Los alemanes son expertos en crear palabras largas y complicadas. Eso lo reconoce el periodista y satírico Jan Böhmermann. En una columna especial para “The New York Times” recordó una de ellas: “Vergangenheitsbewältigungsweltmeister” o “Campeones mundiales en confrontar nuestra propia historia”, un término que acuñaron luego de las derrotas en las dos guerras mundiales. “Nunca más” se ha convirtió en un lema nacional.
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“Vivir en Alemania significa que te recuerden constantemente nuestro pasado. Todos los días, todo el día, durante los últimos 80 años, nos repetimos a nosotros mismos: ‘Nunca más’”, comentó.
Pero eso ha cambiado desde el surgimiento de Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha que desde 2013 ha hecho lo posible por revertir esta “vergüenza nacional” y la ha convertido en un eje central de su campaña de desinformación en línea. Además de culpar a la anterior coalición entre el Partido Socialdemócrata de Scholz (SPD), la Alianza 90/Los Verdes y el Partido Democrático Libre (FDP), del estancamiento económico y la inseguridad, la extrema derecha acusa a los partidos tradicionales de perjudicar a la nación al multiplicar la carga histórica sobre su pasado.
“Así como los niños alemanes durante generaciones se han enfrentado a monumentos al Holocausto, Claudia Roth (ministra de Cultura) ha pedido sumas exorbitantes de dinero para construir nuevos museos y monumentos para su visión opresiva”, escribió el periodista e investigador conservador alemán Eoin Lenihan.
Alemania enfrenta una crisis económica sin precedentes en la era moderna. Tras dos años consecutivos de contracción, el país ha entrado en una recesión técnica, revelando las grietas de un modelo basado en disciplina fiscal extrema y aversión a la deuda. La norma del “freno de la deuda”, instaurada en 2009 para garantizar estabilidad financiera, hoy es vista como un obstáculo para la recuperación. Mientras los partidos tradicionales debaten entre mantener la ortodoxia o flexibilizar el gasto público, el descontento ciudadano crece. La extrema derecha de AfD capitaliza este malestar, prometiendo soluciones simplistas y explotando la frustración con un sistema económico percibido como rígido e ineficaz. Su discurso ha calado especialmente entre los jóvenes alemanes de 16 a 34 años, cuyo apoyo a AfD aumentó un 18 % en las últimas elecciones europeas. Si las encuestas aciertan, el partido podría convertirse en la segunda fuerza política más grande de Alemania tras los comicios de este domingo. Y para llegar a estas audiencias, la AfD hoy cuenta con una herramienta útil: X, propiedad de Elon Musk, y TikTok.
“La visibilidad de Alice Weidel (líder de AfD) en las redes sociales ha aumentado en los últimos meses, y este fuerte incremento coincide con la promoción de la AfD por parte de Elon Musk”, le dijo Sami Nenno, investigador de la Universidad Técnica de Dresde y del Instituto Alexander von Humboldt para Internet y Sociedad, a “The Washington Post”.
Según investigadores alemanes, el número de seguidores de Weidel en X se ha más que duplicado desde que Musk mostró su interés por la AfD el año pasado, y el contenido de derechas podría haber sido beneficiado por su algoritmo, apuntó un estudio del Laboratorio de Investigación Forense Digital (DFRLab) del Atlantic Council. Por otro lado, el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD) mostró que AfD “domina” TikTok en comparación con los otros partidos, que reconocieron la importancia de estas herramientas “tarde”.
Esto es crucial para entender el electorado. Un sondeo de YouGov, realizado para la agencia de noticias alemana, reveló que el 27 % de los votantes utilizan plataformas como Facebook, X, Instagram, TikTok y Youtube para obtener información sobre las elecciones. Dentro de los partidarios de AfD esta cifra aumenta al 40 %.
Si bien los investigadores han reconocido que el éxito en las redes no garantiza una victoria en las urnas, y que el contenido de la AfD ha tenido más impacto entre el público angloparlante que en el alemán (lo cual no deja de ser preocupante, considerando que Musk está ayudando a figuras extremistas de derecha en Reino Unido, donde también habrá elecciones este año), un pequeño aporte podría ser decisivo para los resultados. La encuesta de YouGov mostró que el 20 % de los potenciales electores decidirán por quién votará en los últimos días antes de las elecciones. El 7 % afirmó que decidirá por quién votará el mismo día de las elecciones.
¿Qué tan significativo es esto? Mucho. Según las últimas proyecciones, todo apunta a que la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU), con el 28 %, y el Partido Socialdemócrata, con el 16 %, tendrían suficientes votos para conformar una coalición, resistiendo de nuevo el avance de AfD al poder. Sin embargo, de acuerdo con Matthe Moore, corresponsal político de la DW, si el Partido Democrático Libre (FDP) o la Alianza Sahra Wagenknech (BSW) logran tener un 0,5 % extra en las urnas (superando el umbral del 5 % para entrar al Parlamento), el cuadro se transformaría totalmente. Para AfD es una buena noticia. La CDU/CSU tendrá que formar una coalición de tres miembros, ya que los partidos tradicionales obtendrían menos escaños.
La fragmentación podría conducir a un retraso en la formación del gobierno, según le dijo Manfred Guellner, director del instituto de encuestas Forsa, a la Agencia Anadolu. Y esta incertidumbre política, para el experto, aumenta potencialmente aún más el apoyo al partido de extrema derecha AfD. ¿Cómo? Tracemos un paralelo con el de la película “Cónclave”, en donde el cardenal Goffredo Tedesco, extremadamente conservador, sacaba provecho de la demora en la elección del nuevo papa tras varias rondas de votación para presentarse como la única carta que traería verdadera estabilidad y orden.
La jornada está muy abierta y, como apuntó Moore, para “abrocharse los cinturones”. Un pequeño cambio podría paralizarlo todo. AfD solo está esperando para medir su nivel de éxito. De todas maneras, al obligar a los partidos de centro-izquierda y centro-derecha alemanes a virar hacia la derecha en su retórica y promulgar discursos contra los migrantes y a favor de relajar la política monetaria, ya ha ganado en estas elecciones.
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