Este 8 de abril, la discoteca Jet Set, ubicada en Santo Domingo, República Dominicana, fue el centro de una tragedia tras el colapso de su techo durante un concierto del famoso merenguero Rubby Pérez, quien falleció. El accidente dejó, según lo que se sabe hasta ahora, un saldo de al menos 66 muertos y más de 160 heridos.
Las autoridades aún investigan las causas exactas del colapso, pero han señalado que la discoteca Jet Set no se renovaba desde 2015 y que, además, en 2023 fue alcanzada por un rayo. Estos hechos han generado críticas sobre la falta de inspecciones y el mantenimiento de la estructura.
Americarina Suero Moquete, residente del sector El Portal, justo detrás de la ahora destruida infraestructura de la discoteca, denunció que el lugar operaba con una carga excesiva de plantas eléctricas y sistemas de climatización.
Visiblemente molesta, afirmó que había acudido en múltiples ocasiones a la Fiscalía para denunciar la situación. En declaraciones a Univisión, agregó: “Yo revelo y sostengo que la estructura metálica, que tenía dos plantas allá arriba [...], transformadores [...] y otras cosas que ellos pusieron ahí, como unidades de aire, [fueron agrandadas]”. Con referencia a las denuncias que dijo haber hecho a la Fiscalía, señaló: “¿Saben lo que nos dicen? Que esta es una discoteca marca país”. Su conclusión: “Todo eso se cayó ahí debido a la constante vibración”.
“Un milagro”: el caso de Iris y su hijo
En medio del trágico colapso que dejó al menos 66 muertos, Iris Peña pudo haber sido la víctima 67. Ella, que habló con Color Visión Canal 9, se encontraba dentro de la discoteca Jet Set para ver al merenguero Rubby Pérez y logró salir justo antes del desastre.
Ella relató que usualmente se ubicaba en la zona VIP, pero esa noche le asignaron un asiento más alejado. Por fortuna, como ella misma recuerda, “en un momento empezó a caer tierra en la bebida”, lo que hizo que se levantara de su lugar para ir a hablar con alguien de seguridad. Entonces preguntó: “¿La tierra tembló?, porque yo sentí que estaba cayendo tierra”. Ante su inquietud, la persona le respondió: “Mira, muchacha, estamos con Dios. Eso no pasa nada, vete a gozar”.
Confiada en esas palabras, Iris regresó caminando hacia donde estaban su hijo y un acompañante, dispuesta a seguir disfrutando del concierto. Instantes después, todo cambió. “Cuando nos íbamos a sentar cayó algo. En ese instante le dije a mi hijo y a la otra persona: ¡Vámonos, vámonos!”, recuerda Iris. Segundos después, “cayó una piedra y rajó la mesa donde estábamos. Nosotros salimos”.
Ya fuera del lugar, su hijo intentó regresar por algo que había olvidado, pero un hombre se lo impidió. Instantes después, el segundo piso colapsó. Iris describió la magnitud del suceso así: “El impacto fue tan fuerte como si hubiera sido un tsunami o un temblor”.
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