La oposición venezolana convocó para el jueves a una nueva marcha contra el presidente Nicolás Maduro, tras la gigantesca movilización de este miércoles en todo el país que dejó dos muertos y una treintena de detenidos. (Lea: Marchas en Venezuela dejan dos muertos)
"Convocamos a todo el pueblo venezolano a movilizarse (...) Hoy fuimos millones y mañana tenemos que salir más personas", llamó el líder opositor Henrique Capriles, en rueda de prensa de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Las marchas opositoras fueron disueltas a punta de bombas lacrimógenas y no pudieron llegar a su meta: la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas, considerado su bastión por el chavismo y donde Maduro encabezó una manifestación con sus seguidores.
En la jornada murieron un adolescente de 17 años en Caracas y una joven de 23 en San Cristóbal (oeste, Táchira) por disparos de encapuchados en motocicletas.
"No hay ninguna justificación para que se derrame una gota de sangre en el país, cuando los venezolanos queremos un futuro distinto", subrayó Capriles, al condenar las muertes de las que el gobierno responsabilizó a la oposición.
Con estos dos fallecimientos suman siete en tres semanas de protestas que exigen elecciones para sacar del poder a Maduro, a quien sus detractores acusan de hundir al país en una severa crisis económica y política.
"No tengo ni comida"
Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que les tiraron piedras y cócteles molotov estallaron con fuerza en una estratégica autopista y sectores del oeste de Caracas.
Capriles recibió una lluvia de gases cuando se acercó a un bloqueo militar en la autopista Francisco Fajardo. Varios manifestantes huyeron lanzándose a las aguas negras del río Guaire.
"No tengo ni comida en la nevera. Tengo un niño de dos años que mantener y estoy desempleado. Todo por culpa de Maduro", dijo a la AFP Jean Tovar, de 32 años, con piedras en las manos para enfrentarse a los militares.
También hubo choques en los estados Zulia, Carabobo, Mérida, Barinas y Anzoátegui, con varios heridos.
Los opositores volvieron a la calle el 1 de abril luego de que el máximo tribunal asumiera las competencias del parlamento -único poder público controlado por la oposición-, desatando una protesta diplomática internacional que hizo dar marcha atrás.
La oposición denunció ese episodio como un "golpe de Estado", pero se reanimó, recobrando cohesión y apoyo popular que perdió tras fracasar en 2016 su plan de revocar a Maduro en un referendo.
"¡Acá seguimos mandando!"
Desde una tarima en la céntrica avenida Bolívar, Maduro cantó victoria: "Hoy pretendieron asaltar el poder y hemos derrotado otra vez a la derecha corrupta intervencionista. Acá seguimos mandando", gritó.
Maduro dijo estar "desmantelando el golpe de Estado terrorista", al precisar que fueron capturados más de "30 encapuchados" este miércoles. Unas 200 personas permanecen detenidas de las marchas anteriores.
"Estamos resteados (firmes) con Maduro por lealtad a nuestro comandante eterno", dijo a AFP en la manifestación oficialista Nancy Guzmán, de 50 años, al referirse al expresidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.
El gobernante, quien concluye su mandato en 2019, aseguró además querer ir "pronto" a elecciones para "ganar esta batalla ya", sin aclarar qué comicios.
La elección de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fue suspendida y aún no tiene fecha. La de alcaldes está pautadas para este año y las presidenciales para diciembre de 2018.
Los analistas Luis Vicente León y John Magdaleno opinan que Maduro evita "a toda costa" unas elecciones. Siete de cada diez venezolanos reprueban su gobierno, cansados de la escasez y una brutal inflación que el FMI estima en 720,5% este año.
Inquietud internacional
La movilización del miércoles generó preocupación internacional. Once países latinoamericanos pidieron al gobierno garantizar el derecho a protestar pacíficamente.
Estados Unidos lanzó una dura advertencia a los funcionarios públicos venezolanos de desistir de la "represión", lo cual fue visto por Maduro como una "luz verde a un golpe de Estado".
El mandatario acusó al jefe legislativo Julio Borges de liderar ese "llamado golpista", luego de que éste pidió a los miliares ser leales sólo a la ley. "No te quejes cuando la justicia llegue hasta a ti", le advirtió.
La oposición afirma que Maduro se sostiene en el poder por el apoyo de la cúpula de la Fuerza Armada, que le ratificó "lealtad incondicional". Según el analista Benigno Alarcón a cambio del poder económico y político que le dio.
Dos televisoras internacionales, el canal colombiano El Tiempo y el argentino Todo Noticias, informaron que salieron del aire por orden del gobierno, y una ONG denunció 18 casos de violaciones a la libertad de expresión en la cobertura de las protestas.