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Londres: tenso ambiente por protestas antirracistas y de movimientos de extrema derecha

Varios centenares de manifestantes antirracistas se congregaron en el centro de Londres, mientras que militantes de extrema derecha se agruparon a su vez cerca del Parlamento en torno a estatuas que pretenden proteger, en un tenso ambiente.

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13 de junio de 2020 - 03:09 p. m.
Centenares de jóvenes salieron este sábado en Londres para protestar contra el racismo: en otro lado de la ciudad movimientos de extrema derecha hacen guardia frente a varios monumentos.
Centenares de jóvenes salieron este sábado en Londres para protestar contra el racismo: en otro lado de la ciudad movimientos de extrema derecha hacen guardia frente a varios monumentos.
Foto: Agencia AFP
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Como efecto dominó, la ira por el escalofriante asesinato de George Floyd, en Estados Unidos, llegó al Reino Unido, donde miles de ciudadanos, especialmente jóvenes, han salido a la calle para denunciar su pasado más oscuro: la esclavitud del siglo XVIII.

Cada vez son más las voces que piden retirar de su pedestal a las figuras de comerciantes de esclavos o emprendedores coloniales que se erigen por doquier en plazas o esquinas del Reino Unido, reflejo del Imperio británico donde nunca se ponía el sol.

Pero el asesinato de Floyd en EE. UU., a manos de un policía blanco el pasado mayo, ha dado pie, no solo a protestas en muchos países, sino a un intenso debate en el Reino Unido sobre si el país ha pasado página a su implicación en el comercio de esclavos o si todavía hay racismo y discriminación en la sociedad.

Ver más: Protestas contra el racismo, la guerra de las estatuas

El Gobierno de Boris Johnson salió en defensa del espíritu antirracista de estas manifestaciones, aunque denunció las pintadas o los destrozos provocados en EE.UU. y el Reino Unido, después de que la escultura del comerciante de esclavos Edward Colston (1636-1721) fuera arrancada en Bristol, arrastrada por las calles y arrojada en el puerto de esta ciudad del oeste de Inglaterra.

"Somos una sociedad mucho menos racista de lo que éramos pero, francamente, también tenemos que reconocer que hay mucho más por hacer para erradicar los prejuicios y crear oportunidades", afirmó un portavoz de la residencia oficial de Downing Street.

Además de Colston, hubo pintadas sobre las estatuas del exprimer ministro Winston Churchill (1874-1965) en la plaza del Parlamento, en Londres, y de la reina Victoria (1819-1901) en el céntrico Hyde Park, donde se han podido leer palabras como "racista" o "asesina".

Sábado tenso

El caso de Floyd, no obstante, no es aislado. El Reino Unido pasó por un suceso similar en 2011 cuando el joven afrocaribeño Mark Duggan perdió la vida después de que la Policía le disparara en un incidente en el barrio de Tottenham (norte de Londres). Posteriormente se supo que Duggan no estaba armado cuando los agentes lo tirotearon.

Ese caso provocó protestas antirracistas y disturbios, con incendios en comercios, que se extendieron por varias ciudades y pusieron de manifiesto cuán dividida estaba la sociedad británica.

Este sábado, de nuevo Londres está agitado. Varios centenares de manifestantes antirracistas se congregaron el sábado en el centro de Londres, mientras que militantes de extrema derecha se agruparon a su vez cerca del Parlamento en torno a estatuas que pretenden proteger, en un tenso ambiente.

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La ministra del Interior, Pritti Patel, retuiteó un video de manifestantes de extrema derecha que criticaban a la policía y denunció una “violencia inaceptable".

La ministra instó a los manifestantes a volver a sus casas para impedir la propagación del coronavirus y “salvar vidas”. La enfermedad de covid-19 ha causado más de 41.000 muertos en todo el país

Pese a que el movimiento "Black Lives Matter" canceló la protesta que había previsto celebrar por la tarde en el centro de la capital, varias centenares de personas se congregaron en Hyde Park antes de dirigirse al Parlamento, siguiendo a instancias de la policía un circuito preciso para evitar riesgo de enfrentamiento con la extrema derecha.

Después de que otras estatuas que simbolizan el pasado colonial del país fueran atacadas, como la de un traficante de esclavos que fue arrancada en Bristol, se decidió proteger las de Nelson Mandela y Gandhi, cerca del Parlamento, y la de Winston Churchill, que fue cubierta con placas metálicas.

El nieto de Winston Churchill y exministro conservador, Nicholas Soames, condenó lo que llamó actos “cobardes”. “La idea de que la ultraderecha deba montar guardia en torno a [la estatua de] Churchill es absolutamente repugnante”, declaró el sábado al diario The Telegraph.

La ministra del Interior pidió que la estatua de Churchill vuelva a ser expuesta. “Deberíamos liberar a Churchill, un héroe de nuestra nación que combatió el fascismo y el racismo en este país y en Europa”, dijo al Daily Mail el sábado.

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