El juicio por homicidio involuntario por el accidente del vuelo 447 de Air France, ocurrido en 2009, empezó en París. Considerado el peor accidente en la historia de la aerolínea, la sala abrió el proceso con la lectura de los nombres de los 228 pasajeros y tripulantes que murieron en los hechos.
Los familiares de las víctimas demostraron su ira cuando los directores ejecutivos de Air France y Airbus se declararon inocentes de homicidio involuntario y ofrecieron sus condolencias. “Vergüenza” y “Demasiado poco, demasiado tarde” fueron las frases que se escucharon en el tribunal cuando Anne Rigail y Guillaume Faury hicieron sus declaraciones. Y es que Air France y Airbus han negado las acusaciones de que su negligencia provocara el accidente. Por un lado, Airbus culpa al error del piloto por el accidente. Por el otro, Air France afirma que las alarmas confusas confundieron a quienes estaban al mando de la aeronave.
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Sébastien Busy, abogado que representa a las víctimas francesas, advirtió que no se puede dejar de lado a las familias durante la audiencia. “Es un juicio donde las víctimas deben permanecer en el centro del debate. No queremos que Airbus o Air France conviertan esta prueba en una conferencia de ingenieros”, dijo a los periodistas.
Una noche de horror
El vuelo AF447 estaba recorriendo la ruta Río de Janeiro-París cuando desapareció del radar en medio de una tormenta sobre el océano Atlántico, el 1 de junio de 2009. El avión tardó cuatro minutos y 24 segundos en caer desde una altura de 11.500 metros, tiempo durante el cual la advertencia de “bloqueo” sonó 75 veces, según las grabaciones de la cabina. Se dijo que los sensores de velocidad del avión, conocidos como tubos de Pitot, se congelaron, apagaron el piloto automático y enviaron información confusa a la tripulación, desencadenando confusión en la cabina y la posterior catástrofe.
Días después de su desaparición, los escombros de la aeronave se vieron flotando en el océano, pero se necesitaron casi dos años y una búsqueda de 31 millones de euros para localizar lo que quedaba del avión en el mar y recuperar los datos de vuelo y las grabadoras de voz de la caja negra. Hasta entonces fue que la agencia de investigación aérea de Francia (BEA) pudo comenzar a reconstruir la causa del accidente.
Esta es la primera vez que las empresas, en lugar de los individuos, tienen que rendir cuentas directamente en un juicio tras un accidente aéreo. Se sabe que el proceso judicial se centrará en una pregunta clave: ¿por qué la tripulación de vuelo de tres, con más de 20.000 horas de experiencia de vuelo entre ellos, no entendió que el avión había perdido sustentación o se había “bloqueado”, y no estaba subiendo sino cayendo? El juicio durará nueve semanas.
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