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Ataques frustran intentos de Unidad Nacional de Hollande

Para Marian Le Pen, "Francia y los franceses dejaron de estar en seguridad". "Han vuelto a Francia vulnerable y es necesario rearmarse".

AFP / Marc Préel-Marie Wolfrom
15 de noviembre de 2015 - 04:18 p. m.
Ataques frustran intentos de Unidad Nacional de Hollande

El líder de derecha Nicolas Sarkozy hizo añicos este domingo la unidad nacional deseada por el presidente François Hollande tras los peores atentados cometidos en Francia, al llamar a un cambio "drástico" en la política de seguridad del país.

El ex presidente derrotado en 2012, hoy presidente del partido Los Republicanos, fue el primer dirigente en ser recibido el domingo por la mañana por François Hollande, en el primer día de duelo nacional de tres días en homenaje a las víctimas de los atentados.

El presidente socialista tiene previsto recibir a lo largo de la jornada a todos los jefes de partido representados en el Parlamento, incluyendo la dirigente del Frente Nacional (extrema derecha) Marine Le Pen, antes de expresarse ante los legisladores reunidos en Congreso (ambas cámaras) en Versalles el lunes. Un procedimiento muy poco frecuente en la vida política francesa, justificado según él por la necesidad de "unidad" y "reunión" tras lo ataques.

"Lo que defendemos, es nuestra patria, pero es mucho más que eso. Son los valores de humanidad. Francia sabrá asumir sus responsabilidades y por eso los llamo a esa unidad indispensable", declaró François Hollande el viernes, al denunciar un "acto de guerra" cometido por "el ejército terrorista" de Daesh, acrónimo en árabe del Estado Islámico.

En enero, los ataques contra el semanario Charlie Hebdo y un supermercado kósher (17 muertos), habían generado una unidad política --breve pero casi total-- y manifestaciones de solidaridad en todo el país.

Sin embargo, al salir de su entrevista con el presidente socialista, el tono de Sarkozy fue muy crítico. "Le dije al presidente Hollande que me parecía que debemos construir respuestas adaptadas, lo cual significa una inflexión de nuestra política exterior, de las decisiones en el plano europeo y drásticas modificaciones de nuestra política de seguridad", declaró.

También reclamó "una nueva política migratoria" europea, a pesar de que, agregó "no hay vínculo" con los atentados.

Por su parte, Marine Le Pen declaró el sábado que "Francia y los franceses dejaron de estar en seguridad". "Han vuelto a Francia vulnerable y es necesario rearmarse", agregó.

Según el politólogo Jérôme Sainte-Marie, François Hollande no puede contar con el respaldo casi incondicional expresado tras la primera ola de atentados de enero pasado.

En diez meses, el contexto político ha cambiado. Tras meses de bombardeos en Irak y Siria, la coalición internacional fracasó en hacer retroceder al EI, y la oposición francesa llama a una acción de mayor amplitud, coordinada con Rusia. Algunos sugieren incluso hacerlo con Bashar al Asad.

Y a un año y medio de la elección presidencial de 2017, los partidos están en campaña para las elecciones regionales de diciembre, que se anuncia como una debacle para el oficialismo socialista.

"Ir más lejos"

En enero, la popularidad del jefe de Estado, que estaba por el suelo, conoció una espectacular recuperación, antes de volver a caer al nivel actual en que menos de uno de cada tres franceses tiene de él una opinión favorable.

Esta vez, "tras un inmediato reflejo de solidaridad de la opinión", el presidente corre el riesgo de padecer "un efecto adverso muy doloroso", estima Sainte-Marie.

"La repetición de los hechos puede llevar a una reflexión política de las decisiones del gobierno, y generar críticas. Por un lado acerca de la eficacia de la prevención, la cuestión de la seguridad, pero también en el frente diplomático, saber si las decisiones de Francia en la materia son las correctas".

Crítico acerca de la estrategia de François Hollande en Siria, Nicolas Sarkozy lo había llamado a "trabajar" con Rusia, considerada como un factor inevitable en toda solución a la crisis, al precio de renunciar a exigir la salida del poder de Bashar al Asad como precondición absoluta.

El ex primer ministro Alain Juppé, según todas las encuestas favorito de los franceses entre los candidatos potenciales de la derecha a la presidencia en 2017 y que enfrentará a Sarkozy en una primaria el año próximo, también consideró "indispensable clarificar los objetivos de la coalición internacional (en Siria) que hoy en día no es eficaz".

"Yo estaba en línea con el Gobierno: ni Daesh ni Bashar. Hoy se han establecido jerarquías, hay prioridades, es necesario aplastar a Daesh", dijo Juppé. 

Por AFP / Marc Préel-Marie Wolfrom

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