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Egipto, el secreto para el alto el fuego entre Israel y Hamás

Ante la extrema cautela del presidente Joe Biden frente al conflicto entre Israel y Hamás, por lo menos al principio de la confrontación, el rol de arquitecto de una tregua recayó de nuevo en Egipto.

Camilo Gómez Forero
27 de mayo de 2021 - 02:00 a. m.
Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., viajó a Medio Oriente para consolidar el alto el fuego en Gaza. / AFP
Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., viajó a Medio Oriente para consolidar el alto el fuego en Gaza. / AFP
Foto: AFP - ALEX BRANDON

El Cairo siempre ha sido protagonista en el conflicto en la Franja de Gaza. En 2014, cabe recordar, negoció la tregua que puso fin a la última guerra. Ahora de nuevo trabaja en la ingeniería de la paz entre Israel y Hamás, ante la escalada de ataques.

Por esta razón, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tuvo una parada obligatoria en El Cairo el miércoles para hablar con el presidente egipcio, Abdel Fattah Al Sisi, sobre la situación en el enclave palestino. En entrevista con El Espectador, el embajador de Egipto en Colombia, Sami Mahmoud Ali Salem, habló sobre la importancia de su país como mediador en el conflicto.

Gaza es un recordatorio de la relevancia de Egipto para el Medio Oriente. ¿Cuál es el papel de El Cairo en este momento en esta región?

En general, la política exterior de Egipto se basa en conseguir la estabilidad en nuestra zona, porque no hay desarrollo económico en ningún país sin paz y tranquilidad. Lamentablemente, nuestra zona sufrió por muchos años de conflictos, como en Libia, Líbano, Siria, Yemen, Sudán... en todo el vecindario hay problemas. Nosotros queremos disminuir esa situación tensa en la región, conseguir paz, y la parte palestina es superimportante. Es la causa principal para todos los árabes y musulmanes y muchos países del mundo. La mezquita de Al-Aqsa es la tercera más sagrada en el Islam. Entonces, por ejemplo, para un turco, o un malasio, o un pakistaní, es igual de relevante la causa. Es la parte religiosa del conflicto. Estamos siempre participando en cualquier esfuerzo con ese objetivo de paz.

¿Cómo están las relaciones de su país con el vecindario? ¿Qué hay de Turquía, por ejemplo?

Bueno, con Turquía no tuvimos buenas relaciones por años, desde 2013 por la revolución popular en Egipto que sacó del poder a un grupo extremista, la Hermandad Musulmana, que gobernó un año. Turquía adoptó entonces una posición mala, de apoyo a ese grupo. Les dio refugio a algunos de sus miembros y aparte de eso también adoptó políticas que no sirvieron para establecer la estabilidad de nuestra región, como en Siria, en Irak, con Grecia, con Chipre, ahora también mandaron muchas fuerzas extranjeras a Libia, y por eso las relaciones no estuvieron bien. Ahora vemos que hay una intención de mejorar las relaciones. Nosotros estamos abiertos siempre al diálogo. No queremos enemigos en ninguna parte del mundo.

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Hace unas semanas hubo una reunión entre ambos países para avanzar en la normalización de las relaciones y tener de nuevo embajadores, que por ahora no hay. Por otro lado, tenemos problemas con Libia, desde que se fue el expresidente Gadafi. Nuestra política siempre ha sido tener seguridad en Libia porque tenemos amplias fronteras. Son iguales a la frontera entre Colombia y Venezuela. Así que cuando pasa algo en Libia nos afecta directamente. Y hubo antes atentados terroristas que llegaron de Libia sobre turistas. Sobre eso, es una prioridad tener un Gobierno fuerte en Libia y por eso estamos ahora apoyando para tener una situación más estable en el país. Todos los vecinos queremos estabilidad en Libia.

Egipto negoció la tregua que puso fin a la última guerra de Gaza en 2014. ¿Qué rol jugó Egipto ahora?

