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Los conservadores del próximo canciller alemán, Friedrich Merz, firmaron este lunes el contrato de coalición con los socialdemócratas del SPD, lo que sella la formación del nuevo gobierno alemán, que asumirá oficialmente el martes.
La hoja de ruta para los cuatro años próximos fija las prioridades del nuevo ejecutivo, confrontado a varios desafíos: relanzar una economía en recesión, frenar el ascenso del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD) y apoyar el refuerzo de la defensa europea.
Merz, de 69 años, será elegido oficialmente canciller el martes por los diputados, tras la victoria de su formación conservadora en las elecciones generales del 23 de febrero. Tomará el relevo del socialdemócrata Olaf Scholz, duramente derrotado en estos comicios.
“Si mañana soy elegido y que se confirma a los miembros del gabinete, tendrán un gobierno decidido a hacer avanzar a Alemania mediante reformas e inversiones", declaró Merz antes de la ceremonia de la firma.
El contrato fue firmado por Merz, presidente del partido democristiano CDU, los líderes del partido socialdemócrata (SPD) Lars Klingbeil y Saskia Esken, y Markus Söder, Presidente del partido bávaro CSU, aliado de la CDU.
Demanda de AfD
El portavoz de AfD declaró que se presentó una demanda contra la decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) ante el tribunal administrativo de la ciudad de Colonia.
La ideología de AfD, que “desvaloriza grupos enteros de la población en Alemania y atenta contra su dignidad humana", no es “compatible con el orden democrático fundamental”, dijo el viernes la BfV para justificar su decisión.
Esta clasificación otorga a las autoridades importantes medios de vigilancia y de control, incluso de las comunicaciones privadas de los dirigentes del partido, si se considera necesario.
El anuncio también reactivó el debate sobre una eventual ilegalización de AfD, lo que será uno de los primeros asuntos candentes que deberá tratar el conservador Friedrich Merz, que el martes será electo jefe de gobierno de Alemania.
El vicepresidente estadounidense JD Vance acusó a Alemania de haber reconstruido un Muro de Berlín, y el secretario de Estado Marco Rubio calificó la decisión de “tiranía disfrazada” y pidió que Alemania dé “marcha atrás”.
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