Gustavo Petro realiza una visita de Estado a España, la única de este tipo que recibirá el país europeo en este año, lo que, según le afirmaron fuentes del gobierno a AFP, responde a la posición de Colombia como uno de los principales socios estratégicos en América Latina. Mientras tanto Hana Jalloul, secretaria de política internacional y cooperación al desarrollo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actual partido de gobierno, está de visita en Colombia.
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Sobre la administración Petro se atreve a afirmar que su agrupación política lo ve con buenos ojos: “Antes de que Petro fuera candidato, a nivel partido, formamos un convenio con Colombia Humana, y en la UGT hice un mitin con él y con otros partidos de la izquierda, por lo que siempre hemos tenido una relación buena y coordinada”.
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Con respecto a los más recientes ajustes en el gabinete, piensa que “no es raro que haya cambios en el Gobierno. Nosotros lo hicimos, el presidente Gabriel Boric también lo ha hecho. Lo importante es que se hagan políticas progresistas y que el Gobierno pueda llevar a cabo la gestión y el resto de las reformas que tiene en mente. No hay mucho tiempo, le quedan solo tres años”. Con especial atención mira la apuesta de la “paz total”, una política que, según ella, es una cuestión ética.
Ahora bien, las opiniones parecen estar divididas. Tras la intervención del mandatario colombiano ante el Parlamento español, los legisladores de Vox, partido de extrema derecha y tercera fuerza política, llevaron a cabo una protesta. Ellos, además de rechazar la presencia de Petro, mostraron su inconformismo frente al discurso que dio el presidente el pasado 1° de mayo, en el que engrandeció a los protagonistas de la independencia, “dispuestos a hacerse matar” para “liberarse del yugo español”.
Frente a unos periodistas, el líder del partido, Santiago Abascal, advirtió: “Él es un terrorista no arrepentido, un señor que antes de coger el avión para venir a España ha insultado a España”.
En medio de la conversación con Jalloul, que tuvo lugar en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en Bogotá, no dejó de mostrar cierto optimismo frente al viraje que ha tomado Latinoamérica hacia la izquierda, en especial frente al retorno de Lula da Silva al Palacio de Planalto, en Brasil. Es decir, el gobierno Petro no ocurre en el vacío, y, según afirmó, este cambio regional se traduce en posibilidades de cooperación y en apoyo a las fuerzas progresistas, a “aquellas que trabajan por la redistribución de la riqueza, que buscan la “paz total” y que creen que hay que cambiar el sistema para que la gente, y sobre todo aquellos que son más vulnerables, tengan más oportunidades”. Con respecto al mandatario brasileño, considera que es un líder que piensa en la interrelación regional y recuerda que, bajo su antiguo mandato, cerca de 30 millones de personas salieron de la pobreza.
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Han pasado más de seis meses desde la posesión de Petro como presidente, quien justo ahora se encuentra en España. ¿Ha cambiado en algo su percepción sobre él? Como partido, ¿les ha sorprendido algo en lo que lleva de gestión?
Nosotros empezamos muy contentos, con mucha ilusión, pues es el primer gobierno de izquierda que hay en Colombia, y es una oportunidad única para la región. Petro es un presidente que de lo primero que habló fue de la descarbonización y del cambio climático. Eso todavía cuesta, pero es muy importante que se vaya interiorizando. Tenemos un planeta que está sufriendo mucho y contribuir a cuidarlo es fundamental, sobre todo en países como Colombia, que son importantes en ese sentido y que tienen tantos recursos naturales. Además, desde un primer momento, el presidente habló de la “paz total” y, entre otros temas de gobierno, también de la reforma tributaria, que prometió en su toma de posesión “y que ya se cumplió”.
Ya que menciona la política de la “paz total”, ¿por qué España respalda esta iniciativa, que ha estado sujeta a críticas internas y externas, como la expresada por “The Economist”?
