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Torre de Tokio: derrota feminista

Columna para acercar a los hispanohablantes a la cultura japonesa.

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Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio
26 de octubre de 2025 - 02:00 a. m.
La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, asiste a la sesión plenaria de la Cámara de Representantes para pronunciar su discurso sobre políticas en Tokio el 24 de octubre de 2025.
La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, asiste a la sesión plenaria de la Cámara de Representantes para pronunciar su discurso sobre políticas en Tokio el 24 de octubre de 2025.
Foto: AFP - KAZUHIRO NOGI
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Más que júbilo por tener la primera mujer en la historia gobernando Japón, el nombramiento de Sanae Takaichi como primera ministra ha sido acogido con la cautela reservada a un caballo de Troya que, tras el maquillaje impecable y las faldas, esconde un curtido patriarca nacionalista del partido hegemónico de este archipiélago. (Lea más columnas de Gonzalo Robledo sobre Japón).

Conocida por apoyar la supremacía masculina en el país con el peor desempeño en igualdad de género dentro del Grupo de los Siete (G7), la señora Takaichi es criticada por su acomodamiento excesivo a la ideología del Partido Liberal Democrático (PLD), fuerza conservadora dominada por hombres mayores cuyo machismo rampante se manifiesta en frecuentes deslices verbales contra mujeres que desafían el rol tradicional de madre y encargada del hogar.

Un informe de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres (LSE por sus siglas en inglés) compara a Takaichi con la primera ministra italiana Giorgia Meloni y considera que “ha seguido un camino similar, construyendo su prominencia dentro del PLD al alinearse con redes conservadoras y con posturas firmes sobre seguridad y control fronterizo”.

Takaichi, de 64 años, se declara admiradora de Margaret Thatcher y la prensa angloparlante la llama “La dama de hierro de Japón”.

Cuenta con el beneplácito de Donald Trump por ser la ahijada política de Shinzo Abe, el ex primer ministro japonés asesinado en 2022 y famoso por su diplomacia de halagos constantes para intentar convertirse en el mejor amigo en Asia del presidente norteamericano en su primer período.

El ascenso de Takaichi a jefa del PLD se atribuye a la crisis de su partido tras repetidos escándalos de corrupción que provocan la fuga de su electorado hacia grupos menores de ultraderecha donde se culpa del estancamiento económico a la inmigración y a los enemigos externos del país.

Con Takaichi se espera una política migratoria más estricta y una reforma de la Constitución pacifista para eliminar límites legales al rearme.

Ambas posturas coinciden con la plataforma del partido Isshin, grupo nacionalista con el que Takaichi formó una alianza urgente para aumentar sus escaños y alcanzar el poder.

Una muestra elocuente de la opinión popular fue un mensaje en X de una persona que se identifica como @eZszZ5qZrD25287, miembro del PLD, feminista liberal no binario de 22 años: “Una mujer que se adapta en exceso a una sociedad masculina y que no habla sobre políticas para mujeres y llega a ser primera ministra, es una derrota para el feminismo.”

Takaichi entra al carrusel de casi cuarenta hombres que desde el final de la Segunda Guerra Mundial han gobernado Japón, muchos con gabinetes relámpago y uno de ellos de solo 69 días.

* Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.

Por Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio

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