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Cuando el papa renuncia o fallece, se debe realizar un cónclave en el Vaticano para elegir a su sucesor.
La palabra “cónclave” viene del latín “cum clave”, que significa “con llave”.
Esto hace referencia al encierro estricto de los cardenales durante la elección. Ellos, que conforman el llamado Colegio de Cardenales, se alojan en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano, y no pueden tener contacto con el exterior mientras dura el proceso.
Antes de comenzar, todos los participantes hacen un juramento solemne de guardar secreto sobre lo que ocurre dentro. Revelar información puede implicar excomunión.
El Colegio de Cardenales, compuesto actualmente por 255 miembros: 140 con derecho a voto (solo los menores de 80 años) y 115 sin ese derecho.
Para esto no hay una lista oficial de candidatos. Cualquier cardenal elector puede proponer a otro, incluso a sí mismo.
Todos los días se realizan dos votaciones por la mañana y dos votaciones por la tarde, hasta que uno de los candidatos obtiene al menos dos tercios de los votos (97 votos).
La votación se realiza en la Capilla Sixtina, dentro del Vaticano. Es allí donde los cardenales, vestidos de túnicas blancas con rojo, se reúnen para votar, bajo los frescos de Miguel Ángel, incluyendo la famosa pintura del Juicio Final.
Al finalizar cada ronda, las papeletas se queman: el resultado puede ser humo negro o humo blanco.
El humo que sale por la chimenea de la Capilla Sixtina indica el resultado:
Si no hay consenso se emite humo negro.
El lugar está estrictamente vigilado para garantizar el secreto y la seguridad del proceso. Además, la chimenea desde donde sale el humo negro o blanco está conectada a esta capilla.
Si el cardenal elegido por consenso acepta el cargo, se emite humo blanco desde la chimenea del Vaticano, para anunciar que ha sido seleccionado el nuevo dirigente.
Dicho anuncio se hace en el balcón de la Basílica de San Pedro con la tradicional frase “habemus papam”.
Una vez elegido, el nuevo papa escoge el nombre con el que será conocido.
Cualquier varón bautizado y católico puede ser elegido papa, si embargo, desde 1378 los papas siempre han sido cardenales. Si el elegido no es obispo, debe ser ordenado inmediatamente antes de asumir.
Actualmente, hay alrededor de 240 cardenales en todo el mundo, quienes suelen conservar su título de por vida.
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