El papa Francisco apostó por construir puentes de entendimiento con otras religiones. Hitos como la presencia del patriarca Bartolomé I en su entronización en 2013 son gestos que abrieron la puerta a un ecumenismo fundamentado en el respeto por la diversidad y la afirmación de creencias comunes, con el fin de superar siglos de fragmentación histórica.
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El fomento del diálogo y la colaboración entre distintas tradiciones religiosas es considerado esencial para promover la paz. El Centro Internacional para la Formación en Derechos Humanos, Ciudadanía Mundial y Cultura de Paz (UNESCO) aseveró que “el diálogo interreligioso contribuye, decisivamente, a la cohesión social, la convivencia y la creación de conciencia de ciudadanía mundial”.
A pesar de los conflictos históricos generados por la fragmentación entre religiones, como las cruzadas, la guerra en la Península Ibérica iniciada en el 711 y las guerras de religión en Francia entre 1562 y 1598, hoy se reconoce la importancia de superar la intolerancia. Tal como lo afirma la UNESCO, “el diálogo interreligioso, [es] una necesidad y una oportunidad para las religiones”.
Los escritos y reflexiones del papa en favor del diálogo interreligioso
Jorge Mario Bergoglio, antes de ser cardenal, escribió junto al rabino Abraham Skorka, líder del Seminario Rabínico Latinoamericano, el libro Sobre el Cielo y la Tierra, publicado en 2010. Ambos son figuras que promueven el diálogo interreligioso, con el objetivo de establecer bases de entendimiento mutuo.
El libro recopila una serie de conversaciones profundas realizadas tanto en la sede del episcopado argentino como en la comunidad judía Beni Tikva. El libro abordaba asuntos tanto espirituales como sociales: la concepción de Dios, los extremismos religiosos, el ateísmo, los derechos de la comunidad LGBTQ+, la muerte, entre otros.
Sobre el Cielo y la Tierra fue un acercamiento de la postura de Bergoglio, que continuó promoviendo la idea de respeto y diversidad religiosa, a las instituciones eclesiásticas.
En 2013, año en que fue elegido papa, Francisco explicó la necesidad de tender puentes y de reconocer que la gracia de Dios puede actuar incluso en quienes buscan la verdad fuera de la Iglesia Católica. Esto fue evidenciado en la carta dirigida a los no creyentes.
En la misiva, Francisco respondió por escrito preguntas sobre la fe, que el fundador del diario italiano La Repubblica, Eugenio Scalfari, había redactado en dos editoriales.
Uno de los cuestionamientos hacía referencia a “si el Dios de los cristianos perdona a quien no cree o no busca la fe”, a lo que el papa respondió: “Considerando que (y es la cuestión fundamental) la misericordia de Dios no tiene límites si nos dirigimos a Él con corazón sincero y contrito, la cuestión para quien no cree en Dios radica en obedecer a la propia conciencia. Escucharla y obedecerla significa tomar una decisión frente a aquello que se percibe como bien o como mal. Y en esta decisión se juega la bondad o la maldad de nuestro actuar”.
El papa también expresó en su carta que la singularidad de Jesús está dada por la comunicación, no por la exclusión. Por ende, el pontífice promovió la inclusión desde el respeto.
La encíclica “Fratelli Tutti”, documento publicado por el papa en 2020, destacó la importancia de las religiones en la promoción de una fraternidad universal, subrayando el papel del diálogo interreligioso para construir un mundo más pacífico y justo. En el capítulo 8, la encíclica explica que las diferentes tradiciones religiosas a nivel global conciben a la humanidad como una obra divina, lo que implica un vínculo de hermandad entre las personas. En este sentido, el propósito de las religiones es fomentar la solidaridad y fraternidad en el mundo.
Los viajes de Francisco como símbolo de unidad y diálogo interreligioso
Francisco tuvo encuentros y realizó diversos viajes para contribuir al diálogo interreligioso, promoviendo la apertura y fraternidad, con el fin de tender puentes entre diferentes tradiciones religiosas, promover el respeto mutuo y el entendimiento como pilares fundamentales para la paz mundial.
En 2013, cuando fue elegido sumo pontífice, el patriarca ecuménico de Constantinopla de la iglesia ortodoxa, Bartolomé I, asistió al evento e invitó al papa a visitar la Tierra Santa junto a él.
La presencia de Bartolomé I simbolizó un paso firme hacia la cooperación y el restablecimiento de lazos entre ambas tradiciones cristianas. Francisco afirmó “deseo asegurar mi firme voluntad de proseguir con el dialogo ecuménico”, explicando que buscaría generar unidad con otras iglesias y comunidades eclesiales cristianas.
La participación de Bartolomé I, como dio a entender el papa, dejó claro que el diálogo entre las iglesias no solo es posible, sino necesario para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo.
Francisco y Cirilo
En 2016, el papa Francisco y el patriarca Cirilo de Moscú llevaron a cabo un encuentro sin precedentes en La Habana, representando la primera vez en casi un milenio que los máximos líderes de la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa rusa se reunían desde la división ocurrida en el cisma de 1054.
