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Irlanda se alista a votar un cambio en la Constitución que afectaría a las mujeres

La primera enmienda tratará de extender la definición de la familia, incluyendo “relaciones duraderas” establecidas fuera del matrimonio, y ofrecer una protección a estas uniones. Le segunda enmienda propone borrar una referencia obsoleta sobre el papel de la mujer en el hogar, que sugiere que debe ocuparse de las personas que viven con ella bajo el mismo techo. Los irlandeses irán a las urnas el 8 de marzo.

07 de marzo de 2024 - 12:11 p. m.
Frente a los edificios gubernamentales en Dublín, capital de Irlanda, se ven carteles alusivos al "No", a propósito del referendo constitucional.
Frente a los edificios gubernamentales en Dublín, capital de Irlanda, se ven carteles alusivos al "No", a propósito del referendo constitucional.
Foto: AFP - PAUL FAITH

Los irlandeses votarán el viernes en un referéndum para hacer desaparecer de su Constitución de 1937 referencias obsoletas al matrimonio y al lugar de la mujer en la familia, con unas propuestas que también generan críticas.

En caso de que sean aprobadas, las dos enmiendas modificarían el artículo 41 de la Carta Magna, que habla del matrimonio como base de la familia, sin considerar otras formas de pareja, y limita el papel de la mujer a ser esposa y ama de casa. Aquel documento se redactó hace casi un siglo, cuando reinaba en la vida pública y privada una rama puritana de la Iglesia irlandesa.

La primera enmienda tratará de extender la definición de la familia, incluyendo “relaciones duraderas” establecidas fuera del matrimonio, y ofrecer una protección a estas uniones. Le segunda enmienda propone borrar una referencia obsoleta sobre el papel de la mujer en el hogar, que sugiere que debe ocuparse de las personas que viven con ella bajo el mismo techo. La nueva formulación, más extensa, incluiría a todos los miembros de la familia en la responsabilidad y tarea de ocuparse los unos de los otros.

Los cambios que habría con la nueva Constitución en Irlanda

Este referéndum, organizado el 8 de marzo, fecha de la jornada internacional de los derechos de la mujer, busca “dar un nuevo paso adelante hacia la igualdad”, señala Orla O’Connor, directora del Consejo Nacional de las Mujeres de Irlanda.

Según Yvonne Galligan, politóloga de la Universidad Tecnológica de Dublín, la nueva formulación sobre la extensión de la noción de familia constituye una “progresión lógica”. País de fuerte tradición católica, de cinco millones de habitantes, las referencias al papel de la mujer son “arcaicas y obsoletas”, señala, por su parte, Catherine Cox, de la organización Family Carers Ireland, que apoya a la gente cercana de las personas enfermas.

Los principales partidos políticos irlandeses apoyan estas modificaciones y hasta ahora los sondeos predicen una aprobación fácil, pese a que se anuncia una débil participación. Sin embargo, la formulación vaga de las enmiendas ha suscitado críticas estos últimos días, y el primer ministro de centroderecha, Leo Varadkar, admitió que la victoria del “Sí” no estaba asegurada para las dos.

“Nadie sabe exactamente qué es una ‘relación duradera’, mientras que todo el mundo sabe exactamente qué es un matrimonio”, critica David Quinn, fundador del Instituto Iona, un grupo que defiende los intereses de la comunidad católica. “Muchas personas votarán ‘No’ debido a la confusión” provocada y a la desaparición de las palabras “mujer” y “madre” del texto, afirmó.

Personas cercanas a la extrema derecha también han planteado la amenaza con estas enmiendas de relaciones polígamas o de reunificación familiar de los inmigrantes, que creen que podrían fomentarse.

Voces críticas en Irlanda frente al referéndum constitucional

El Gobierno se defendió de estas afirmaciones, pero encontró dificultades para responder a las críticas respecto a un punto dentro de la enmienda sobre los cuidados dentro del hogar, que se extiende a la familia. En ese apartado, la enmienda habla de que el Estado “se esforzará” en apoyar a las familias en las que uno de los miembros sea un anciano o esté enfermo.

Para Maryam Madani, activista por los derechos de las personas discapacitadas, esta formulación coloca toda la carga de la asistencia sobre los familiares de los enfermos, mientras que, en su opinión, el Estado trata de desaparecer en esa tarea. “El cuidado es un concepto que va más allá de la unidad familiar, y el Gobierno no puede simplemente decir que se esforzará por apoyar a las personas que cuidan de los otros dentro de los hogares”. La politóloga Yvonne Galligan afirma que la reformulación de esta enmienda es “delicada”: “La gente debe decidir entre mantener un statu quo paternalista y sexista, o aprobar este cambio que no es verdaderamente satisfactorio”.

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