Las llegadas de migrantes a Europa aumentan casi el doble en febrero

De acuerdo con las cifras más recientes de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), las llegadas de inmigrantes a Europa en enero aumentaron casi el doble en comparación con enero. Aunque esto es también la décima parte con respecto al mismo periodo en 2016, la situación sigue siendo preocupante: entre las injusticias que viven en su país de origen, el maltrato y descuido a los que los someten los traficantes y el rechazo que reciben al llegar a sus destinos en Europa, los migrantes pierden la esperanza de que exista algún lugar en las cercanías donde pueden estar seguros.

El incremento se ha visto reflejado sobre todo en las llegadas a las costas italianas, el puerto más común para los migrantes. Las condiciones climáticas no han sido las mejores en las últimas semanas, hasta el punto de que algunos migrantes se han enfrentado a los traficantes que quieren embarcarlos en botes inseguros y en medio de un mal tiempo.

Una de las singularidades de las cifras de Frontex es que la mayoría de los migrantes proceden de Guinea y Bangladesh, dos países que están normalmente en la lista, pero no en los primeros puestos. Son los sirios los que predominan. El sistema que han utilizado los migrantes es el de costumbre: entrar a Libia, pedir un permiso de trabajo (o encontrar uno falsificado que les entregan los traficantes, que tienen personas encargadas de falsear documentos), atravesar el país y embarcarse en las costas.

Del total de llegadas este año (20.212), registrado por la Organización Internacional para las Migraciones, 19.653 han ocurrido por mar y el resto por tierra. La tendencia se explica por los duros controles fronterizos que existen en países como Turquía, que hasta hace unos meses servían como territorios de tránsito hacia los países bálticos y al norte y occidente de Europa. Otras de las nacionalidades que transitan por estas vías son los afganos y los paquistaníes.

El año pasado llegaron a Europa 387.739 migrantes a través del Mediterráneo y de las rutas terrestres. En 2015, el año con más migrantes, llegaron más de un millón. La tendencia es a la reducción: sin embargo, la crisis de migrantes produjo unos efectos políticos inéditos en Europa, donde hoy crecen silvestres los grupos políticos de extrema derecha.

De acuerdo con las cifras más recientes de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), las llegadas de inmigrantes a Europa en enero aumentaron casi el doble en comparación con enero. Aunque esto es también la décima parte con respecto al mismo periodo en 2016, la situación sigue siendo preocupante: entre las injusticias que viven en su país de origen, el maltrato y descuido a los que los someten los traficantes y el rechazo que reciben al llegar a sus destinos en Europa, los migrantes pierden la esperanza de que exista algún lugar en las cercanías donde pueden estar seguros.

El incremento se ha visto reflejado sobre todo en las llegadas a las costas italianas, el puerto más común para los migrantes. Las condiciones climáticas no han sido las mejores en las últimas semanas, hasta el punto de que algunos migrantes se han enfrentado a los traficantes que quieren embarcarlos en botes inseguros y en medio de un mal tiempo.

Una de las singularidades de las cifras de Frontex es que la mayoría de los migrantes proceden de Guinea y Bangladesh, dos países que están normalmente en la lista, pero no en los primeros puestos. Son los sirios los que predominan. El sistema que han utilizado los migrantes es el de costumbre: entrar a Libia, pedir un permiso de trabajo (o encontrar uno falsificado que les entregan los traficantes, que tienen personas encargadas de falsear documentos), atravesar el país y embarcarse en las costas.

Del total de llegadas este año (20.212), registrado por la Organización Internacional para las Migraciones, 19.653 han ocurrido por mar y el resto por tierra. La tendencia se explica por los duros controles fronterizos que existen en países como Turquía, que hasta hace unos meses servían como territorios de tránsito hacia los países bálticos y al norte y occidente de Europa. Otras de las nacionalidades que transitan por estas vías son los afganos y los paquistaníes.

El año pasado llegaron a Europa 387.739 migrantes a través del Mediterráneo y de las rutas terrestres. En 2015, el año con más migrantes, llegaron más de un millón. La tendencia es a la reducción: sin embargo, la crisis de migrantes produjo unos efectos políticos inéditos en Europa, donde hoy crecen silvestres los grupos políticos de extrema derecha.