No hubo ningún niño fallecido ni herido, según los primeros reportes.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, dijo, sin negar el ataque, que los “batallones nacionalistas” ucranianos habían evacuado al personal y a los pacientes y desplegado en el sitio posiciones de tiro.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, condenó el ataque y lo tachó de atrocidad.
Mariúpol, en la costa del Mar de Azov, está rodeada por las fuerzas rusas, que bombardearon la ciudad pese a promesas de alto el fuego para permitir la evacuación de civiles.
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