Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El Vaticano abre las puertas, pero no cede las llaves

Durante siglos Roma extendió su fe por el mundo, pero se reservó el derecho de mando. Hoy, con un papa argentino que diversificó como nunca el Colegio Cardenalicio, muchos se preguntan si llegó por fin la hora de un liderazgo verdaderamente global. Sin embargo, la historia —y los números— cuentan otra cosa: el sur reza, pero todavía no decide del todo.


Camilo Gómez Forero

07 de mayo de 2025 - 07:19 a. m.
La misa "Pro eligendo pontifice", que oficia el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, comenzó este miércoles en la basílica de San Pedro.
Foto: EFE - Mario Tomassetti/Vaticano
PUBLICIDAD

A pesar de que su fe se ha extendido por todo el mundo desde hace siglos, la Iglesia católica ha tenido una lenta y hasta ahora relativamente corta transición hacia la inclusión de otros continentes en su liderazgo. Fue solo hasta 1875 que un papa, Pío IX, nombró al primer cardenal norteamericano, el arzobispo John McCloskey, de Nueva York.


Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

Para ponerlo en perspectiva, los jeans ya eran parte del uniforme de los trabajadores y Graham Bell estaba a un paso de patentar el teléfono. Es decir, cuando América entró al Colegio Cardenalicio, el mundo moderno ya tocaba la puerta y, aun así, Roma la mantenía cerrada.


Este nombramiento no habría pasado, por supuesto, si el Vaticano no hubiera visto una necesidad estratégica. La unificación del Reino de Italia, que condujo a la invasión de Roma y la anexión del Estado Pontificio, obligó a Pío IX a encerrarse y buscar cómo proyectar su autoridad espiritual en otros lugares. Estados Unidos, donde la fe estaba creciendo de manera pujante por cuenta de los migrantes que llegaban, era un buen lugar para hacerlo.


Una década después el papa León XIII añadió otros dos cardenales en Norteamérica: otro en Estados Unidos, en Baltimore, y otro en Quebec, Canadá. Tuvieron que pasar otros 20 años, hasta 1905, para que otro papa, Pío X, nombrara por fin el primer cardenal latinoamericano: Joaquim Arcoverde de Albuquerque Cavalcanti, arzobispo de São Sebastião do Río de Janeiro.


Aunque América Latina era —y sigue siendo— uno de los bastiones demográficos más grandes del catolicismo, el crecimiento de la fe no se reflejaba en el liderazgo eclesiástico. Sin embargo, cuando Brasil separó la Iglesia del Estado en 1889, lo que trajo una fuerte secularización, el Vaticano necesitó reafirmar su autoridad espiritual en la región.


Educado en el Vaticano, doctrinalmente alineado con el papa y políticamente prudente, Arcoverde era una figura ideal para fortalecer la autoridad de Roma en un país donde el poder eclesiástico estaba siendo desafiado. También tenía otro mensaje: el Vaticano miraba hacia el sur global, no solo hacia Europa.


Read more!

Asia tuvo que esperar cuatro décadas más para entrar en esta onda: en medio de la revolución social china, el papa Pío XII añadió al Colegio Cardenalicio a Thomas Tien Ken-hsin, vicario apostólico de Tsingtao hasta 1946. ¿Y África? Pasaron otros 14 años. En 1960, en medio de las independencias africanas, el papa Juan XXIII nombró a Laurean Rugambwa, obispo de Rutabo, Tanzania, como el primer cardenal africano.


¿Por qué es importante hacer este ejercicio de memoria hoy? No solo para observar lo corta que ha sido la inclusión del mundo en la Iglesia, pese a la larga influencia de la Iglesia en el mundo, sino que también nos sirve para analizar otro fenómeno “ad portas” del próximo cónclave, que se inicia hoy: la globalización del papa Francisco. Si bien el pontífice argentino diversificó como nunca el Colegio Cardenalicio, desplazando ese equilibrio de poder de Italia (entre sus cardenales designados hay 16 países que serán representados en el cónclave por primera vez), todavía hay una gran diferencia entre regiones sobrerrepresentadas y subrepresentadas.


Observemos nada más el caso de Italia, país que representa solo el 4,3 % de la población católica en el mundo, pero que cuenta con el mayor número de representantes en el Colegio Cardenalicio. América Latina, con el 40 % de la población católica total, apenas tiene el 17 % de la representación en el Colegio.


Read more!

Asia, por otro lado, cuenta con unos 150 millones de católicos (11 % de la población católica mundial), siendo Filipinas e India los países con más fieles. El número de cardenales duplicó la cifra de cardenales asiáticos, lo que ajustó un poco la representación de esta región en el Colegio, aunque sigue siendo considerada una región subrepresentada.


No ad for you

Esto no quiere decir que el trabajo de Francisco no haya sido muy significativo. Alrededor del 80 % de los 133 cardenales de 71 países que se reunirán desde el miércoles en la Capilla Sixtina, para elegir al nuevo papa, fueron nombrados por el argentino. Habrá más cardenales del sur global que de Europa en esta votación. Era justo y necesario.


Ahora, analicemos el cónclave que dejó Francisco desde este aspecto, el geográfico. Entre los 12 cardenales más “papables” que ha destacado la prensa nos encontramos a seis candidatos europeos, cuatro asiáticos y dos africanos. Sobre el papel hay 68 votos provenientes de Asia, África, América Latina y Asia, mientras que hay 65 votos europeos y de América del Norte. En teoría, todo está parejo, pero por primera vez la región del sur cuenta con más capacidades de voto.


Sin embargo, esto no es indicador de que vayamos a tener otro papa como Francisco. Ni siquiera que el papa vaya a ser de fuera de Europa. Además del factor geográfico, en la votación debemos tener en cuenta el factor ideológico. Y muchos de los cardenales nombrados por Francisco no compartían del todo su visión de la Iglesia, especialmente los provenientes de África, como el cardenal Fridolin Ambongo, que sostienen posturas que hoy los conservadores consideran aliada para la votación, como no aceptar el matrimonio entre parejas del mismo sexo.


No ad for you

Esto nos deja un proceso cuyo resultado suele ser misterioso y abierto, todavía más misterioso y abierto. Las casas de apuestas, irónicamente, parecen disfrutar de ese espectáculo, pues cualquier apuesta será, en realidad, un acto de fe.

👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.

🌏📰🗽 Le puede interesar nuestro plan superprémium, que incluye acceso total a El Espectador y a la suscripción digital de The New York Times. ¡Suscríbase!

📧 📬 🌍 Si le interesa recibir un resumen semanal de las noticias y análisis de la sección Internacional de El Espectador, puede ingresar a nuestro portafolio de newsletters, buscar “No es el fin del mundo” e inscribirse a nuestro boletín. Si desea contactar al equipo, puede hacerlo escribiendo a mmedina@elespectador.com

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.