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El gusto por la xenofobia que invade la política mundial se ha empezado a consolidar en Japón con la reciente victoria electoral de un nuevo partido cuyo líder ataca la inmigración y cita como modelo al presidente estadounidense Donald Trump. (Lea más columnas de Gonzalo Robledo sobre Japón).
Como toda fuerza política que busca adeptos entre la población vulnerable que añora un cambio en su vida, el partido, conservador y muy sesgado a la derecha, eligió un nombre que invita a la acción: Sanseito (Partido de la Participación Política).
Su director, un ex gerente de supermercados llamado Sohei Kamiya, lo fundó dentro de Youtube durante la pandemia del covid 19, inspirado en la técnica trumpista de desinformar, desdeñar los canales convencionales y comunicar a través en un tono elemental, divulgativo e irreverente.
Sanseito aprovechó el tirón de las teorías del miedo, que por razones obvias se pusieron de moda durante la pandemia. También reforzó las conspiraciones sobre una supuesta élite millonaria que maneja el mundo a su antojo.
Reunió un amplio espectro de votantes insatisfechos ente los que pueden militar, además de conservadores cincuentones, universitarios que se disponen a votar por primera vez y manifestar así su descontento con los partidos tradicionales.
Consciente de la importancia de la apariencia en las redes sociales, Kamiya se aseguró el apoyo y la carismática oratoria de un escuadrón de guapas mujeres que, según comprobé en una encuesta de calle, generan comentarios como “le votaré porque es muy atractiva”. La estrategia funcionó y en las elecciones parlamentarias del pasado 20 de julio, Sanseito pasó de 1 a 14 escaños.
Su lema de batalla Japanese First (“Los japoneses primero”), calcado del trumpista America First, confirma que cada vez más japoneses consideran que la inmigración es una “invasión silenciosa”.
Como Trump, el naciente partido nipón considera a los inmigrantes como acaparadores de empleo y parásitos de los beneficios sociales destinados a los nacionales.
Cuando los extranjeros son ricos, su principal pecado, según Sanseito, es comprar tierra y quitarle oportunidades de ganancias a los japoneses.
Aunque Sanseito aún no ha acusado a los extranjeros de comerse las mascotas, tal vez porque en los países vecinos de Asia la carne de perro aparece con frecuencia en su diversa gastronomía, la xenofobia ha salido reforzada con los votos.
Muchos analistas aseguran que aún es pronto para alarmarse, pues los brotes extremistas nipones desde la posguerra suelen terminan disueltos en partidos mayoritarios.
Otros, sin embargo, advierten que el actual ecosistema político empieza a tener la misma temperatura de comienzos del siglo XX, cuando nacía el nazismo, y estamos en camino de repetir la trillada, pero nunca aprendida máxima, de que debemos mirar la historia para no repetir los errores del pasado.
*Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.