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Alerta roja en Francia

Medios y gobierno convierten la posibilidad de un ataque terrorista en el tema de la semana en el país.

Ricardo Abdahllah / París

05 de octubre de 2010 - 04:59 p. m.
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Esta vez la evacuación se realizó con calma, los cerca de dos mil turistas que al final de la tarde del martes visitaban la Torre Eiffel se dejaron guiar y, a diferencia de la operación anterior, en la que se cerraron calles y se paralizó el tráfico en los sectores alrededor del monumento, las personas esperaron con calma la revisión de rigor. La segunda evacuación de la Torre Eiffel, consecuencia de una llamada anónima realizada desde una cabina telefónica cercana, fue la cuarta alarma de bomba seguida de una evacuación en un punto principal de la capital francesa. Las estaciones ferroviarias de Saint Lazare y Saint Michel han sido los otros lugares.

“Estamos recibiendo el doble de alertas que antes”, dice un oficial de policía en Châtelet-Les Halles, corazón del sistema de metro parisino. “La gente avisa a los empleados de las taquillas acerca de bolsas o cajas abandonadas y el procedimiento inmediato es cerrar la estación o al menos la zona hasta que revisemos”. Es lo que ocurre decenas de veces por semana en los transportes públicos sin mayores repercusiones.

Al contrario, las grandes evacuaciones de las últimas semanas se han debido a amenazas telefónicas. Tras ninguna de las intervenciones logró encontrarse nada fuera de lo normal. Sin embargo, la cadena británica Skynews anunció que gracias a la cooperación de los servicios de varios países europeos se habría desmantelado un complot para ejecutar en ciudades alemanas, británicas y francesas una ola de atentados que en principio seguirían el principio de los cometidos en Bombay en 2006, en las que siete ataques simultáneos causaron 186 víctimas. Las autoridades francesas anunciaron la detención de 12 supuestos terroristas de origen islámico en el sur del país y la incautación de armas y explosivos.

“Hoy ha sido un día duro. Hasta una bolsa de McDonald’s ha sido considerada como sospechosa”, confirma un empleado del metro a cargo de la estación La Défense, en el centro financiero de París, cerrada por una “medida de seguridad” a la hora de paso de los últimos metros del miércoles.

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La amenaza de los islamistas radicales

Ningún atentado con víctimas mortales relacionado con el terrorismo internacional ha tenido lugar en Francia desde 1996, cuando una bomba en la estación de Port Royal causó cuatro muertos. Tras dicho atentado se encontraba el Gia (Grupo Islamista Armado), una organización de origen argelino, relativamente inactivo desde finales de las décadas de los noventa, pero del que se sospecha algunos miembros fueron instructores del Grupo Salafista de la Predicación y el Combate, que desde 2007 funciona como la rama magrebí de Al Qaeda, Aqmi.

Además del antecedente del llamado del Gia a lanzar una yihad en Francia, hecho en 1999, otras razones podrían estar detrás de un posible ataque por parte de Aqmi. La presencia de tropas francesas en Afganistán, la reciente ley para prohibir el uso del velo integral y las operaciones conjuntas con ejércitos africanos contra los campamentos de combatientes islamistas en Mauritania serían algunas de ellas.

Declaración de alarma

El pasado 11 de septiembre, cuando en el aniversario de los atentados de Nueva York el jefe de la dirección antiterrorista francesa, Bernard Squarcini, afirmó en una entrevista al Journal du Dimanche que “el riesgo de un atentado nunca había sido tan grande”, las declaraciones del gobierno han mantenido el tono de seria preocupación. Dos días después, cuando siete empleados de las sociedades francesas Areva y Vinci fueron secuestrados en la región minera de Niger, el ministro de gobierno Brice Hortefeux afirmó que “la amenaza terrorista se había reforzado”, una declaración que ha repetido en sus intervenciones públicas posteriores.

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Sin embargo, ninguna medida oficial ha sido tomada y el indicador Vigipirate, que señala el grado de alerta que deben asumir las instituciones frente al riesgo de un ataque terrorista, se ha mantenido en el nivel rojo, 3 de 4, en el que ha estado desde el 7 de julio de 2005, luego de los atentados de Londres.

En una conferencia virtual con sus lectores, Yves Bordenave, periodista del diario Le Monde, afirmó que puede haber una relación entre la prolongada duración de la alerta roja y el aumento en las declaraciones, que funcionaría como “una inyección” que despertaría a la gente para recordarle que el riesgo existe y sería peligroso acostumbrarse y dejar de estar atentos.

No obstante, tampoco descartó del todo el argumento que ha sido aludido por opositores del gobierno Sarkozy, en el sentido de que la comunicación excesiva de una situación que no ha cambiado y que debería tratarse con medidas más discretas puede deberse al menos en parte al interés gubernamental de variar la agenda respecto a los polémicos temas de la edad de jubilación, la situación de los gitanos en Francia y los escándalos de corrupción que lo han tocado últimamente.

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Por Ricardo Abdahllah / París

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