El intento de unos 2.000 "indignados" de impedir este miércoles en Barcelona una sesión del parlamento regional catalán, que tiene que aprobar unos presupuestos regionales austeros, se saldó con 23 heridos en forcejeos entre policías y manifestantes.
Veintitrés personas resultaron heridas leves, tres de ellas policías, según indicó a la AFP una portavoz de los servicios médicos de emergencia, en un choque entre policías y manifestantes que intentaron impedir el paso de los diputados regionales catalanes a la sede del parlamento.
Los "indignados" querían evitar que los diputados celebraran del debate sobre el presupuesto regional catalán de 2011 para impedir su aprobación, ya que prevén un recorte del gasto público del 10%, así como la reducción de prestaciones sociales y sanitarias.
Los agentes tuvieron que escoltar a algunos de los diputados en la entrada del parque de la Ciutadella, donde se encuentra el parlamento, separando, en ocasiones a empujones, a los manifestantes de los legisladores, en medio de los gritos de los concentrados contra la policía y los políticos.
Desde primera hora de la mañana, el fuerte dispositivo policial desplegado desde el martes en el parque, cerrado al público, se había posicionado en la entrada secundaria del recinto para permitir el paso a los diputados, algunos de los cuales fueron alcanzados con pintura roja y algunos objetos lanzados por los concentrados.
La policía colocó en fila varios furgones formando un cordón por el interior del cual fueron entrando los diputados, increpados por los manifestantes con gritos de "no nos representan", una de las consignas más coreadas en los últimas semanas en las movilizaciones de los denominados "indignados", un movimiento nacido de la exasperación ante la crisis económica.
El presidente regional catalán, Artur Mas, y la presidenta del parlamento regional Nuria de Gispert, llegaron en helicóptero a la sede legislativa para evitar a los manifestantes, después de haberlo intentado en vano mediante sus vehículos.
Por la tarde, varias personas fueron detenidas antes de una asamblea en la que los manifestantes decidieron permitir la salida de los diputados y trasladarse a la céntrica plaza Sant Jaume, frente a la sede de la Generalitat, el gobierno regional catalán. "Hemos fallado en la operación de esta mañana de no dejarlos entrar (a los diputados) y ahora nos vamos a la plaza Sant Jaume", explicaba Oriol, músico de 28 años.
A última hora de la tarde se habían instalado allí unas 500 personas, la mayoría sentadas, que coreaban eslóganes, sobre todo la dimisión de Felipe Puig, consejero regional catalán de Interior, vigilados por la policía. El movimiento Acampada Sol, que inició el 15 de mayo las protestas que salpican ciudades de toda España, emitió un comunicado en el que se desvinculó de la violencia de la protesta de Barcelona.
La intención inicial de los manifestantes era montar una cadena humana alrededor del parlamento regional para impedir el paso de los diputados, pero el cierre del parque la víspera los obligó a cambiar de estrategia. El movimiento de indignados, que nació el pasado 15 de mayo, como portavoz de millones de españoles exasperados por las consecuencias de la crisis económica, ha llevado a cabo diversas movilizaciones en el último mes, especialmente, campamentos de protesta en varias ciudades.