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Para los antiguos, el Peñón de Gibraltar, en la península ibérica, frente a las costas africanas, era el fin del mundo conocido. Después: La nada. Hasta que los europeos descubrieron que la tierra era redonda y que, al otro lado del mar, había un continente que llamaron América. Pero esta región siguió haciendo parte de la historia. Y, por su ubicación privilegiada, fue la causa de varias guerras entre los entonces imperios europeos. Hasta que, en 1713, tras la Guerra de Sucesión Española y en virtud del Tratado de Utrecht, el Imperio Británico se quedó con el Peñón. Pero España lleva siglos tratando de recuperarlo.
Parece un tema menor. Pero se ha convertido en uno de los primeros escollos a superar durante las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. Todo porque la UE dijo que cualquier decisión que se tome respecto a Gibraltar tiene que tener el visto bueno de España (como miembro de la UE). "Después de que Reino Unido abandone la Unión, ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin un acuerdo entre el Reino de España y Reino Unido", dijo el pasado 31 de marzo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
En Londres el anuncio no fue bien recibido. Incluso un exministro, Michael Howard, se refirió a la posibilidad de que el Gobierno Británico defienda Gibraltar, de la misma forma que defendió las Malvinas. "Hace 35 años, otra mujer primera ministra envió fuerzas especiales al otro lado del mundo para defender la libertad de otro pequeño grupo de británicos contra otro país de habla hispana. Estoy absolutamente seguro de que nuestra primera ministra mostrará la misma resolución en defensa de las personas de Gibraltar", le dijo Howard a la cadena Sky News.
La respuesta de España fue sarcástica: "Me parece que alguien en Reino Unido está perdiendo los nervios", sostuvo el ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, quien dijo que, en este caso, "la tradicional flema británica", en referencia a la calma características de los británicos, había "brillado por su ausencia". Londres respondió, ya de manera oficial, que "buscará el mejor acuerdo para Gibraltar al negociar la salida del Reino Unido de la Unión Europea y no habrá negociaciones sobre la soberanía de Gibraltar sin el consentimiento de su pueblo" .
En dos referendos, en 1967 y 2002, los gibraltareños se opusieron que el Reino Unido compartiera la soberanía de Gibraltar con España. Y las relaciones entre España y Gibraltar no pasan por su mejor momento debido a acusaciones de que Madrid ha reforzado los controles en la frontera con Gibraltar como respuesta al disenso con el Reino Unido. "Las últimas acciones de España son obvia y claramente una respuesta al clima político reciente, es algo que no sorprende porque lo han hecho siempre, pero ciertamente es totalmente inaceptable", señaló el viceministro principal de Gibraltar, Joseph Garcia, a la cadena GBC de Gibraltar.
Pero el año pasado algo cambió: los gibraltareños, a diferencia de los británicos, votaron a favor de que el Reino Unido permaneciera en la Unión Europea. Puede que esto influya, de forma radical, en el futuro de este pequeño territorio. Por ahora, las negociaciones entre el RU y la UE no han empezado, de forma oficial. Puede que al final ocurra como en muchos divorcios: que los hijos sean los más perjudicados con la separación.
Por redacción internacional
