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La coronación de Carlos III, entre tradiciones y cambios

Entre los vestuarios y el rito, este evento de la monarquía británica, que no se veía desde hace 70 años, será una mezcla de lo antiguo y lo nuevo. Algunas tradiciones se mantendrán, mientas que otras dinámicas también tomarán lugar.

Redacción Mundo

05 de mayo de 2023 - 09:00 p. m.
Una fan real llora mientras que la gente espera en la ruta de la procesión de coronación en The Mall, Londres.
Foto: EFE - NEIL HALL
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La coronación de Carlos III se va a mover entre la tradición y un poco de sello propio, aunque el evento no representa al rey en sí, sino a la monarquía como institución. La ceremonia tendrá lugar en la Abadía de Westminster, el mismo lugar donde todos los monarcas británicos han sido coronados durante más de 900 años, pero está pensada para ser diferente a la de las tres más recientes (Jorge V, Jorge VI e Isabel II). Aquellas duraron entre tres y cuatro horas, tuvieron la presencia de cerca de 8.000 invitados, y se caracterizaron por tener un toque marcado de la Iglesia anglicana, así como por la exposición de la riqueza de la casa real. La de Carlos, en contraste, pretende ser más corta, apelar a la multiculturalidad y mostrar un poco menos los lujos de la familia.

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Se sabe que la ceremonia durará poco más de una hora y tendrá cerca de 2.000 invitados. Se eliminarán algunos rituales tradicionales, incluida la presentación de lingotes de oro al monarca, y, en lugar de traer sillas de terciopelo hechas a la medida para la ocasión, como lo hizo Isabel, el rey usará los asientos estándar de Westminster. Con respecto al vestuario, Carlos portará prendas tradicionales, como algunas de las vestimentas brillantes que fueron creadas para su bisabuelo. De hecho, recibirá un abrigo largo y brillante con mangas doradas, llamado Supertúnica, creado para Jorge V en 1911 y que ha sido utilizado en sucesivas coronaciones, incluida la de Isabel II. Además, sobre él, habrá una capa hasta el suelo llamada Imperial Mantle, o Robe Royal, que se hizo para Jorge IV en 1821 y pesa entre 3 y 4 kg. El manto, explica la BBC, está inspirado en los antiguos conjuntos de coronación y su estilo sacerdotal pretende simbolizar la naturaleza divina de la realeza. Isabel también lo utilizó en su coronación, en 1953.

“Ya sea que sea un abanderado [real] o no lo sea en absoluto, será algo increíble ver que esto suceda nuevamente, solo porque la antigüedad es algo para maravillarse. Realmente es como si un fragmento del pasado apareciera de repente en una máquina del tiempo frente a nosotros”, comentó a The Guardian Anna Keay, historiadora de la Guerra Civil y estudiosa de insignias. Según ella, que también es directora de Landmark Trust, una organización benéfica de Gran Bretaña, lo especial de la coronación es lo antiguo, pues este rito todavía sigue el formato utilizado cuando el rey Edgar fue coronado en la Abadía de Bath, en el año 973 d. C.

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El tercer rey Carlos quiere transmitir su propio simbolismo, que se traduce en un papel activo de representantes de otras religiones, la inclusión de mujeres obispos por primera vez y el uso de las lenguas galesa, gaélica escocesa e irlandesa. Ahora bien, esos son detalles. “Un punto importante a entender es que los propios monarcas solo tienen una influencia limitada en la ceremonia de coronación”, dijo Philip Williamson, profesor emérito de historia en la Universidad de Durham, al diario británico. “La monarquía no es solo una persona, sino una institución, y está rodeada de otras instituciones: existe dentro de las estructuras”.

En entrevista con The Guardian, Sir David Cannadine, historiador y autor de “The Decline and Fall of the British Aristocracy”, advirtió: “Este es un país multiconfesional y multicultural de una manera que no lo era a principios de la década de 1950. Ya no es una gran potencia imperial. Está desvictorianizado. Está claro que se trata de una especie de coronación reducida: 2000 personas en la Abadía de Westminster en lugar de 8000, una ceremonia mucho más corta. Es una coronación que corresponde más al tipo de Gran Bretaña reducida en la que nos encontramos. Eso parece, en general, un conjunto sensato de decisiones que se han tomado”.

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