Elfie Evans nació en noviembre de 2016 de una joven pareja de padres: Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20. El pequeño padece una enfermedad neurológica degenerativa rara, que no fue diganosticada por sus médicos y que requiere asistencia respiratoria. Los expertos dicen que no tiene cura y que el estado de salud del bebé se deteriora con el paso de los días. Por eso desde el primer mes de vida ha estado con vida artificial. Es decir, hace 22 meses.
Tras consultas con varios especialistas, el hospital para niños Alder Hey de Liverpool, donde está internado, consideró que el mantenimiento en "cuidados continuados no sería lo mejor para el interés" del bebé. Decisión que no comparten sus padres que llevaron el caso a la justicia, que dictaminó en favor del hospital, que puede poner fin al tratamiento del bebé.
El Tribunal Supremo del Reino Unido denegó a los padres de Evans el derecho a apelar la decisión judicial que estipulaba poner fin al tratamiento que recibe el bebé y acabar así con su vida.
Pese a que los magistrados británicos reconocieron que se trata de un caso "desesperadamente triste" subrayaron asimismo en su escrito judicial que "no hay esperanza" de que Evans "vaya a mejorar nunca". El Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo revisó el caso y rechazó considerarlo por segunda vez.
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Ante la noticia, unas doscientas personas protestaron contra la posible desconexión del bebé Alfie a las puertas del Hospital Alder Hey Children's en Liverpool (Reino Unido), donde se le mantiene vivo mediante soporte artificial.
Los manifestantes, conocidos como el "Ejército de Alfie" (Alfie's Army, en inglés), bloquearon durante quince minutos la carretera de acceso al hospital y posteriormente trataron de entrar en el centro sanitario, aunque la policía les impidió el paso.
No obstante, continuaron concentrados al grito de "Save Alfie Evans" ("Salvad a Alfie Evans") a las puertas del lugar, según medios locales. Los padres, Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20, quieren trasladar a su hijo a Roma, a un hospital gestionado por el Vaticano, con el objetivo de seguir su tratamiento.
Los padres del niño, Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20, han expresado en reiteradas ocasiones su deseo de trasladarle a Roma a su hijo con el objetivo de que siga recibiendo tratamiento en el hospital Bambino Gesù, gestionado por el Vaticano y dispuesto a acogerlo. El Gobierno de Italia otorgó hoy la nacionalidad al bebé.
El Gobierno italiano espera así que "ser ciudadano italiano permita al niño la transferencia inmediata a Italia", según recoge un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La cuestión de Evans fue igualmente tratada en la reunión que mantuvieron el lunes pasado el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional italiano, Angelino Alfano, y su homólogo británico, Boris Johnson, en Luxemburgo.
Alfano transmitió entonces a Johnson el respeto de Italia por "las decisiones tomadas en el marco de la jurisdicción nacional británica" así como su consideración por el sistema nacional de salud del país. Si bien, le recordó también el citado deseo de sus padres de que el niño continué el tratamiento en Roma.
"Sólo Dios puede quitar la vida"
El papa Francisco se reunió en privado el pasado miércoles con el padre del niño, Thomas Evans, y abogó posteriormente en la audiencia general por la protección de la vida del bebé.Ya lo había hecho también el pasado 4 de abril a través de su cuenta de la red social Twitter con un mensaje en el que manifestó su deseo "de todo corazón que se haga todo lo necesario para seguir acompañando compasivamente al pequeño Alfie Evans y que el profundo sufrimiento de sus padres sea escuchado".
"Espero sinceramente que se haga todo lo posible para seguir acompañando con compasión al pequeño Alfie Evans, y que pueda ser escuchado el profundo sufrimiento de sus padres" dijo el papa en Twitter.
"Rezo por Alfie, por su familia" agregó.