Según un informe enviado por la Cancillería de Colombia, fueron varios los funcionarios que asistieron en representación del gobierno nacional al funeral del Papa Emérito, Benedicto XVI. Entre ellos se encontraban la embajadora Ligia Margarita Quessep, el encargado de negocios ante la Santa Sede, Carlos Fernando Molina Céspedes, y el ministro de Relaciones Exteriores Álvaro Leyva Durán, quienes asistieron a la ceremonia de exequias del Papa en la Plaza de San Pedro en El Vaticano.
En la ceremonia, Leyva Durán presentó sus respetos y condolencias de parte del Presidente Gustavo Petro y los colombianos, ante la partida de quien calificó como uno de los más grandes teólogos que ha tenido la Iglesia Católica y uno de los más grandes intelectuales del mundo. Así mismo, el Canciller sostuvo un breve encuentro con su homólogo, Monseñor Paul Gallagher, Secretario para las Relaciones de los Estados de la Santa Sede y con el Lugarteniente del Gran Maestre, Frey John T. Dunlap de la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, así como también tuvo un diálogo con la Reina Emérita de España, Doña Sofía.
La agenda del Ministro
La jornada continuó con una reunión en Sant’Egidio, comunidad cristiana cercana al Papa Francisco, presente en más de 70 países, que dedica especial atención al trabajo por la paz. En esta reunión estuvieron presentes el Profesor Andrea Riccardi, Fundador de la Comunidad de San Egidio; el profesor Gianni La Bella, Consejero Presidencia de la Comunidad de San Egidio; el Padre Fernando Escobar, Responsable de América Latina y Dott. Mauro Garofalo, responsable de las Relaciones Internacionales de la Comunidad de San Egidio.
Antes de culminar su visita, el Canciller realizó su acostumbrada reunión con los miembros del cuerpo diplomático de Colombia acreditado en Roma (Embajada y Consulado).
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Funeral
Fueron 195.000 personas las que desfilaron durante tres días de capilla ardiente, de lunes a miércoles, ante el cuerpo del Papa, que permaneció cubierto por una tela dorada frente al altar mayor de la basílica de San Pedro. Entretanto, un cartel entre la gente decía ‘Santo subito’, o ‘Santo ya’ en español, recordando a muchos los gritos de la multitud en 2005 solicitando la rápida canonización de Juan Pablo II.
Con la asistencia de distintas personalidades del mundo, el féretro fue trasladado hasta las grutas del Vaticano mientras la comunidad de la Santa Sede y feligreses lo despedían. Entre los fieles que asistieron al funeral figuraban muchos sacerdotes y monjas, quienes hicieron largas filas desde la madrugada para poder entrar a la plaza.
Hacia las 9:30 a.m., hora de Italia, se dio inicio a la santa misa para despedir al papa. Luego, a las 10:55 a.m. el ataúd abandonó la Plaza de la Basílica y, a las 11 de la mañana, hora colombiana, los feligreses abandonaban la Plaza San Pedro luego de despedir al Sumo Pontífice.
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La ceremonia fue presidida por el Papa Francisco, mientras que la misa fue oficiada por el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re. Benedicto XVI, fue enterrado luego en una ceremonia privada en la cripta de la basílica, en la que fuera la tumba de Juan Pablo II hasta 2011.