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El funeral por los 154 fallecidos previsto el 1 septiembre en la catedral madrileña de La Almudena se retrasó al día 11 dada la dificultad para que la identificación se complete esta semana, según confirmaron en las últimas horas fuentes del Ayuntamiento de Madrid.
De los 14 heridos que permanecen hospitalizados, dos continúan muy graves, uno grave, tres estables dentro de la gravedad, uno grave con evolución favorable y siete en evolución favorable.
Rodríguez Zapatero insistió en que los peritos forenses están realizando un gran esfuerzo y confió en que en los próximos días haya concluido la comprobación de las identidades. Sobre la investigación, el presidente del Gobierno pidió tiempo para que la comisión encargada pueda indagar con la máxima precisión y se mostró convencido de que se conocerán las causas y las circunstancias de la catástrofe.
Las familias recibieron “con desolación” la información de que el proceso de identificación de las víctimas se va a dilatar. El centenar de familiares que sigue alojado en un hotel próximo al aeropuerto recibieron esta información en las últimas horas en una reunión con la directora de Protección Civil, Pilar Gallego, y un responsable de la Policía Científica.
Durante el encuentro, que duró casi dos horas, los responsables de la investigación informaron a los familiares de que se ha tenido que activar una nueva fase en el proceso para poder poner nombre y apellidos a las 39 personas que todavía no han sido identificadas, a través del análisis de muestras dentales.
Así lo relató Juan Morillo, amigo de un matrimonio fallecido junto a su hija de seis años, que aún están sin identificar. “Nos han aportado datos y esperanzas, aunque el proceso se va a dilatar” , dijo Morillo, quien explicó que el proceso de identificación de ADN se inició con la toma de muestras de saliva y siguió con el análisis de la ropa de los cadáveres.
Ahora, añadió, ha comenzado una nueva etapa, en la que se estudiarán las piezas dentales de los fallecidos Durante la reunión, se informó también de que las identificaciones más complicadas serán las de las víctimas extranjeras y la de un niño adoptado. Morillo destacó que el ánimo de las familias es bajo porque de las 3.000 personas que había en el hotel el primer día del accidente apenas hay ahora 100 y esto hace mella en los que quedan.
Los familiares continúan acompañados por psicólogos “esperando la llamada de la policía para recoger el cuerpo de sus allegados” , indicó Manuel Martín, miembro de Cruz Roja.