del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Latinoamérica y el Caribe.
El Espectador
Kastberg, que visita Bolivia para evaluar los proyectos que desarrolla su institución, dijo que este país debe cambiar esa realidad porque “el trato en el entorno de la familia es el pasaporte de entrada hacia la violencia en la sociedad”.
El funcionario también participó hoy en la presentación de la campaña “Convivir sembrando paz” con Naciones Unidas. Kastberg advirtió además sobre la necesidad de generar una conciencia que censure cualquier tipo de violencia sobre los menores de edad tanto en el entorno familiar como social.
En ese sentido “condenó rotundamente” el uso y la presencia de menores de 18 años en los conflictos y episodios violentos ocurridos en los últimos meses en algunas regiones de Bolivia.
“Los niños son ciudadanos que tienen plenos derechos a la vida y el respeto pero que están madurando y el que ellos vean actos de violencia e incluso muertos les marca por la vida”, sostuvo.
Muchos niños y jóvenes acompañaron a sus padres en las protestas sociales tanto de sectores afines al Gobierno boliviano como de la oposición que vivió el país el mes pasado.
Sobre la situación de la infancia en Bolivia, Kastberg destacó que hay una mejora educativa, así como la reducción de la mortalidad infantil que desde 1990 bajó a la mitad en menores de cinco años.
No obstante, dijo que el país mantiene un nivel “relativamente alto” de 75 muertes de cada 1.000 niños menores de cinco años, mientras que países como Cuba están llegando a cinco por 1.000.
Llamó además la atención sobre la mortalidad materna en partos hasta niveles que, según el directivo de Unicef, son “por lo menos veinte veces más altos que alguno de los países limítrofes”.
El representante de Unicef también expresó su preocupación por los “grandes atrasos” en cuanto a temas de aprendizaje confrontan los niños de Bolivia, no por la falta de escuelas, sino por el nivel educativo de las mismas.
Éste es uno de los asuntos, agregó, sobre los que se discutirá en la próxima Cumbre Iberoamericana de El Salvador, a fines de octubre, que tratará la convergencia entre la juventud y el desarrollo.
“Si los niños no tienen un buen inicio de vida, ni una educación de calidad cómo vamos a hablar de juventud y desarrollo”, sostuvo el director regional de Unicef para Latinoamérica y El Caribe.
Kastberg, que visita Bolivia para evaluar los proyectos que desarrolla su institución, dijo que este país debe cambiar esa realidad porque “el trato en el entorno de la familia es el pasaporte de entrada hacia la violencia en la sociedad”.
El funcionario también participó hoy en la presentación de la campaña “Convivir sembrando paz” con Naciones Unidas. Kastberg advirtió además sobre la necesidad de generar una conciencia que censure cualquier tipo de violencia sobre los menores de edad tanto en el entorno familiar como social.
En ese sentido “condenó rotundamente” el uso y la presencia de menores de 18 años en los conflictos y episodios violentos ocurridos en los últimos meses en algunas regiones de Bolivia.
“Los niños son ciudadanos que tienen plenos derechos a la vida y el respeto pero que están madurando y el que ellos vean actos de violencia e incluso muertos les marca por la vida”, sostuvo.
Muchos niños y jóvenes acompañaron a sus padres en las protestas sociales tanto de sectores afines al Gobierno boliviano como de la oposición que vivió el país el mes pasado.
Sobre la situación de la infancia en Bolivia, Kastberg destacó que hay una mejora educativa, así como la reducción de la mortalidad infantil que desde 1990 bajó a la mitad en menores de cinco años.
No obstante, dijo que el país mantiene un nivel “relativamente alto” de 75 muertes de cada 1.000 niños menores de cinco años, mientras que países como Cuba están llegando a cinco por 1.000.
Llamó además la atención sobre la mortalidad materna en partos hasta niveles que, según el directivo de Unicef, son “por lo menos veinte veces más altos que alguno de los países limítrofes”.
El representante de Unicef también expresó su preocupación por los “grandes atrasos” en cuanto a temas de aprendizaje confrontan los niños de Bolivia, no por la falta de escuelas, sino por el nivel educativo de las mismas.
Éste es uno de los asuntos, agregó, sobre los que se discutirá en la próxima Cumbre Iberoamericana de El Salvador, a fines de octubre, que tratará la convergencia entre la juventud y el desarrollo.
“Si los niños no tienen un buen inicio de vida, ni una educación de calidad cómo vamos a hablar de juventud y desarrollo”, sostuvo el director regional de Unicef para Latinoamérica y El Caribe.