Este lunes Europa despertó con gran incertidumbre tras el cierre del gasoducto Nord Stream 1.Gazprom, la compañía de gas natural más grande del mundo y que es controlada por el gobierno ruso, comenzó los trabajos de mantenimiento previamente anunciados en el gasoducto que transporta una gran parte del gas que aún suministra a Alemania, el corazón industrial de Europa, y a otros países del continente.
El cierre durante 10 días de dos tuberías, anunciado desde hace tiempo, debería haber sido en teoría una formalidad técnica.
Con el contexto de la guerra en Ucrania y la tensión entre Rusia y los occidentales sobre la energía, los europeos temen un cierre total del suministro de gas.
En Alemania, las autoridades pidieron a los propietarios de vivienda realizar los mantenimientos necesarios en sus suministros de gas, ya que ajustarlos ayudaría a reducir el consumo entre un 10 y un 15%. En caso de interrupción del suministro, hogares, hospitales y ancianatos estarían especialmente protegidos, indicó , presidente de la Agencia Federal de Redes. El gobierno, además, no descarta limitar el uso de agua caliente a ciertas horas del día.
Una paralización permanente de Nord Stream 1 no castigaría exclusivamente a Alemania, ya que el gas que llega allí se sigue transportando a Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos, entre otros. La interrupción prolongada de este suministro afectaría gravemente la crisis energética en la que ya se debate Europa con precios en alza y el temor al invierno.
