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Las condiciones de salud del papa Francisco son las mismas que anoche: no ha sufrido otras crisis respiratorias, continúa el tratamiento y puede levantarse, informaron este martes fuentes vaticanas en el duodécimo día de hospitalización en el Policlínico Gemelli de Roma por una neumonía bilateral.
Especificaron que el papa, como han detallado los partes médicos, no ha tomado calmantes. Previamente, el Vaticano informó acerca de que Francisco descansó bien toda la noche, después de que en el último parte médico se comunicara que experimentó una “leve mejoría” y que la insuficiencia renal que le habían detectado “no es preocupante”.
“Se despertó tras haber dormido bien toda la noche y continúa con la terapia habitual de estos días”, añadieron dichas fuentes, por lo que “no ha tenido ninguna otra crisis respiratoria”.
En el parte médico de este lunes se informó que “las condiciones clínicas del santo padre, en su estado crítico, demuestran una leve mejoría” y que no se habían verificado episodios de crisis respiratorias asmáticas, así como que “algunos exámenes del laboratorio han mejorado”. Además, el control de la “leve” insuficiencia renal detectada el día anterior “no suscita preocupación”.
El papa continúa con la terapia de oxígeno, pero con flujos a un porcentaje “levemente reducidos” a los de días anteriores. Los médicos, a tenor de la complejidad de su cuadro clínico y de forma prudencial, prefieren aún mantener el pronóstico reservado.
Francisco cumplió hoy su día 12 de hospitalización, la más larga después de su operación de colon en 2021.
Mientras tanto, en la plaza de San Pedro, se volverá a rezar, como se hizo anoche, un rosario por su salud, que estará guiado por el prefecto del Dicasterio de la Evangelización, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, y, por el momento, la iniciativa continuará todos los días.
Canonización de José Gregorio Hernández
Entretanto, el sumo pontífice aprobó el decreto para la canonización del beato José Gregorio Hernández Cisneros, por lo que será el primer santo de Venezuela. Francisco firmó el decreto durante la visita que le hicieron el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el sustituto de la secretaria de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra.
Hernández Cisneros, conocido como el “médico de los pobres”, fue beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas. Desde entonces, el jerarca de la Iglesia católica ha destacado su figura. “Era un médico lleno de ciencia y de fe que supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo y, como buen samaritano, los socorrió con caridad evangélica”, comentó el pontífice tras el rezo del Regina Coeli, realizado el 2 de mayo de ese mismo año.
El médico venezolano José Gregorio Hernández, fallecido en 1919, fue beatificado en la capital venezolana en una reducida ceremonia, acorde a las medidas de seguridad marcadas entonces por la pandemia, a la que tan solo asistieron unas 150 personas.
La beatificación se produjo después de que Francisco reconociera el milagro concedido a la niña Yaxury Solórzano Ortega, quien recibió un disparo en la cabeza durante un asalto mientras se encontraba con su padre y a quien los médicos que la atendieron habían desahuciado.
El suceso ocurrió en marzo de 2017, en el estado central de Guárico, cuando la pequeña tenía 10 años. Después de que los médicos que la atendieron le dijeron a sus padres que la niña iba a fallecer, su madre rezó a José Gregorio para su curación, razón por la que, según la versión de sus familiares y avalada por al papa, se salvó.
El médico de los pobres, un galeno que combinó sus conocimientos científicos y su profunda vocación religiosa durante sus 54 años de vida, fue siempre muy venerado en Venezuela.
Nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, un pequeño poblado del occidental estado de Trujillo, y criado por una familia modesta de marcados valores religiosos.
Al doctor Hernández se le atribuyen miles de milagros y solo el de la pequeña ha sido reconocido por el Vaticano. La popularidad y cariño entre sus ciudadanos, que tras su muerte comenzaron a venerarlo y a llamarle santo, se inició desde que era muy joven, debido a la generosidad con la que siempre actuó.
El médico murió en Caracas el 29 de junio de 1919, cuando un vehículo lo atropelló y en la caída, al golpearse con un andén, se fracturó el cráneo. A su funeral asistieron miles de personas y el principal cerro de Caracas, conocido como Ávila, quedó despoblado de flores después de que fueron cortadas para llevárselas a él, cuyo féretro fue cargado en brazos por el pueblo.
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