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Así les enseñan a niños migrantes de 6 años sus derechos legales en EE. UU.

Durante su estancia en centros de acogida, niños desde los 6 años que migraron solos a Estados Unidos, y están en proceso de deportación, reciben clases de un grupo de abogados sin ánimo de lucro sobre los derechos que tienen.

Miriam Jordan / The New York Times
29 de mayo de 2021 - 10:01 p. m.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) tiene actualmente a su cargo a unos 8.800 niños migrantes. Algunos reciben clases de abogados de migración ante su proceso de deportación.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) tiene actualmente a su cargo a unos 8.800 niños migrantes. Algunos reciben clases de abogados de migración ante su proceso de deportación.
Foto: AFP - Agencia AFP
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Todos los martes y los viernes, Lindsay Toczylowski visita el Centro de Convenciones de Long Beach, donde organiza pequeños grupos de niños, algunos de apenas 6 años, para una lección de 45 minutos.

Su misión no es enseñarles el abecedario, sino educarlos sobre sus derechos legales. Toczylowski es una abogada de migración. Sus estudiantes son migrantes que cruzaron la frontera suroeste de Estados Unidos sin ninguno de sus padres.

Desde abril, el centro de convenciones ha albergado a niños, muchos de ellos centroamericanos que escaparon de la violencia y la pobreza. Fueron transferidos ahí después de haber estado bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza y permanecerán en Long Beach hasta que sus tutores potenciales, habitualmente familiares, entreguen los documentos requeridos por el gobierno federal para demostrar su parentesco y que el menor estará a salvo.

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Durante su estancia en refugios de emergencia en el sur de California, la cual se puede extender durante días o semanas, los niños participan en actividades musicales, artísticas y de otros tipos. La meta del grupo de asistencia legal sin fines de lucro de Toczylowski, Centro Legal de Defensores de Inmigrantes, es educarlos en lugar de entretenerlos.

“Queremos asegurarnos de que sepan que no están solos en su proceso legal”, dijo Toczylowski, quien es la directora ejecutiva del centro y que viste una camiseta en la que se lee: “Ningún inmigrante está solo”.

Cada día, un equipo de abogados y asistentes legales del grupo sin fines de lucro visita el centro de convenciones y el Pomona Fairplex, otro refugio temporal para niños migrantes, para llevar a cabo presentaciones de “Conoce tus derechos”.

Al haber ingresado al país sin autorización, los menores están en procedimientos de deportación. Sin embargo, si siguen los pasos adecuados, podrían obtener el derecho a permanecer en Estados Unidos. Los abogados buscan transmitir ese mensaje con una presentación dinámica de PowerPoint. Una diapositiva representa una corte con figuras caricaturizadas de un juez, abogados y un secretario judicial. Entonces, un niño aparece en la pantalla.

“Ese eres tú, les digo a los niños, y eres la persona más importante en la corte de migración”, afirmó Toczylowski. “Esta es tu oportunidad de contar tu historia: ¿por qué viniste a Estados Unidos y cuáles son sus expectativas?”.

Los niños aprenden que tienen el derecho a un intérprete de la corte y que se les aconseja tener a un abogado presente a su lado. El centro legal les ayuda a conectarlos con abogados.

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Asistir a cada cita en la corte, se les dice a los niños, les da la mejor oportunidad de conseguir el asilo o una visa que los pondría en el camino a obtener la residencia permanente en Estados Unidos. Sin embargo, si no acuden a una audiencia, un juez puede ordenar su deportación en ausencia.

“Les explicamos ese punto al preguntarles qué pasa si un equipo no se presenta para un partido de futbol: pierde”, dijo. “En la corte, presentarse para tus audiencias no garantiza que ganes, pero si no te presentas perderás en automático, como el equipo de futbol”.

El grupo de abogados les ha explicado esto a cientos de niños, incluyendo aquellos en cuarentena debido a que dieron positivo por coronavirus al llegar al centro de convenciones.

Para garantizar que los patrocinadores de los niños también estén conscientes del proceso legal, Proyecto Esperanza para los Derechos de lxs Inmigrantes, un grupo sin fines de lucro afiliado con las Caridades Católicas de Los Ángeles, ha entrenado a los gerentes de caso que manejan la reunificación de los menores con los adultos que los reciben.

“Vamos a tener miles de niños con casos de inmigración en proceso durante años”, dijo Kimberley Plotnik, directora de programa en Esperanza. “No concluye hasta que dejen los refugios”.

La mayoría de los niños saben que están en Long Beach e incluso algunos le dicen a Toczylowski que, en español, la ciudad se llamaría “playa larga”. Le comentan que prefieren estar en el centro de convenciones en lugar de en una instalación fronteriza, en la cual duermen en el piso, con solo una sábana tan delgada como una oblea para taparse. La comida también es mucho mejor, mencionan.

Toczylowski a menudo comparte con los migrantes que ella tiene hijos de su edad: Maya, de 11 años, y Santiago, de 6.

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Conforme se acercaba el Día de las Madres, no podía dejar de pensar sobre una pequeña que había conocido. La niña de 7 años originaria de Centroamérica cargaba un celular, donde tenía almacenada la información de contacto de su madre para su viaje rumbo al norte. Los agentes que la procesaron después de que fue interceptada en la frontera le quitaron el dispositivo y ella no memorizó el número.

Toczylowski recordó que la menor compartió la única cosa que sabía: “Mi mami vive donde nieva”. Después, los ojos de la pequeña se llenaron de lágrimas y preguntó: “¿Seré adoptada? ¿Me quedaré aquí para siempre?”.

Alrededor de diez días después, se reunió con su madre en el Medio Oeste.

Por Miriam Jordan / The New York Times

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