Theresa May necesitaba el apoyo de al menos dos tercios de los 650 diputados y lo consiguió sobradamente: 522 aprobaron el adelanto de los comicios originalmente previstos para 2020, mientras que sólo 13 votaron en contra. (Lea: Primera ministra británica llama a elecciones anticipadas)
Faltan sólo siete semanas para la cita y la campaña será corta, un alivio para unos electores que vuelven a las urnas tras tres elecciones trascendentales en menos de tres años: el referéndum de independencia de Escocia de septiembre de 2014, las elecciones generales de mayo de 2015 y el referéndum sobre la UE de junio de 2016.
"Pediré a los británicos un mandato para completar el Brexit y hacer de él un éxito", dijo May en el Parlamento.
La salida de la Unión Europea "no tiene vuelta atrás", advirtió la primera ministra, justificando la demanda de adelantar elecciones porque los enemigos del Brexit "tratan de frustrar el proceso".
La oposición concentró sus críticas en el cambio de opinión de May, que hasta ahora se había negado reiteradamente a adelantar las elecciones argumentando que traerían inestabilidad, y en su negativa a participar en debates durante la campaña.