16 de junio de 2016 - 11:46 a. m.
“Venezuela es un campo de concentración”
A través de las páginas de ‘El engaño populista’ los autores hacen una radiografía de esta ideología que según ellos es un mecanismo de manipulación sicológica. Un libro que levantará ampolla y generará polémica entre líderes de izquierda llega a Colombia.
Redacción Ipad
Gloria Álvarez es politóloga y relacionista internacional de la Universidad Francisco Marroquín, de Guatemala. / Cortesía
¿Cómo se basaron teóricamente para hacer el libro?
En el libro empezamos a hacer un recuento en la mentalidad populista donde empezamos a ver autores como Gramsci que habla de la batalla cultural; como Joseph Goebbels que habla de la manipulación publicitaria. Hacemos una comparación de las ideas comunistas, marxista y cómo las mismas influenciaron al fascismo de Benito Mussolini y al nazismo de Adolfo Hitler.
Son traslados a América Latina en la figura de Juan Perón en su momento, pero más significativa en Fidel Castro en 1959, entonces entendemos el populismo como ese mecanismo de manipulación que va cooptando las instituciones del gobierno con una promesa donde todo lo que se hace es en nombre del pueblo y para el pueblo cuando finalmente es el pueblo el que se ve más afectado. Y que permite sostener una mentalidad de dividir a una sociedad con odios entre el pueblo y el anti pueblo. Lo primero es todo lo que esté de acuerdo con el gobierno y lo segundo, son los traidores, los que se oponen a las medidas del gobierno.
El título del libro es ‘El engaño populista, por qué se arruinan nuestros países y cómo rescatarlos’. ¿Por qué llegaron a esa conclusión?
El populismo definitivamente arruina a nuestros países. Primero acaba con las instituciones republicanas, ya no existe un equilibro de poder, ya no existe un Estado de Derecho, ya no existe igual ante la ley y constantemente el gobierno viola su mandato. Consideramos que el mandato de un gobierno es defender los derechos individuales, y en el momento en que un gobierno empieza a violar los derechos de un individuo ya deja de ser legítimo y es lo que está pasando. Por otra parte, se perpetua un daño sicológico atrofiando las futuras generaciones a verse a sí mismas como víctimas que no son dueñas de su vida, ni libres, ni responsables de sus propias decisiones y aunque se cambie de presidente sigue quedando en el lastre generacional. Consideramos que a través de ese daño sicológico donde las generaciones se ven como víctimas el país empieza a tener un carácter derrotista.
Si el concepto de populismo es tan complejo, ¿por qué escogieron las que denominan cinco desviaciones para analizarlos?
Se basan en las diferentes acciones puntuales que han ido tomando los populistas en la región y obviamente tienen una respuesta a la mentalidad cultural que tenemos los latinoamericanos respecto al Estado. La paranoia neoliberal; el culto al Estado y el rechazo al individualismo; el victimismo; y así se va delimitando el carácter de manipulación cultural, mediática que van haciendo estos populistas.
¿Por qué dicen que la mentalidad populista es liberticida?
La libertad la concebimos como la no injerencia en las decisiones que un individuo tome respecto de cómo ese individuo se quiera desarrollar profesional, económica cultural y socialmente. Y definitivamente el populismo empieza a coercionar esas libertades económicas, civiles y vemos como los populistas empiezan cerrar medidos de comunicación o a comprarlos para meter propaganda. Empiezan a delimitar las libertades económicas, pero más allá de eso, mandan el mensaje de: “Tú eres demasiado tonto, eres demasiado débil y demasiado pobre para hacerte cargo de tu vida. Tú me necesitas a mí, como el mesías para saber cómo vivir y en ese momento le anulan la libertad al individuo por lo cual concebimos que populismo y libertad no pueden coexistir”.
En el libro se habla del Papa y el populismo, ¿cuál es el papel de Francisco en este tema?
Primero hicimos un análisis de la formación del Papa que definitivamente obedece a la teología de la liberación que fue una rama condenada por Juan Pablo II, que tiene una base ideológica a través de la cual era justificable que los sacerdotes agarraran un fusil en los 70 y 80 siempre y cuando fuera por defender al pueblo.
Vemos que ahora el papa Francisco está haciendo tour por la guerrilla, donde básicamente son apologías a estos dictadores populistas.
¿A qué se refiere?
Por ejemplo, visitando a Evo Morales, a Rafael Correa, a Raúl y Fidel Castro nos damos cuenta que el Papa cada vez que va a esos países les lava la cara. Porque una visita papal es como decir: “estoy de acuerdo y te perdono por tus pecados y por todo lo que aquí se está cometiendo”.
