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Las religiosas clarisas en España, que el lunes anunciaron que abandonaban la Iglesia católica para seguir a un controvertido personaje que fue excomulgado, aclararon este miércoles que no se van de la Iglesia y que no están “encerradas, secuestradas, manipuladas ni alejadas de sus familias”.
El comunicado en el que anunciaban su salida fue difundido el lunes y provocó múltiples reacciones en España y fuera del país, por lo que las monjas de clausura, con conventos en las localidades de Belorado y Orduña, quisieron aclarar que no se van de la institución religiosa y adelantaron que desmentirán las informaciones que se difundieron desde la publicación del texto.
En el mismo, firmado por la madre abadesa, sor Isabel de la Trinidad, en nombre de las dieciséis hermanas que forman la comunidad religiosa, se indicaba que ellas pasaban a estar bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no está en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019.
A través de una cuenta en la red social Instagram (@tehagoluz), de reciente creación, las monjas compartieron un video y una fotografía, donde se ve a una decena de ellas con sus familias y con el religioso que las está acompañando en el proceso, miembro de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, a las órdenes de Pablo de Rojas.
Junto a la imagen, un texto: “Hermanas llamadas ‘cismáticas, encerradas, secuestradas, manipuladas y alejadas de sus familias’”, con el que intentan desmentir las informaciones difundidas estos días. “No nos vamos de la Iglesia, os lo iremos explicando. Así que a los que estáis preocupados por esto tened un poco de paciencia”, indicaron.
Las publicaciones en Instagram se suman a los contenidos que, durante toda la semana, han ido apareciendo en una página web también de reciente creación, www.tehagoluz.com, en la que las hermanas se presentan. Allí, hasta el momento, se incluye el manifiesto católico y la carta en la que se anuncia su salida de lo que ellas llaman ‘Iglesia conciliar’.
Una disputa con la Iglesia por un predio millonario
Además de las diferencias en las creencias, aflora un conflicto por la venta de un convento de estas mojas famosas por sus chocolates. Las clarisas Belorado quieren vender dicho lugar, que está vacío, para poder comprar el monasterio de Orduña a la propia Iglesia, quien rechazó la operación ante el temor de que detrás estuviera un comprador como el fundador de la Pía Unión. El caso acabó en los tribunales, al reclamar las monjas cerca de 1,6 millones de euros por unas supuestas obras realizadas.
Las propiedades deben ser “muy golosas” para algunos, denuncian las religiosas sobre lo que consideran una persecución a comunidades “de línea tradicional” para quedarse con sus bienes: “Dios nos libre de los lobos con piel de oveja”.
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