Este miércoles, CNN pasó a engrosar la lista de 60 medios que, de acuerdo con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), han cerrado sus puertas durante el período chavista: el Gobierno ordenó sacar su señal del aire en los servicios de TV por suscripción (y también anulará su señal en internet, sin fecha prevista) por la transmisión de un documental en contra de funcionarios venezolanos. Venezuela es una escena áspera para el trabajo común de un reportero: 22 periódicos han dejado de circular desde 2013 (en parte por el dominio oficial sobre la importación de papel), 34 emisoras de radio vieron sus permisos revocados (un caso por el que la CIDH condenó al Gobierno) y cerca de 25 medios cambiaron de dueños, algunos cercanos al chavismo.
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El Gobierno de Nicolás Maduro, a través de Conatel, la entidad encargada de entregar las concesiones a los medios de comunicación (que se renuevan cada cinco años), ha dicho que “en Venezuela no se censura, no se cierran medios”. Según Conatel, no existen evidencias ni investigaciones que prueben que el Gobierno bloque páginas de internet o sitios de discusión como Twitter. Esa entidad defiende la existencia de un proceso para sancionar a los medios, donde se “analiza” el mensaje emitido y es “cuestionado por la sociedad y revisado por el ente administrador”.
Según el Instituto de Prensa y Sociedad, en los últimos dos años ha habido cerca de 729 ataques contra periodistas en el país. Los periodistas denuncian agresiones en oficinas públicas y un total silencio por parte del Gobierno a la hora de rendir cuentas. Uno de los caminos para llenar las carencias ha sido internet y la ligazón con entidades que apoyan grandes proyectos de investigación. Estos son los testimonios de la nueva alternativa, que comenzó a despegar en 2013.
“El digital no es la prioridad, por ahora”: Jován Pulgarín. Editor asociado El Estímulo
Por ahora los medios digitales gozan de cierta libertad. Pareciera que el Gobierno aún no tiene muy claro cómo impedir legalmente el ejercicio del periodismo por esa vía. Debemos recordar que el Estado maneja los principales medios con más comunidad en web y en papel: ‘El Universal’ y ‘Últimas Noticias’. Además de centenares de radios y espacios audiovisuales. El control férreo que limita la oferta informativa de los canales nacionales, como Venevisión y Televén, incide en que no sea prioridad en este momento el universo digital. Es mi teoría después de haber trabajado y haber sido despedido del grupo Últimas Noticias por no seguir los lineamientos editoriales que los nuevos dueños —allegados al Gobierno— impusieron desde 2014.
Esto no significa que renuncien a censurar o boicotear la labor de los periodistas que trabajan en medios digitales. Mediante los grupos armados violentos, intimidan al personal o simplemente los asaltan, quitándoles su material de trabajo. Desde hace tiempo sabemos que existe un proyecto de ley que busca aislar a los medios digitales. Aun cuando la penetración de internet es del 61 %, según el Estado, la velocidad de la red es una de las más bajas del mundo”.
“El problema es la falta de voces oficiales”: Alfredo Meza, cofundador de Armando.info
Es más sencillo hacer periodismo en digital por una circunstancia trágica: el Gobierno se ha hecho al control del papel para la prensa a través de una empresa estatal. Mudarse a lo digital es una opción también, porque hay medios comprados por capitales cercanos al chavismo. Desde el 2013, varios colegas hemos encontrado en la web una opción. Nuestro portal está dedicado a la investigación. El gran problema es la falta de voces oficiales que puedan permitir el contraste y la imposibilidad de ingresar a edificios públicos para comprobar denuncias. Ir a un hospital a hacer una nota sobre la poca dotación es casi imposible porque, si llegas allí por tu cuenta, corres el riesgo de que estos grupos de choque del chavismo te custodien y te caigan a palos y te saquen. Te toca casi que camuflarte, porque hay zonas vedadas al escrutinio de la prensa, que está conceptualizada como enemigo del régimen. Es una práctica a la que todo el mundo está habituado: el silencio. Por una investigación que publicamos, nos ofrecieron convertirnos en una suerte de asesores de la persona a la que investigamos. Buscamos una versión más apegada; si es para lavar reputaciones, no cabe. Sutilmente también te dicen: “podría poner publicidad en tu sitio…”.
“Llegamos a los lugares más apartados”: César Batiz, director de El Pitazo
Es más sencillo ser un medio digital porque somos periodistas y editores, no empresarios. Lo difícil es que en un país donde hay poco ancho de banda, se dificulta llegar a diferentes sectores de la sociedad. Lo que ocurre, en nuestro caso, es que gracias a la alianza con ONG hacemos proyecciones en sectores populares de siete entidades y llevamos la información a lugares a donde no habrían llegado a través de la web. Las presiones las han tenido nuestros reporteros que han sido agredidos o robados. Nos han robado doce teléfonos. El último nos lo robaron en una manifestación donde había presencia de un presunto colectivo. Sin embargo, creo que hasta ahora el gobierno de Venezuela no ha estado muy interesado en apuntar directamente a los medios digitales. No han sido atacados, pero no quiere decir que no lo vayan a ser. Lo más grave para nosotros, como periodistas de investigación, es cuando vas a buscar la contraparte, al vocero del Gobierno, del instituto, incluso en el sector privado. No hay respuestas. El mercado de los patrocinadores se dificulta porque temen retratarse con un medio crítico al Gobierno por posibles sanciones. Y porque hay una gran dificultad económica en el país, que dificulta que las empresas pongan anuncios.
“El momento menos objetivo”: Nelson González Leal, coordinador de Opinión de Contrapunto
El Gobierno venezolano tiene hoy una visión muy particular de la libertad de expresión y de empresa, dos cosas que hay que considerar en la actividad del periodismo, que tiene que sortear varios obstáculos para ejercer, por ejemplo, acceder a información de sectores oficialistas. Hasta ahora, el Gobierno se ha enfocado en su férreo control contra los medios tradicionales con cosas como llamados de atención, restricciones para el libre tránsito de comunicadores, restricciones de divisas para insumos en el caso de los impresos. Por eso, en medio de la crisis han surgido muchos medios digitales, que tienen mayor posibilidad de difundir su contenido porque se mueven en un espectro más amplio y menos sujeto al control del Gobierno. Sin embargo, la polarización ha llegado a la red también.
Este es el momento en que el periodismo venezolano ha sido menos objetivo, debido a que muchos han tenido que tomar una postura política, algo que se hace necesario en muchas ocasiones a la hora de comunicar lo que sucede acá. Eso se siente en la calle cuando se hace una cobertura: existen grupos afectos al Gobierno y a la oposición que son agresivos con los periodistas: mínimo son rechazados, máximo son agredidos.
Algunas cifras sobre la situación de los medios en Venezuela
729 ataques contra periodistas y medios se han registrado en los últimos dos años en Venezuela.
60 medios han dejado de operar en el país durante la gestión chavista, según el Sindicato de Trabajadores de Prensa.
22 periódicos han dejado de circular desde 2013 por las restricciones en el acceso a divisas para la compra de insumos.
Por Angélica Lagos Camargo y Juan David Torres Duarte
