Francia: abstencionistas elegirán presidente

A los 39 años, el liberal Emmanuel Macron es el favorito para ganar la presidencia francesa. La ultra derechista Marine Le Pen confía en que la abstención se convierta en su aliada.

Ricardo Abdahllah / París
06 de mayo de 2017 - 01:47 p. m.
Este domingo los franceses eligen presidente. Una final que tiene a muchos con los nervios de punta.  / AFP
Este domingo los franceses eligen presidente. Una final que tiene a muchos con los nervios de punta. / AFP

Al conocerse los resultados de la primera vuelta por la presidencia francesa, el pasado 23 de abril, nadie estaba de fiesta. Los dos partidos tradicionales se veían por primera vez eliminados, la izquierda “insumisa” de Melenchon se quedaba con la frustración del “casi” y pesar de que en la sede de campaña de Marine Le Pen en la ciudad norteña de Henin Beaumont. se vivía lo que un periodista presente describió como “una discoteca nazi al ritmo de éxitos kitsch de los ochenta”, el Frente Nacional se quedaba con las ganas de reivindicarse como el partido mayoritario en Francia: Emmanuel Macron, un joven liberal hasta hace poco desconocido en el panorama político, les había ganado por 2,7 puntos porcentuales.

Pero tampoco en la sede de Macron se celebraba. Si los que esa noche estaban presentes en el Palacio de Exposiciones de la Puerta de Versalles eran seguidores fieles de su movimiento En Marche !, también eran conscientes de que era el miedo a ver a Le Pen presidente,el motor de muchos de quienes votaron por él y le permitieron clasificarse.

Por eso cuando las pantallas gigantes mostraron sucesivamente a los vencidos Benoit Hamon y François Fillon invitando a apoyar a Macron, hubo baile y abrazos, pero la sonrisa se fue apagando cuando la consigna de voto de Jean Luc Melenchon nunca llegó. Ese apoyo, tras el cual vendrían una buena parte de los 7 059 951 votos que obtuvo el líder “los insumisos” era más que necesario: ya antes de que terminara la velada, el Palacio de Exposiciciones estaba rodeado de grupos que jóvenes manifestantes. Decían (gritaban) que si Le Pen era la xenofobia, Macron representaba la dictadura del mundo financiero y que de los dos no querían votar por ninguno.

El evento, promocionado en las redes sociales como “La Noche de Las barricadas” terminó con 146 arrestos y reencarnó jueves siguiente, cuando decenas de colegios en la región parisina amanecieronn bloqueados por sus estudiantes.

“Los Le Pen son el espantapájaros con el que llevan cuarenta años asustándonos. Por ese miedo la gente termina votando por cualquier incapaz al servicio de los bancos” dice, con los ojos rojos por los gases lacrimógenos una estudiante del liceo Louis Arago cerca a la Plaza de la Nación de París

Guerra sin cuartel

Las dos semanas transcurridas desde la primera vuelta han demostrado que la dinámica está de parte de la líder de la ultraderecha: El 23 de abril, Macron estaba en el 64 por ciento según la encuesta de Harris Interactive; hoy en día aparece con cinco puntos menos según los instituos Odoxa y Bva.

Poco parecen favorecerlo los llamados en su favor de ciertas figuras de la izquierda radical, entre ellas el líder campesino José Bové y el director de cine François Ruffin y al contrario las invitaciones de decenas de figuras de todas las orillas a votar por Macron, que incluyen nombres como los de François Hollande y el expresidente Nicolas Sarkozy y a caciques como Alain Juppé y Christian Estrossi y Hervé Morin fueron una oportunidad dorada para que el Frente Nacional insistiera en su estrategia de presentar a Macron como un candidato “del sistema” contra el que el extremismo de Marine Le Pen (a pesar de ser la heredera de una familia burguesa) podría representar una alternativa.

La candidata recurrió magistralmente a esa carta a mediados de la semana pasada cuando mientras Macron se reunía en Amiens con los representantes de los trabajadores de una fábrica de electrodomésticos amenazada de cierre, decidió presentarse directamente en la planta donde los obreros la recibieron con gritos de “Marine Presidente”. Macron contraatacó al día siguiente invitándose al suburbio de Sarcelles, donde los comentarios de los habitantes, en su mayoría franceses descendientes de inmigrantes, apuntaban a que Le Pen “Jamás se atrevería a poner los pies en un lugar como este”.

Macron, tampoco ha dejado de aprovechar a su favor las fallas del partido de su oponente. En días pasados el Frente Nacional tuvo que pedir la renuncia del recién nombrado presidente del partido Jean-François Jalkh, luego de que salieran a la luz sus declaraciones negando la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración nazis. Al mismo tiempo que Marine Le Pen se esforzaba por minimizar la importancia de lo dicho por Jalkh, que recordaba a los votantes las tendencias antisemitas al interior del partido, Jean -Marie Le Pen afirmaba que en el homenaje al capitán y activista LBGT Xavier Jugelé, asesinado en los Campos Eliseos antes de la primera vuelta “Se había hablado más del homosexual que del policía”. Una ocasión de oro para que Macron pidiera la destitución del fundador y aún presidente honorario del Frente Nacional.

Los abstencionistas elegirán

Para el experto en estadística Serge Galam, muchos de quienes dicen “ni uno ni la otra” lo hacen confiados de que de todas maneras Marine Le Pen no tiene los suficientes votos para ganar la presidencia. “Sin embargo la situación no es tan clara. Gracias a la 'abstención diferenciada', una victoria de Le Pen entra en el campo de las posibilidades”.

“Los electores del Frente Nacional son convencidos, disciplinados y saben que ganar será difícil. La abstención no se reparte por igual y afectará más a Macron, con sus votantes menos motivados y confiados en la victoria” explica Galam.

Según sus cuentas, se la participación está por debajo del 77 por ciento, Le Pen podría salir elegida. En las presidenciales del 2012, la cifra fue del 81 por ciento y la última encuesta de OpinionWay sitúa en apenas 75 por ciento el número de votantes que se movilizarán mañana domingo.

Con esas cuentas, es posible que la elección que puede determinar el futuro de la Unión Europea no la decidan los que votan sino los que no acudirán a las urnas. El vocero del Colectivo Contra la Islamofobia Yasser Louati resume así la posición de quienes van por el Ni-Ni entre un candidato que prona el liberalismo económico y una ultraderechista “Hay quienes descalifica esta elección porque van a tener que escoger entre Uber... y Hitler”.

Por Ricardo Abdahllah / París

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