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Para sobrevivir a la crisis que dejó en Francia la pandemia de COVID-19, el presidente Emmanuel Macron decidió reformar su gobierno. La transformación comenzó hace tres días con el nombramiento de Jean Castex como primer ministro, un hombre casi desconocido para los franceses pero a quien señalan de ser el arquitecto del desconfinamiento en el país.
Macron intenta tomar un nuevo rumbo con miras a las presidenciales de 2022. Por eso hoy anunció al nuevo gabinete. “El gobierno tendrá que poner en marcha la nueva fase del quinquenio, un proyecto de reconstrucción social, económica, medioambiental y local” , indicó el Palacio del Elíseo.
La composición del nuevo gobierno, dicen analistas, confirma el giro hacia la derecha del mandatario, que tiene como prioridad la crisis económica que dejó la pandemia; aunque el Presidente francés mantiene a los “pesos pesados” de su anterior Ejecutivo: Jean Yves Le Drian (Exteriores) Bruno Le Maire (Economía) Florence Parly (Defensa) y Jean Michel Blanquer (Educación) permanecen en el Gabinete sin cambiar de cartera, igual que el titular de Sanidad, Olivier Véran.
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El actual responsable de Presupuesto, Gérald Darmanin será el nuevo ministro del Interior, en sustitución de Christophe Castaner, muy criticado por los sindicatos policiales especialmente a raíz de su intervención para calmar las protestas contra el racismo y la violencia de las fuerzas del orden. La hasta ahora ministra de Transición Ecológica, Elisabeth Borne, pasa a Trabajo y deja su puesto a la ecologista Barbara Pompili, una de las caras nuevas.
Roselyne Bachelot, la exministra francesa de Deportes condenada por haber acusado en el 2016 al tenista Rafael Nadal de doparse, será la nueva ministra de Cultura. Bachelot fue la titular de Deportes bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy; luego de su acusación contra el tenista español, la justicia la condenó a pagarle 10.000 euros al jugado.
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Los ministros son poco populares, de acuerdo con analistas consultados por la prensa francesa, para “no hacerle sombra a Macron de cara a las elecciones pues el mandatario apenas comienza a recuperar su popularidad”. Hay ocho caras nuevas en un Ejecutivo formado por 30 ministros, 17 mujeres y 13 hombres. “El gabinete se caracteriza por la continuidad macronista, el bajo perfil político de sus integrantes, la desaparición de algunos referentes que venían de la izquierda y la ausencia de grandes novedades”, señala Le Monde.
Un ministro polémico
Aunque sí hay polémica; se trata del abogado Éric Dupond-Moretti, quien ha participado en los casos más mediáticos en Francia en los últimos años y fue nombrado ministro de Justicia. Dupond-Moretti se hizo famoso en el país por defender a políticos corruptos, al fundador de WikiLeaks, Julian Assange y al rey de Marruecos, Mohamed VI.
No sólo eso, es uno constante invitado a programas de televisión en donde ha hecho varias “escenas” llevado por arrebatos de ira.
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Durante una reunión el jueves, "el presidente de la República y el primer ministro se pusieron de acuerdo en la necesidad de formar un nuevo gobierno para encarnar una nueva etapa del quinquenio, un nuevo rumbo", señaló la presidencia francesa.
Este cambio de gobierno era inminente tras del duro revés que sufrió el joven partido gubernamental, La República en Marcha (LREM), en las elecciones municipales del domingo, marcadas por el avance de los ecologistas.
El ejecutivo francés ha atravesado un período complicado, con la inédita movilización de los “chalecos amarillos”, la huelga contra la reforma de las jubilaciones y el descontento del personal sanitario.
A esto se suman las consecuencias de la pandemia de covid-19, que además de haber dejado ya cerca de 30.000 muertos en el país tuvo un impacto devastador en la economía francesa.
El nuevo equipo, dirigido por Jean Castex, miembro de la derecha moderada, deberá encarnar el “nuevo rumbo” político que busca trazar el presidente francés para los próximos meses que, advirtió, serán “muy duros” en el plano económico social.