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El Gobierno de Brasil ha reforzado la seguridad en Río de Janeiro, luego de que milicias paramilitares incendiaron 35 buses y la cabina de un tren en la ciudad el lunes. Estos actos terroristas, descritos por la prensa local como “uno de los mayores ataques criminales en la historia de Río”, fueron una represalia por el asesinato de Matheus da Silva Rezende, un alto líder paramilitar asesinado por la policía.
Rezende es, además, el sobrino de Luis Antonio da Silva Braga, un jefe paramilitar apodado Zinho y uno de los líderes criminales más importantes en Río. Claudio Castro, gobernador del estado de Río de Janeiro, informó que 12 personas fueron arrestadas en relación con los ataques y serán acusados de terrorismo. Además, aseguró que las fuerzas de seguridad contraatacarán el crimen organizado y que habrá mucho más orden y tranquilidad.
“(Libraremos) una dura lucha contra esos delincuentes las 24 horas del día, los siete días de la semana. El mal no prevalecerá sobre el bien”, declaró el gobernador Castro.
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La quema de autobuses obligó a las empresas transportistas a interrumpir sus servicios, incluyendo las que servían a decenas de colegios. Según el sindicato Rio Obibus, este fue el día con más autobuses incendiados en la historia de Río de Janeiro. Para expertos, este episodio demuestra el fracaso del gobierno local para enfrentar el problema del crimen organizado.
Já temos nosso próprio terrorismo no Brasil. Hoje no Rio de Janeiro, dezenas de ônibus incendiados. Passamos 4 anos sem MST, greves e atos de terrorismo como os de hoje no Rio de Janeiro. pic.twitter.com/GNAJYiEdia
— Bia Kicis (@Biakicis) October 23, 2023
Sin embargo, el problema de seguridad pública se extiende más allá de Río de Janeiro. “Es un problema de todo Brasil”, aclaró el gobernador Castro. Las milicias responsables de la quema de buses están conformadas por grupos de policías o expolicías que antes hacían frente a las bandas de narcotraficantes, pero que ahora conformaron nuevas redes criminales.
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Además de cometer actos terroristas, estos grupos cobran impuestos a los habitantes de barrios por seguridad, transporte e incluso acceso a internet. Los constantes enfrentamientos entre estas bandas y las autoridades han convertido a Río en una de las ciudades más violentas de Brasil.
El ministro de Justicia de Brasil, Flávio Dino, prometió reforzar la presencia federal en todo el estado de Río de Janeiro. “Estamos manteniendo y ampliando operaciones diarias en Río, en lo que se refiere a competencias federales, realizando detenciones, investigaciones, patrullaje e incautaciones. Vamos a aumentar todavía más la presencia federal en apoyo al estado y a los municipios”, dijo Dino.
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