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“Tengo licencia para la tenencia de animales potencialmente peligrosos”, me dice María, una mujer andaluza que pasea un perro japonés de la raza Akita por el centro de Granada, la ciudad española del inmortal palacio de la Alhambra. (Lea aquí más columnas de Gonzalo Robledo sobre Japón).
Dirijo un documental para explorar el gusto japonés por la música flamenca. La secuencia inicial abre con el perro de María, llamado Futoi, mirando al horizonte desde un mirador elevado.
Su perfil recuerda a un lobo. Su pelambre mullida y su corpulencia, hablan de su origen en tierras nevadas de Akita (prefectura al norte de Japón), y de su función como perro de caza que se enfrenta a mordiscos con los osos y facilita su caza. El carácter y la musculatura necesarias para tal tarea hace que la elegante raza nipona sea catalogada en algunos países como una mascota cuya tenencia implica riesgos.
En España se cataloga con unas siglas que hacen pensar en un partido más conservador que su más poderoso partido conservador (PPP), pero que en realidad quieren decir Perro Potencialmente Peligroso. Futoi, significa en japonés “gordo” o “grueso”, y María lo eligió buscando en Google el significado de un apelativo cariñoso.
En el paseo que grabamos para el documental, el animal camina atado a su correa por entre la multitud de turistas que quieren divisar la Alhambra desde el mirador de San Nicolás.
La plazoleta es un lugar privilegiado para contemplar la salida del sol y ver en silueta el espectacular conjunto de palacios, jardines y fortalezas que los monarcas árabes que controlaban la zona empezaron a construir en el siglo XIII.
María me enseña su carnet de persona autorizada para manejar el can cuya apariencia noble atrae a turistas y a locales. Algunos le piden permiso para hacerse fotos junto al perro y evocan la película Hachiko, protagonizada por Richard Gere y basada en la historia de un Akita que durante casi diez años esperó frente a una estación de tren el regreso de su amo, ignorando que ya había fallecido. El Akita de María es un perro amistoso que al encontrarse a su paso con razas de todos los tamaños y colores, se comporta con modestia, los huele y continua sereno su camino.
El documental incluirá expertos andaluces hablando sobre las raíces orientales de la música, el cante y el baile flamenco. Desde los lejanos orígenes hindúes de la raza gitana hasta los arabescos de voz que hacen los cantantes flamencos, llamados melismas, espero que nos ayuden a entender cómo ocurrió la fusión en aquel crisol que fue en su momento Andalucía.
Futoi, poco ladrador residente en Granada, nos sirve de metáfora para introducirnos en una apasionante averiguación.
* Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.
Por Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio
