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Torre de Tokio: hongo nacional

Columna para acercar a los hispanohablantes a la cultura japonesa.

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Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio
02 de noviembre de 2025 - 02:00 a. m.
Pasta de miso usada para elaborar la sopa típica japonesa que se origina con el llamado "hongo nacional".
Pasta de miso usada para elaborar la sopa típica japonesa que se origina con el llamado "hongo nacional".
Foto: Gonzalo Robledo
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Algunas agencias de viajes japonesas ofrecen visitas a fábricas de alimentos fermentados donde presentan a los visitantes un ingrediente conocido con el mote patriótico de “el hongo nacional”. (Lea más columnas de Gonzalo Robledo sobre Japón).

Se trata de un microorganismo en forma de moho que se forma en el arroz y su nombre en japonés es koji.

Está presente en la fermentación y producción de bebidas y alimentos típicos como el sake, la pasta de soya que se usa para la sopa de miso o en el vino de arroz que adoba muchos platos de la prestigiosa gastronomía nipona, reconocida desde 2013 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

El koji ayuda a engrosar el catálogo mundial de los alimentos fermentados como el pan, licores como el vino, la cerveza, el pulque o la chicha, además de yogures, quesos y otras comidas nutritivas cuyo olor penetrante suele dividir opiniones.

La denominación de “hongo nacional”, fue otorgada en 2006 por la Asociación Cervecera de Japón en reconocimiento a la amplia gama de alimentos locales que produce.

Evoca, además, una vieja y polémica hipótesis sobre la supuesta homogeneidad cultural, étnica y lingüística de Japón.

Se llama algo así como la Teoría de lo nipón (Nihonjinron, en japonés) y ha sido calificada de chovinista pues desdeña el gran aporte de China y Corea a la cultura nipona y muestra a Japón como una entidad racial cultural y socialmente homogénea. La Teoría de lo nipón enfatiza la excepcionalidad de Japón y da lugar a afirmaciones extremas difíciles de verificar con métodos científicos.

Que los japoneses tienen los intestinos más largos que los occidentales por la dieta de arroz, que la nieve japonesa —alabada por los esquiadores internacionales— es única en el mundo o que el idioma japonés es imposible de traducir plenamente, son creencias interiorizadas por gran parte de la población.

Cuando a mediados del siglo pasado las grandes empresas japonesas atribuyeron el milagro económico al “espíritu nipón” (de tesón, trabajo colectivo y obediencia jerárquica) hacían uso de la Teoría de lo nipón.

El objetivo final de la Teoría de lo nipón, promover el mito de una nación monocultural y monorracial, coincide con la tendencia creciente de la política mundial de atribuir al mundo exterior, “al otro”, los principales males del país. Como en China, Corea del Sur y otros países asiáticos consumidores de arroz existen variaciones del koji, es previsible que tengan lugar discusiones parecidas a las de aquellos países latinoamericanos que proclaman su soberanía sobre el tamal, las arepas o el sancocho.

El inocente y saludable hongo nacional es ya un ícono identitario que fermentará y pronto expelerá su olor divisivo.

* Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.

Por Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio

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