Entonces, ¿no lo ven cómo algo histórico?
No, sino que acepta lo que pasa en cada país.
¿Cuál es el país más crítico?
Definitivamente Venezuela es el país más crítico. Está ahorita como estuvieron las repúblicas soviéticas colapsadas. Tiene una economía inexistente, no hay vías laborales, acabaron con toda la productividad, desde las pequeñas tiendas de barrio hasta los grandes conglomerados. No existen medios de comunicación independientes, no hay electricidad ni agua potable, no existe la posibilidad de poder adquirir elementos de higiene personal. Es un campo de concentración, porque ahora es hasta prohibido salir del país.
¿Cómo está Colombia en ese sentido?
Creo que Colombia está ahorita ante un mecanismo populista bastante cruel, donde el mecanismo que se ha utilizado para dividir a la sociedad con odio es la paz. Si tú no estás a favor de las negociaciones de La Habana eres un vende patria, un traidor, proguerra. Han hecho con esta campaña de comunicación un sinónimo entra paz y acuerdos de La Habana, cuando el 90% de los colombianos no conocen qué se está firmando, no tienen toda la información y se dividen entonces en la sociedad haciéndole entender que paz es sinónimo de acuerdos de La Habana.
El riesgo que veo con la firma de los acuerdos de paz de La Habana es que no garantiza que vaya a haber paz, porque hay otros grupos guerrilleros con los que no se está firmando, así que el conflicto va a seguir.
Segundo, las condiciones que están pidiendo las Farc como políticas en territorios donde el gobierno no controle, amnistía absoluta o la entrada a diferentes puestos del Gobierno, para poder llegar a ser un funcionario público aunado a que los acuerdos de paz entren a ser con la misma categoría de la Constitución colombiana son exactamente los mismo pasos que se han tomado en otros países populista para ir anulando las instituciones republicanas y el equilibrio de poder, así que veo una gran amenaza en Colombia.
¿Por qué aparece en la portada Gustavo Petro y en el texto no?
Cada portada de cada país en América Latina tiene a un populista local que el mismo país identifica por sus acciones como un populista. Nosotros no pudimos entrar a describir a todos los alcaldes populistas de la región, pero el mensaje que estamos intentando enviar es que las personas aprendan de su vecino para que sirva como una lección personal. La portada con Petro es una invitación a una reflexión para que lean el libro y vean por sí mismo si lo califican en esta categoría.
Gloria Álvarez es politóloga y relacionista internacional de la Universidad Francisco Marroquín, de Guatemala. / Cortesía
¿Cómo se basaron teóricamente para hacer el libro?
En el libro empezamos a hacer un recuento en la mentalidad populista donde empezamos a ver autores como Gramsci que habla de la batalla cultural; como Joseph Goebbels que habla de la manipulación publicitaria. Hacemos una comparación de las ideas comunistas, marxista y cómo las mismas influenciaron al fascismo de Benito Mussolini y al nazismo de Adolfo Hitler.
Son traslados a América Latina en la figura de Juan Perón en su momento, pero más significativa en Fidel Castro en 1959, entonces entendemos el populismo como ese mecanismo de manipulación que va cooptando las instituciones del gobierno con una promesa donde todo lo que se hace es en nombre del pueblo y para el pueblo cuando finalmente es el pueblo el que se ve más afectado. Y que permite sostener una mentalidad de dividir a una sociedad con odios entre el pueblo y el anti pueblo. Lo primero es todo lo que esté de acuerdo con el gobierno y lo segundo, son los traidores, los que se oponen a las medidas del gobierno.
El título del libro es ‘El engaño populista, por qué se arruinan nuestros países y cómo rescatarlos’. ¿Por qué llegaron a esa conclusión?
El populismo definitivamente arruina a nuestros países. Primero acaba con las instituciones republicanas, ya no existe un equilibro de poder, ya no existe un Estado de Derecho, ya no existe igual ante la ley y constantemente el gobierno viola su mandato. Consideramos que el mandato de un gobierno es defender los derechos individuales, y en el momento en que un gobierno empieza a violar los derechos de un individuo ya deja de ser legítimo y es lo que está pasando. Por otra parte, se perpetua un daño sicológico atrofiando las futuras generaciones a verse a sí mismas como víctimas que no son dueñas de su vida, ni libres, ni responsables de sus propias decisiones y aunque se cambie de presidente sigue quedando en el lastre generacional. Consideramos que a través de ese daño sicológico donde las generaciones se ven como víctimas el país empieza a tener un carácter derrotista.
Si el concepto de populismo es tan complejo, ¿por qué escogieron las que denominan cinco desviaciones para analizarlos?
Se basan en las diferentes acciones puntuales que han ido tomando los populistas en la región y obviamente tienen una respuesta a la mentalidad cultural que tenemos los latinoamericanos respecto al Estado. La paranoia neoliberal; el culto al Estado y el rechazo al individualismo; el victimismo; y así se va delimitando el carácter de manipulación cultural, mediática que van haciendo estos populistas.
¿Por qué dicen que la mentalidad populista es liberticida?
La libertad la concebimos como la no injerencia en las decisiones que un individuo tome respecto de cómo ese individuo se quiera desarrollar profesional, económica cultural y socialmente. Y definitivamente el populismo empieza a coercionar esas libertades económicas, civiles y vemos como los populistas empiezan cerrar medidos de comunicación o a comprarlos para meter propaganda. Empiezan a delimitar las libertades económicas, pero más allá de eso, mandan el mensaje de: “Tú eres demasiado tonto, eres demasiado débil y demasiado pobre para hacerte cargo de tu vida. Tú me necesitas a mí, como el mesías para saber cómo vivir y en ese momento le anulan la libertad al individuo por lo cual concebimos que populismo y libertad no pueden coexistir”.
En el libro se habla del Papa y el populismo, ¿cuál es el papel de Francisco en este tema?
Primero hicimos un análisis de la formación del Papa que definitivamente obedece a la teología de la liberación que fue una rama condenada por Juan Pablo II, que tiene una base ideológica a través de la cual era justificable que los sacerdotes agarraran un fusil en los 70 y 80 siempre y cuando fuera por defender al pueblo.
Vemos que ahora el papa Francisco está haciendo tour por la guerrilla, donde básicamente son apologías a estos dictadores populistas.
¿A qué se refiere?
Por ejemplo, visitando a Evo Morales, a Rafael Correa, a Raúl y Fidel Castro nos damos cuenta que el Papa cada vez que va a esos países les lava la cara. Porque una visita papal es como decir: “estoy de acuerdo y te perdono por tus pecados y por todo lo que aquí se está cometiendo”.
Entonces, ¿no lo ven cómo algo histórico?
No, sino que acepta lo que pasa en cada país.
¿Cuál es el país más crítico?
Definitivamente Venezuela es el país más crítico. Está ahorita como estuvieron las repúblicas soviéticas colapsadas. Tiene una economía inexistente, no hay vías laborales, acabaron con toda la productividad, desde las pequeñas tiendas de barrio hasta los grandes conglomerados. No existen medios de comunicación independientes, no hay electricidad ni agua potable, no existe la posibilidad de poder adquirir elementos de higiene personal. Es un campo de concentración, porque ahora es hasta prohibido salir del país.
¿Cómo está Colombia en ese sentido?
Creo que Colombia está ahorita ante un mecanismo populista bastante cruel, donde el mecanismo que se ha utilizado para dividir a la sociedad con odio es la paz. Si tú no estás a favor de las negociaciones de La Habana eres un vende patria, un traidor, proguerra. Han hecho con esta campaña de comunicación un sinónimo entra paz y acuerdos de La Habana, cuando el 90% de los colombianos no conocen qué se está firmando, no tienen toda la información y se dividen entonces en la sociedad haciéndole entender que paz es sinónimo de acuerdos de La Habana.
El riesgo que veo con la firma de los acuerdos de paz de La Habana es que no garantiza que vaya a haber paz, porque hay otros grupos guerrilleros con los que no se está firmando, así que el conflicto va a seguir.
Segundo, las condiciones que están pidiendo las Farc como políticas en territorios donde el gobierno no controle, amnistía absoluta o la entrada a diferentes puestos del Gobierno, para poder llegar a ser un funcionario público aunado a que los acuerdos de paz entren a ser con la misma categoría de la Constitución colombiana son exactamente los mismo pasos que se han tomado en otros países populista para ir anulando las instituciones republicanas y el equilibrio de poder, así que veo una gran amenaza en Colombia.
¿Por qué aparece en la portada Gustavo Petro y en el texto no?
Cada portada de cada país en América Latina tiene a un populista local que el mismo país identifica por sus acciones como un populista. Nosotros no pudimos entrar a describir a todos los alcaldes populistas de la región, pero el mensaje que estamos intentando enviar es que las personas aprendan de su vecino para que sirva como una lección personal. La portada con Petro es una invitación a una reflexión para que lean el libro y vean por sí mismo si lo califican en esta categoría.
Por Redacción Ipad
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