El Partido Liberal, del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro, presentó un recurso ante el Tribunal Superior Electoral con el que le solicita que sean anulados los votos de unas 280.000 urnas usadas en las elecciones del pasado 30 de octubre, alegando supuestos errores que habrían dado la victoria a Lula frente a Bolsonaro.
Con la anulación de los votos de las urnas cuestionadas, el partido de Bolsonaro sostiene que el actual presidente obtendría la reelección “con el 51,05 % de los votos válidos, contra el 48,95 % de Lula”.
Así pues, el Partido Liberal alega un “mal funcionamiento” de cinco modelos de urnas, supuestamente demostrado en un informe técnico realizado por el Instituto Voto Legal, contratado por la propia formación, que pondría en jaque la transparencia del proceso electoral. La denuncia se refiere a unas 280.000 urnas usadas en las elecciones que corresponden a modelos antiguos que se usan desde hace 25 años.
Frente a esta situación, el presidente de la autoridad electoral, Alexandre de Moraes, le dio a Bolsonaro un plazo de 24 horas para que presente las auditorías, tanto de la primera vuelta como de la segunda. Si la documentación no se presenta, su solicitud de anulación será rechazada.
Con esta nueva petición crece la incertidumbre en el país después de las elecciones, las más tensas, polémicas y polarizadas de la historia reciente de Brasil. Es más, desde que se conocieron los resultados de las elecciones, el actual presidente no se ha visto mucho públicamente y han tomado lugar múltiples manifestaciones en diferentes partes del país.
La ausencia del mandatario y su negativa a reconocer explícitamente la victoria de Lula da Silva para el siguiente período presidencial, han acrecentado las manifestaciones de los seguidores más radicales de Bolsonaro, quienes han llegado, incluso, a alentar a los militares a tomarse el poder, para así impedir el ascenso de Lula al Ejecutivo. Pese a que dichas manifestaciones se han ido disminuyendo en las últimas semanas, esta nueva solicitud podría retomar los alientos de algunos bolsonaristas.
Sin embargo, en medio de las protestas golpistas, el traspaso de poderes continúa avanzando. Por un lado, el equipo de transición de Lula da Silva está en Brasilia analizando documentación gubernamental y negociando a muchas bandas para conseguir el apoyo parlamentario necesario para sacar adelante maneras de financiar sus promesas electorales.
Cabe resaltar que en los últimos 25 años no se ha detectado ningún caso de fraude en las elecciones del país latinoamericano. Sin embargo, con esta demanda, Bolsonaro finaliza una campaña polémica, en la que cuestionó el sistema electoral vigente en repetidas veces, sembrando dudas sobre la ciudadanía sin pruebas contundentes.