¿Cómo podríamos estar en contra de la paz? ¿Cómo no vamos a ayudar en el proyecto más importante de la región en muchos años? Este es un país que tiene miles de muertos. No lo quiero comparar con ETA, porque no tiene nada que ver, pero nosotros sabemos lo que hemos sufrido para conseguir la paz, entonces, ¿cómo no vamos a estar de acompañantes? ¿Cómo no vamos a colaborar para que haya paz, para que la gente no se mate? Creo que es una obligación moral y ética.
Hablando un poco de la política española, 2023 es un año de elecciones, pues se avecinan los comicios regionales y generales. ¿Cómo llega el partido a estas citas? Se lo pregunto porque entiendo que el PSOE gobierna en 2.800 de los 8.131 ayuntamientos. Además, se dice que las locales darán una radiografía de lo que más adelante pueden ser las elecciones generales.
El presidente dice que el PSOE solo gana las elecciones cuando sale a ganarlas, y nosotros salimos a ganarlas, sin duda. Él ahorita está en todos los mítines y, además de la actividad que tiene, es presidente de España, del partido, de la Internacional Socialista y va a ser presidente del Consejo de la Unión Europea en julio. Por otro lado, nosotros hemos sido el partido que más candidatos ha presentado a las municipales, lo que demuestra que tenemos músculo. Este partido es principalmente municipalista, de hecho, las primeras elecciones que ganamos después de la dictadura fueron de ese estilo. Ahora se nos juntan esos comicios con las autonómicas, que son distintas porque dependen de las coaliciones, pero ya veremos qué pasa.
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Otro aspecto que me parece interesante de la política interna española es lo relacionado con la Ley de Memoria Democrática, impulsada por el gobierno, pero criticada por otros sectores de la sociedad, frente a los años de dictadura y Guerra Civil. ¿Qué podría decir sobre las tensiones que se han generado alrededor de esto?
Nosotros creemos que se tiene que hacer justicia con las víctimas, y esto siempre ha supuesto un punto más de confrontación con la derecha, lo cual nos parece ilógico. La gente tiene derecho a saber qué ha pasado con sus familiares, y ya no hablamos de la época de la Guerra Civil, sino de los 40 años posteriores y de tantos desaparecidos. Abrir el pasado no es dividir, al contrario, es coser a la sociedad. Es consolar, es consensuar, es curar heridas que todavía están abiertas.
Esto me recuerda un poco el caso colombiano, a las tensiones gestadas alrededor del Acuerdo de Paz con las FARC, con el andamiaje alrededor de la verdad, la justicia y la no repetición. Es decir, creo que son discusiones que no son particulares de un único país, sino que se están dando en diferentes partes del mundo...
Es importante hablar. Hace poco estuve en el aniversario número 40 de la democracia en Argentina, un país con una herida difícil, dura, pero que es ejemplo en temas de derechos humanos, pues juzgó en democracia a las Juntas Militares. ¿Dónde están los derechos humanos? ¿Dónde están las garantías del Estado? Tenemos que velar para que esas situaciones no se produzcan. Nosotros pasamos por una dictadura de 40 años y uno de los grandes logros de este partido, de mi partido, del presidente Pedro Sánchez, fue sacar a Francisco Franco del Valle de Cuelgamuros (antes conocido como Valle de los Caídos).
Creería que hay una cuestión más: la desconfianza institucional...
De lo que no se habla no existe. Ese ha sido uno de los grandes errores de nuestra sociedad, y por eso hay que hacer leyes. Mi abuela siempre tenía miedo de hablar de la Guerra Civil, pero lo hacía conmigo cuando era una niña, pues me interesaba la historia. Ella nació en 1911 y, claro, me comentaba sobre la Primera y Segunda Guerra Mundiales, además de la Guerra Civil española. Tenía miedo porque ella era de derecha, pero tenía un hijo más de izquierda, republicano. Ese miedo pervivió, incluso, cuando llegó la democracia. Las dictaduras no solo crean un estado de represión, sino de miedo social, estructural. Si no hablas, si no legislas, si no haces las cosas que se hicieron en Argentina o no haces la paz total, los niños que nacen van a olvidar, y eso es un insulto a nuestra historia, una falta a la verdad.
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