En el encuentro afirmaron que para responder a los desafíos del mundo contemporáneo hay que hacer “lo que sea necesario para superar las diferencias históricas”.
En la declaración conjunta del líder católico y el patriarca ruso resaltaron que “los ortodoxos y los católicos deben aprender a dar un testimonio concorde de la verdad en aquellos ámbitos en los que sea posible y necesario. La civilización humana ha entrado en un cambio de época. Nuestra conciencia cristiana y nuestra responsabilidad pastoral nos obligan a no quedarnos indiferentes ante los desafíos que requieren una respuesta común”.
En 2022, tras la invasión de Rusia a Ucrania el papa, en un mensaje dirigido a Cirilo, le pidió que no se convirtiera “en el monaguillo de Putin” tras el apoyo que brindó el patriarca al Kremlin.
El papa había entablado una conversación con el patriarca para que disuadiera a Putin de continuar con la ofensiva hacia ucrania. Francisco aseveró que Cirilo tomó 20 minutos, de 40 que duró la reunión por Zoom, para leer “todas las justificaciones de la guerra”.
Luego de esto, la Iglesia ortodoxa rusa explicó que las palabras del papa no fomentaban la unidad religiosa. La institución calificó de “lamentable” los comentarios del pontífice, lo que ocasionó una nueva fractura entre las iglesias.
Francisco en los Emiratos Árabes Unidos y Marruecos
En 2019, en el marco del viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos el pontífice pronunció un discurso, en el que, junto con el Gran Imán Al-Azhar, subrayó la importancia de la fraternidad y la convivencia entre creyentes de diversas tradiciones.
El papa también tuvo un encuentro con el Consejo de los Ancianos en la Mezquita Sheikh Zayed. Al reunirse en un espacio sagrado del islam con líderes espirituales, simbólicamente, el gesto subrayó un diálogo interreligioso, unidad y reconciliación, que prioriza a la fraternidad sobre las diferencias doctrinales.
Francisco afirmó “de entre las libertades me gustaría destacar la religiosa. Esta no se limita solo a la libertad de culto, sino que ve en el otro a un verdadero hermano, un hijo de mi propia humanidad que Dios deja libre y que, por tanto, ninguna institución humana puede forzar, ni siquiera en su nombre”.
En el evento se firmó el histórico documento de la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, que enfatiza la necesidad de promover la paz y la convivencia entre diferentes religiones, condenando el extremismo y la violencia.
Uno de los fragmentos del documento dice “Nosotros —creyentes en Dios, en el encuentro final con él y en su juicio—, desde nuestra responsabilidad religiosa y moral, y a través de este Documento, pedimos a nosotros mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial, comprometerse seriamente para difundir la cultura de la tolerancia, de la convivencia y de la paz; intervenir lo antes posible para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente”.
En agosto de 2019, Francisco constituyó el Comité Superior de Fraternidad Humana, para difundir los valores contenidos en el documento y legitimar un marco ético a nivel global.
El mismo año, el papa viajó a Marruecos, en donde se cantaron oraciones musulmanas (Allahu akbar), judías (Adonai) y cristianas (Ave María). Simbólicamente se demostró la fraternidad entre las tres religiones abrahámicas, reflejando la armonía y respeto por las distintas confesiones.
El histórico viaje a Irak
El sumo pontífice también realizó una visita a Irak, en 2021, en la cual se reunió con el líder chiíta, el Gran Ayatolá Al-Sistani. Calificó el encuentro como “un hito en el camino del diálogo interreligioso y de la comprensión entre los pueblos”. Además, resaltó la importancia de la colaboración y el respeto mutuo entre las diferentes tradiciones religiosas.
El papa Francisco se convirtió en el primer pontífice en viajar a este país. Durante el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, Francisco agradeció el poder estar en la “cuna de la civilización que está estrechamente ligada —por medio del patriarca Abraham y numerosos profetas— a la historia de la salvación y a las grandes tradiciones religiosas del judaísmo, del cristianismo y del islam”.
El gobierno de Irak le agradeció al papa su preocupación hacia Irak y afirmó sentir “orgullo” por la presencia del pontífice. Mientras se recordaba el atentado terrorista contra la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación, en Irak, destacaron que “los iraquíes están orgullosos de ser protectores de la iglesia”, pues “tras el atentado terrorista contra la iglesia […] los jóvenes musulmanes se pusieron al lado de los jóvenes cristianos, sus hermanos”.
No dejaron de mencionar, además, la persecución contra los cristianos en Medio Oriente, brindando un mensaje de apoyo y solidaridad.
La reunión se dio en el marco de la crisis de la pandemia del covid-19, que azotó a la población en diferentes ámbitos, como el económico, laboral, de salud, etc. El papa, bajo este contexto, afirmó: “La crisis nos invita a que construyamos el futuro con base en lo que nos une, más que en lo que nos divide”.
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