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El racismo invisible en Reino Unido que destapó la entrevista de Enrique y Meghan Markle

La familia real británica inició su contraataque frente a las acusaciones de racismo lanzadas por el príncipe Enrique y su esposa Meghan. ¿Será suficiente?

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10 de marzo de 2021 - 04:43 p. m.
En esta foto de archivo, el príncipe Harry (derecha) de Reino Unido y Meghan Markle asisten a un servicio del Día de la Commonwealth.
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Foto: AFP - Agencia AFP
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La entrevista del príncipe Enrique y Meghan Markle destapó heridas en el publo británico que permanecían dormidas desde hace años. La familia real dejó claro que, pese al tono conciliador de su respuesta, las acusaciones de racismo no se aceptarán sin antes una discusión. Sin embargo, puede que la jugada no salga como esperan, teniendo en cuenta precisamente el racismo ha sido uno de los temas más sonados en los últimos días. Lo más grave es que desde hace meses se denuncia en otros ámbitos, como el futbolístico, por ejemplo.

La muy esperada declaración de la reina Isabel II, difundida por el palacio de Buckingham el martes, aseguró que “toda la familia se entristece al conocer lo difícil que han sido los últimos años para Enrique y Meghan”. La monarca aseguró también tomarse muy en serio las acusaciones de racismo vertidas por la exactriz estadounidense y se comprometió a que sean tratadas por la familia en privado, pero dejó claro que los recuerdos pueden variar en función de las personas.

Esta cuidadosa elección de las palabras “sugiere que la familia no está de acuerdo con todo lo que han dicho los duques de Sussex”, afirmaba el miércoles el periódico conservador The Daily Telegraph. “Aunque la declaración, como se esperaba, subraya el amor de la familia por Enrique y Meghan, el resultado final fue más fuerte de lo que muchos habían imaginado”, decía por su parte The Times.

Según varios diarios, la reina, de 94 años, trabajó en su respuesta desde el lunes, pero se dio tiempo para pensarla antes de hacerla pública más de 36 horas después de la difusión de la explosiva entrevista que la pareja dio a la estrella de la televisión estadounidense y amiga personal Oprah Winfrey.

Puede leer: Reina Isabel II promete tomar “muy en serio” las acusaciones de racismo de Enrique y Meghan

El problema, sin embargo, ya es un monstruo que amenaza a la realeza y en general a la sociedad británica. Eudaimonia&Co, por ejemplo, escribe en Medium que todos los aspectos por los que Reino Unido se caracterizaba en el pasado se han ido perdiendo con el tiempo. “Gran Bretaña es un estado fallido. Es una nación que implosionó en la estupidez, la fealdad, el odio, la brutalidad, la ignorancia, la codicia, el racismo, todo lo cual se mostró vívidamente cuando Meghan Markle relató lo mal que la habían tratado”, aseguró.

Luego, remata: “Entonces, ¿qué pasó con Gran Bretaña? El nacionalismo lo hizo: es egoísmo, arrogancia, triunfalismo. También es intolerancia, prejuicio y racismo. Gran Bretaña dejó de querer ser parte del mundo moderno, un igual, un socio, un amigo. Quería volver a gobernar el mundo. Y ahora ... no es parte del mundo moderno, y tampoco le queda nadie para gobernar”.

El racismo es un hecho latente en la gran mayoría de los países. En Reino Unido numerosas figuras del deporte han salido a denunciar episodios como estos. Por ejemplo, Raheem Sterling, jugador del Manchester City, ha denunciado numerosas veces haber sido víctima de racismo.

Incluso, el jugado Danny Rose, aseguró que por momentos quiere dejar de jugar por los comentarios que ha recibido. “He tenido suficiente. Me quedan todavía cinco o seis años de fútbol y tengo ganas de pasarlos al ver lo que sucede actualmente en este deporte”, declaró en 2019.

Bajo los focos del planeta

La emisión, que recuerda a una chocante entrevista concedida en 1995 a la BBC por la madre de Enrique, la princesa Diana, en que esta reveló desde sus problemas de bulimia hasta las infidelidades en su matrimonio, sumió a la casa real en una crisis de iguales o mayores proporciones.

En casi dos horas de confesiones íntimas, vistas por unos 50 millones de personas en todo el mundo, Meghan y Enrique afirmaron que algún miembro de la familia -que no fueron ni la reina ni su esposo Felipe, de 99 años- había mostrado “preocupación” por el color de piel de tendrían sus hijos, ya que la madre de Meghan es negra.

Esta acusación puede resultar muy dañina para la monarquía, en un país donde la fuerza del movimiento Black Lives Matter llevó a revisar la historia colonial y su relación con la trata de esclavos. Ahora el conflicto está bajo los focos de todo el planeta, en Estados Unidos donde vive la pareja desde su estrepitosa salida de la monarquía el año pasado, y en la Commonwealth, un conjunto multirracial de más de 50 países en los cinco continentes unidos por sus lazos históricos con la corona británica.

Hasta el punto de que el ex primer ministro australiano Malcolm Turnbull afirmó que las acusaciones deberían allanar el camino para que su país celebre otro referéndum que acabe con la monarquía en ese país.

Puede leer: El futbolista inglés que se quiere retirar por culpa del racismo

Rueda la primera cabeza en los medios

Durante la entrevista, Meghan aseguró haberse sentido tan infeliz que llegó a pensar en el suicidio. Y afirmó que cuando dijo en la casa real que necesitaba ayuda psicológica le contestaron “que no sería bueno para la institución”.

Los británicos se mostraron divididos ante estas acusaciones, principalmente en función de la edad.

Según un sondeo realizado a más de 4.600 personas por YouGov, el apoyo a los duques de Sussex es más fuerte entre los jóvenes de 18 a 24 años (48%) que entre los mayores de 65 (9%). Estos últimos están en un 55% a favor de la familia real, frente al 15% de los más jóvenes.

La controversia se cobró una primera cabeza en los medios de comunicación británicos: el popular presentador Piers Morgan tuvo que abandonar su programa matinal en el canal ITV tras decir que no creía a Meghan cuando habló de suicidio.

El miércoles se supo que la propia Meghan presentó una queja a la cadena contra las palabras de Morgan que, según la agencia de noticias británica PA, no le reprochaba los ataques a su persona sino el daño que podían hacer a quienes sufren problemas psicológicos similares. Por su parte, el regulador británico del audiovisual abrió una investigación tras recibir más de 41.000 quejas sobre el programa.

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