A nosotros nos interesa mucho la seguridad en Gaza. Es la zona más poblada del mundo porque es una zona muy pequeña y tiene más de dos millones de habitantes palestinos. Entonces su problemas son grandes. Lamentablemente Israel, luego de retirar sus tropas, los cercó y los dejó viviendo como en una prisión. No tienen acceso al mar, no tienen puerto, no tienen aeropuerto... entonces, dos millones de habitantes están viviendo en una prisión diaria. Los suministros de todo dependen de la frontera que tienen con Egipto. Nosotros trabajamos en mejorar el nivel de vida de quienes viven en la Franja de Gaza. Ahora con esta tregua que alcanzamos prometimos apoyo para la reconstrucción de Gaza después de la destrucción con US$500 millones a través de empresas egipcias. Nuestro rol es el de dar garantías a las dos partes para que acepten una tregua, pero eso es temporal. El objetivo tiene que ser un acuerdo de paz definitivo para que la ocupación de Israel se acabe de una vez y tengamos un estado palestino independiente con Jerusalén del Este como su capital. El alto el fuego, las treguas, no van a perdurar. En unos años tendremos otro conflicto armado con más víctimas y esto es inaceptable.

¿Qué considera que se necesita para una tregua entre Israel y Hamás?

Se necesita que las dos partes sean sinceras. Querer parar el conflicto armado. Y que Israel tenga esa convicción. En los últimos dos días vimos que sigue la represión sobre los palestinos. Eso no ayuda a conseguir la paz.

Egipto fue eclipsado en el campo de la diplomacia y la geopolítica por países como Arabia Saudita, Turquía o Emiratos Árabes Unidos en los últimos años. ¿A qué se debe este resurgimiento?

Debido a los problemas que tuvimos con la revolución de 2011, debimos concentrarnos en la situación interna. En ese período, hasta 2014, Egipto se vio eclipsado. Pero ahora retomamos nuestra labor, ganamos terreno en combatir grupos armados y con la situación más estable estamos participando más en todos los esfuerzos de paz y estabilidad en nuestra región. En donde sea. No solo con los palestinos, también Líbano. Vamos por el camino correcto de nuevo.

El papel activo de Egipto como mediador en este nuevo enfrentamiento entre Israel y Hamás opaca el de Estados Unidos, que permaneció silencioso en un principio. ¿Cómo interpreta Egipto el papel de Washington como mediador de este conflicto?

Creo que como hay una nueva administración, Washington tuvo que tomar su tiempo para estudiar la situación. Hay muchos conflictos en el mundo, no solo en Medio Oriente. Estados Unidos mostró un interés más serio en mediar. Hicieron su papel. Nos interesa cooperar con Washington, por eso recibimos al secretario de Estado, Antony Blinken, y esperamos que esa reunión sirva para que en las próximas semanas reiniciemos negociaciones entre los palestinos e Israel.

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¿Cómo están las relaciones con Washington? Biden ha mostrado no ser complaciente con Al-Sisi como sí lo era Donald Trump., quien lo llamaba “su dictador favorito”…

Nuestra relación con Estados Unidos es estratégica, de cooperación en muchos ámbitos, desde que llegamos al acuerdo de paz en 1979. Washington jugó un papel fundamental. Desde ahí, nos hemos llevado bien con los dos partidos estadounidenses y saben la importancia de Egipto en nuestra zona. Los malentendidos son cosa del pasado. Esta semana Biden llamó dos veces al presidente Al-Sisi y pienso que las conversaciones fueron positivas sobre todos los temas de interés común: sobre Medio Oriente, África, el terrorismo y derechos humanos. La relación camina por bases fuertes. Mire nada más el episodio del canal de Suez, gracias a este el mundo se dio cuenta de la importancia de Egipto para la economía mundial, entre otros temas.

Por otro lado, Egipto ha encontrado un nuevo aliado: Emmanuel Macron. ¿A qué se deben los acercamientos con el gobierno francés?

Creo que hay un acuerdo político sobre diferentes temas: el conflicto en Libia, la situación de Siria y Líbano. Todo eso ayudó a acercarnos. No es algo nuevo, siempre hemos tenido buenas relaciones. Pero ahora hay más entendimiento entre los dos presidentes. Se reunieron en París hace poco y creo que eso fue positivo. De igual manera queremos buenas relaciones con todos los países de Europa.

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¿Cree que la labor de Egipto como mediador en este caso le sirva de buena propaganda en el extranjero?

La verdad, no nos interesa la propaganda. Lo más importante es conseguir algo contundente respecto a la paz y en nuestra zona. La propaganda no sirve de mucho. Queremos llegar a resultados concretos, a un acuerdo definitivo entre palestinos e Israel para disfrutar de paz en nuestra zona. Es difícil, porque es un conflicto con más de 70 años de historia, con muchos muertos de ambas partes, pero seguimos en nuestro trabajo para que la estabilidad reine en nuestra zona. Tenemos suficientes problemas para adicionar uno con Palestina. Cada vez que disminuimos conflictos, es algo positivo para todos los países.

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