Publicidad

Torre de Tokio: estómagos enfrentados

Columna para acercar a los hispanohablantes a la cultura japonesa.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio
09 de noviembre de 2025 - 02:00 a. m.
Anuncio de MacDonalds en Tokio pidiendo personal temporal para trabajar.
Anuncio de MacDonalds en Tokio pidiendo personal temporal para trabajar.
Foto: Gonzalo Robledo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El argumento de que todos tenemos un segundo estómago para llenarlo de postres después de una opípara comida, tiene su contraparte en Japón en un viejo proverbio que aconseja, para vivir muchos años, dejar de comer antes de que se llene nuestro estómago. (Lea más columnas de Gonzalo Robledo sobre Japón).

Ambas posturas conviven en este país y se describen con frases pintorescas, que por referirse al acto de yantar son las más repetidas del idioma nipón.

El japonés urbano es adepto a la teoría del “estómago adicional” (betsu bara), una vieja creencia investigada científicamente en años recientes y según la cual el ser humano, por muy saciado que esté, tiene la capacidad neuronal de abrir espacio para un nuevo sabor.

Al final de las comidas es común en los restaurantes pedir el postre con la frase betsu bara y muchas tiendas de postres, helados y galletas tienen cuentas de Instagram con la frase que dignifica, ensalza y justifica el hartarse de golosinas después de almorzar o cenar.

Algunos historiadores hablan del origen chino de la frase mientras que otros citan autores occidentales como Cervantes cuando en La Gitanilla pone a la protagonista a decir: "Preciosa respondió que sí tenía hambre, más que era hambre de cosas dulces".

Al otro lado del espectro están los defensores de la máxima hara hachi bu (dejar el estómago al ochenta por ciento), una metáfora numérica atribuida a los habitantes de Okinawa, la provincia que saltó a la fama mundial en la segunda mitad del siglo pasado por su dieta saludable que produjo una alta población de centenarios.

Quedarse con un poco de hambre se unía a un menú rico en vitaminas y minerales esenciales, antioxidantes y pocas calorías.

Los longevos okinawenses ejercitaban sus músculos trabajando en el campo o en el mar hasta edades avanzadas y su mente se beneficiaba de un sólido tejido social mantenido con la charla y el compadreo típico de climas cálidos donde la socialización al aire libre prima sobre la prisa y la puntualidad.

Por ser la sede principal de las bases militares estadounidenses en Japón, donde se ceban muchos de los que el actual Secretario de Guerra de EE. UU., Pete Hegseth, llama “soldados y oficiales gordos”, Okinawa se llenó de cadenas de comida rápida que modificaron la dieta de la población nativa joven.

Okinawa tiene hoy serios problemas de obesidad y se encuentra en el puesto 25 de expectativa de vida entre las 47 prefecturas de Japón.

De los 99.763 centenarios japoneses contabilizados este año, la mayor parte viven en otras provincias diferentes a Okinawa donde en los próximos años se abrirán cuatro nuevos restaurantes de una empresa americana bautizada con el jactancioso nombre de Fatburger (hamburguesa gorda).

*Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.

Por Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio

Conoce más

Temas recomendados:

 

Juan Borda(30412)09 de noviembre de 2025 - 02:58 p. m.
Los están envenenando com comida chatarra. Misiles!
Nelson Castillo(11961)09 de noviembre de 2025 - 12:30 p. m.
La industria agroalimentaria trajo mayor productividad (caballito de batalla del modelo), concentración de riqueza y monopolios, pero lo más importante y complementario, desnutrición, obesidad morbida (oferta de comida chatarra), inseguridad alimentaria, desbalance dietario, perdida de "soberanía" alimentaria...
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.